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Vincent Myers, experto en trabajos cosméticos, crea ilusión de 3D

Tatuador devuelve sensación de plenitud a sobrevientes de cáncer de mama
 
Periódico La Jornada
Lunes 2 de abril de 2012, p. a14

Finksburg, 1º de abril. Con esto usted va a ganar un concurso de camisetas mojadas. Susan, feliz, se mira al espejo. Luego del cáncer, la pérdida de sus senos y la colocación de implantes, se siente otra vez normal: el artista estadunidense Vinnie Myers acaba de tatuarle pezones y areolas.

El salón de tatuajes Little Vinnie’s Tattoos está en un pequeño centro comercial al costado de la ruta hacia Finksburg, al noroeste de Baltimore. Sin embargo, como Susan, cientos de mujeres con cáncer de mama conocen la dirección, a menudo gracias al cirujano que las ha operado en el cercano hospital Johns Hopkins.

Desde hace 28 años

Vincent Vinnie Myers, hombre de 49 años, delgado y de ojos claros, hace tatuajes desde hace 28 años, pero en la década pasada se ha especializado en tatuajes cosméticos para ex pacientes de cáncer. Usando pigmentos mezclados con precisión, este artista crea una perfecta ilusión real en 3D y, al hacerlo, permite a quienes han sufrido una mastectomía sentirse de nuevo plenamente mujeres.

Es mucho más gratificante que cualquier otra cosa que haya hecho, dijo Myers, quien ya atendió a unas 3 mil sobrevivientes de cáncer de mama, muchas enviadas por los cirujanos del prestigioso Hospital Johns Hopkins de Baltimore, pero también de otros centros médicos de todo Estados Unidos.

Myers, nacido en Baltimore, descubrió el tatuaje cuando estaba con el ejército estadunidense en Corea del Sur, en la década de 1980. En 2001, un amigo le preguntó si podía hacerle un tatuaje a algunas pacientes a las que se les había practicado cirugía de reconstrucción mamaria.

Susan es una de las muchas que pasaron por la aguja de Vinnie: una jubilada de 58 años, elegante y deseosa de verse lo más normal posible. Estoy haciendo esto por mí. Te hace sentir más linda, dijo días atrás, mientras Myers se ponía un par de guantes de látex de color azul y se disponía a realizar su arte.

Antes de mezclar los pigmentos en tazas pequeñas, Myers pregunta: ¿Alguna complicación? ¿Alergias?. Luego, al probar los matices seleccionados en la piel de la paciente, dice: Vamos a elegir; no, color piel no, un tono más gris topo, un poquito más azul.

De 350 a mil dólares

La reconstrucción mamaria más perfecta no parece un seno si no tiene un pezón y una areola, explica el artista, cuyos precios oscilan entre 350 y mil dólares, dependiendo de la complejidad.

Es muy importante que el aspecto visual sea lo más cercano posible a lo normal, agrega.

Los hospitales ofrecen tatuajes después de una mastectomía, pero según Myers por lo general son realizados por enfermeras formadas en un par de días.

En promedio, a Myers le lleva dos horas completar su trabajo.

Primero se elige alguna sombra de color en la misma areola y un tono más oscuro en los pezones, ya que normalmente son más oscuros, explica. Luego se hace una especie de sombra gris en la parte inferior para resaltar la parte superior y darle un poco de profundidad... usando una técnica que produce una ilusión óptica, para que se vea como si fuera tridimensional, agrega.

Cuando no está en Finksburg, Myers suele estar atendiendo pacientes en Nueva York, Filadelfia, Charleston, Carolina del Sur o Nueva Orleáns. Hay gran demanda, dice el artista, quien estima que sólo un puñado de colegas están especializados en su técnica.

Wendy, pelirroja de 72 años, decidió tatuarse con Myers 40 años después de padecer dos tipos de cáncer, dos ablaciones, dos implantes y dos tatuajes muy primitivos. Voy a probar, dice esta anciana sicóloga, curiosa.