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Campo Alaska, nuevo poemario del también traductor y ensayista

Ser poeta no te hace mejor ni peor; es una condición ineludible: Villarreal
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José Javier Villarreal presentó Campo Alaska, publicado por Almadía, el jueves pasadoFoto Luis Humberto González
 
Periódico La Jornada
Lunes 16 de abril de 2012, p. a10

Ser poeta no te hace mejor ni peor; es una condición que no puedes eludir, afirma José Javier Villarreal, quien el pasado jueves presentó su nuevo poemario, Campo Alaska, en la Casa Refugio Citlaltépetl.

En la obra de Villarreal, (Tijuana, 1959) conviven los oficios de poeta, traductor y ensayista, con la poesía siempre como epicentro. Al principio escribía sólo verso, juraba que nunca escribiría prosa. En un momento dado descubrí que estaba escribiendo prosa, ensayo, pero sobre poesía; es decir, la poesía es el centro de todo; un día descubrí la lengua portuguesa y la inglesa, y comencé a hacer traducciones de poesía. El epicentro siempre es la poesía, o el poema en sus muchas maneras puede ser en prosa, en verso, pero siempre está esa semántica que hace la diferencia con la prosa. Hoy para mí es tan importante escribir prosa como verso; es decir, ensayo, poesía y traducción son lo mismo.

La traducción de poesía, subraya Villarreal, Premio Nacional de Poesía Alfonso Reyes en 1989, “es un trabajo cívico: es engrosar o alimentar tu lengua, que para mí es muy importante. Leo poesía chilena, argentina, española y es mi poesía; es decir, no reparo en la nacionalidad, son poemas míos. Lo mismo me pasa cuando leo traducciones, porque doy por sentado que el traductor puso todo el empeño, todas las ganas, así que esa poesía traducida también me pertenece.

Hay una necesidad de apropiación, que no es mía nada más; esa es una característica de la literatura hispanoamericana; a diferencia de otras, la nuestra es muy aprehensiva, golosa, nutritiva, come de todo.

Escribir poesía, en tanto, no sé qué es. Siento que es una forma de vivir. Ser poeta es una forma de ser, de enfrentarte con, de padecer, de gozar, de sufrir, de comprar el pan. Creo que ser poeta, como dice Rilke, es una condena, pero gozosa. No te hace mejor ni peor, pero es una condición la cual no puedes eludir.

Sin embargo, la poesía no sirve de nada; eso es quizás lo mas violento del género, añade Villarreal, quien ha publicado siete libros de poesía. Te acompaña. ¿De qué te sirve un beso o una caricia? Te hace sentir bien, te reafirma, tal vez te confunde, te implica con la vida; no es frase mía, es de una poeta portuguesa, Sophia de Mello Breyner. Dice que la poesía no explica, te implica. El poema siempre eres tú; es decir, quizás por eso, los lectores de poesía son tan fieles, y tan privados, porque hay un contrato, implícito, del que no hay oportunidad de evasión: lees un poema y siempre te estás leyendo en el poema.

La poesía siempre te enfrenta como lector y como escritor, y a veces uno no quiere enfrentarse. Creo que un poema te puede confundir mucho. Un poema es muy peligroso, porque es una aventura, una puerta.

En esa aventura escribió Campo Alaska, libro que comenzó a formarse en 2006 y que dos años después encontró su camino en ese espacio de la Rumorosa, donde alguna vez hubo un cuartel militar que después fue manicomio. Campo Alaska, el libro, publicado por Almadía, se construyó a partir de la creación de un personaje que va escribiendo, sin que el lector se dé cuenta, los versos que componen el volumen.

Ninguno de los poemas del libro tiene título; eso permite leerlo también como novela. Tienes una o muchas historias, o un personaje, o un personaje con sus historias.