Opinión
Ver día anteriorJueves 8 de marzo de 2012Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
 
La CNTE y la reforma educativa
D

urante más de siete horas, el pasado sábado 3 de este mes de marzo la Plaza de la Constitución (el Zócalo) fue convertida en una bulliciosa Jornada pedagógica organizada por la sección 9 del SNTE, sección democrática, integrante de la CNTE, con más de 50 mil miembros, la cual escapa al control de la actual dirigencia del sindicato que desde 1944 aherroja a los trabajadores de la educación mexicanos. Como parte de la Jornada pedagógica se realizaron cerca de cien talleres educativos, tianguis de libros, revistas y materiales didácticos, actividades artísticas, conferencias y mesas redondas. Participaron aproximadamente 20 mil personas: niños y jóvenes, maestros, padres de familia, académicos y dirigentes sindicales.

Esta no es la primera actividad educativa organizada por los maestros agrupados en la CNTE. Desde su creación, hace 30 años, la coordinadora ha sido espacio fértil para la lucha sindical, pero también para el trabajo académico, pues lo que mueve a los maestros no es solamente construir un sindicato democrático, sino también impulsar un proyecto educativo avanzado y sólido. Por esta misma razón se oponen a las medidas que, impuestas por la SEP y la cúpula que controla al SNTE, se traducirían en un deterioro mayor de le educación mexicana. Por supuesto, estas medidas del gobierno responden a intereses autóctonos diversos, pero también están alimentadas por una teoría educativa importada, pobre y profundamente errónea; siguen de manera acrítica los dictados de los tecnócratas y economistas que han llevado al despeñadero a la educación estadunidense y que se han convertido en un Movimiento Global de Reforma Educativa (GERM), como lo llama Pasi Sahlberg en su libro Lecciones de Finlandia, publicado por la Universidad Columbia el año pasado, y al cual hice breve referencia en este espacio el 29 de febrero.

Ese movimiento global descrito por Sahlberg está constituido por: a) la estandarización de la enseñanza y el aprendizaje; b) el aprendizaje de las matemáticas, la lectura y la escritura como meta privilegiada; c) la prescripción de un currículo fijo, uniforme, con resultados predecibles juzgados con exámenes externos estandarizados; d) la incorporación de modelos provenientes del mercado que encauzan a las escuelas y los sistemas educativos a operar con la lógica de las corporaciones privadas; e) el control y la rendición de cuentas basados en exámenes cuyos resultados se usan para asignar premios y castigos a las escuelas y los maestros, incluyendo el pago por resultados y los despidos. ¿Les resulta familiar? La SEP las copió al pie de la letra.

A estas políticas se oponen y con razón los maestros de la CNTE, no sólo porque constituyen una concepción gerencial e inhumana de la educación, contraria incluso a lo establecido por nuestra Carta Magna, sino porque ya han demostrado su efecto destructor en muchas partes. La prueba ENLACE y sus aplicaciones han sido criticadas sólidamente por varios especialistas mexicanos; en el propio Estados Unidos el movimiento Enfoque Amplio y Sólido de la Educación ha señalado con alarma los efectos perniciosos de estas políticas. Los entusiastas promotores del GERM en nuestro país (la SEP, el SNTE, Mexicanos Primero y otros) deberían asomarse a las advertencias que han hecho expertos como el conocido educador angloestadunidense Andy Hargreaves, el canadiense Michael Fullan y el propio Sahlberg.

Para ampliar sus horizontes, esos entusiastas promotores del GERM en nuestro país deberían asomarse también a las políticas que han hecho de Finlandia el país más exitoso en la prueba PISA de la OCDE, la cual consideran su referente cardinal. En ese país se fomenta la búsqueda de soluciones locales, la aplicación de planes en función de las necesidades particulares, la atención central al aprendizaje creativo, el fomento de innovaciones curriculares y de nuevos enfoques de enseñanza y aprendizaje en las escuelas, el aprovechamiento de los valores de la experiencia pedagógica, la construcción de actitudes de responsabilidad y confianza ¡Lo opuesto a lo que se pretende imponer en nuestro país!

La Jornada pedagógica realizada el pasado sábado en el Zócalo estuvo llena de innovaciones, imaginación, creatividad, pensamiento crítico. Se manifestaron en ella compromiso y responsabilidad; no era día laboral, pero desde muy temprano y hasta tarde maestros, estudiantes y padres de familia trabajaron con gran entusiasmo, y de la misma manera lo habían hecho semanas antes para preparar esta fiesta pedagógica; nadie les ofreció puntos, ni bonos, ni tortas, ni se pasó lista.

La dirección democrática de la sección 9 es la representación legítima de los maestros de educación básica de la ciudad de México; así lo han reconocido las autoridades laborales y judiciales, pero la Secretaría de Educación Publica, incurriendo en numerosos actos ilegales, pretende sostener a otra representación controlada por la dirigente Elba Ester Gordillo. Los dirigentes de la sección 9 no tienen licencia sindical, no reciben las cuotas que descuenta la SEP y entrega a la señora Gordillo, continúan enseñando a sus estudiantes y, quitando tiempo al descanso, atienden los asuntos sindicales y organizan actividades académicas como la Jornada pedagógica del sábado pasado.

Por supuesto la prensa comercial, la radio y la televisión ninguna atención otorgaron a estos trabajos. Por una parte esto lo explica el prejuicio de dichos medios acerca de la CNTE, pero también, como advierte el educador catalán Jaume Carbonell en su libro La educación y su representación en los medios (en mucho aplicable a nuestro país), a que en su agenda no aparecen temas sustantivos como los modos de enseñar y aprender, las aportaciones de nuevas investigaciones e innovaciones educativas; en su agenda prevalecen las malas noticias, las excepcionales, las más conflictivas y las macroeducativas. Esos medios han dado, en cambio, un gran espacio al panfleto fílmico de Mexicanos Primero titulado De panzazo, el cual, lejos de aportar algo al debate educativo, contribuye a consolidar los estereotipos y prejuicios (principalmente de los maestros), a remplazar la información con anécdotas y datos falsos, y a fomentar emociones que avasallan al análisis y al razonamiento.