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En México, la Independencia y la Revolución interrumpieron la escenificación

En Zacatecas rescatan el uso de bandas de aliento para la Procesión del Silencio

La tónica eran el luto y la contemplación; no obstante, otros la vieron cerveza en mano

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La Luna zacatecana se hizo presente en el recorrido religioso y culturalFoto Andrés Sánchez
Enviado
Periódico La Jornada
Domingo 8 de abril de 2012, p. 7

Zacatecas, Zac. 7 de abril. El viernes pasado se realizó la Procesión del Silencio en algunas de las principales calles del centro de esta ciudad, llena de turistas que se unieron a los zacatecanos en el dolor por la muerte de Jesús de Nazaret y el duelo de su madre.

En el contexto de la edición 26 del Festival Cultural de Zacatecas, las efigies de la Virgen María desfilaron frente a miles de personas que respetaron el paso marcial, rígido. Los dolientes compartieron el sentir de la madre de Jesús.

En las aceras no cabía nadie más y quienes querían avanzar eran empujados por necios. Las multitudes mandan.

A diferencia de otros años, en éste los retablos fueron menos. La modalidad: se sumaron bandas de aliento, costumbre que había quedado atrás, las cuales le dan un toque norteño a la marcha solemne.

Antecedentes

En este caso el silencio se oye más que un grito. Hay mucho pasado. Hoy, de acuerdo con el calendario litúrgico, resucitará Jesús de Nazaret, quien murió crucificado, y desde entonces el hecho se recuerda con procesiones.

Los antecedentes más remotos de la Procesión del Silencio que se realiza en Zacatecas los encontramos en la Europa medieval. Se atribuye a San Francisco de Asís el inicio de la contemplación y la devoción populares de la humanidad de Jesús. Luego, a lo largo de los siglos XIV y XV, por diversos países de Europa, los creyentes contemplarían de una manera muy especial la dolorosa pasión y muerte de Jesús y le otorgaban un especial énfasis en las procesiones de Semana Santa, expresa Manuel González Ramírez, cronista de Zacatecas.

Señala este especialista que hay evidencias de que esta tradición experimentó diversas interrupciones a lo largo de los siglos XIX y XX, a causa de las más diversas circunstancias, entre ellas, las luchas armadas (la Independencia, la Reforma, la Revolución Mexican, la guerra cristera). “En el transcurso de este último siglo ya sólo se realizaba esta procesión en dos parroquias de la ciudad.

En la década de los 40 renació la idea de hacer la procesión de Viernes Santo en Zacatecas, sólo que en esta ocasión surgieron dos procesiones que partían de lugares distintos. Una salía del templo de Nuestro Padre Jesús y la otra del de San Juan de Dios. Los promotores de la que salía del primero fueron la señora Cuquita Mayorga y el canónigo Antonio Escobedo, mientras que la que partía del segundo fue promovida por el señor José Antonio Enríquez y el padre Del Muro. En un principio, las procesiones eran muy cortas. Hoy se llega hasta Catedral.

Algunos ven la Procesión como en el cine: asiento reservado en balcón y tomando una chela.