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Humberto Murillo habla de El festín del retorno, su libro más reciente

Explora escritor el desdoblamiento de la personalidad, desde la autobiografía

Después de presentarlo en la feria de Minería, lo dará a conocer en Zamora y Guadalajara

Foto
Humberto Murillo en Puerto Morelos, Cancún, en imagen de 2011Foto Cortesía del autor
 
Periódico La Jornada
Jueves 8 de marzo de 2012, p. 6

En la biografía del poeta y narrador Humberto Murillo Díaz, la carrera de abogado fue un accidente. Es lo que le dio para vivir, pero no fue su vida. Sus verdaderos oficios son las letras y los viajes, materia de su novela más reciente, El festín del retorno.

En ese libro, publicado por Éride Ediciones, Murillo Díaz juega con todas las tradiciones literarias, desde la clásica hasta las leyendas para contar la historia del que va de regreso y el que ha decidido partir, dos personajes que nunca dicen sus nombres y que al final se encuentran en uno solo, que no es otro que el autor. De la poesía homérica a todas esas historias que le contó su abuelo, arriero, quien le habló por primera vez del Amazonas y el Nilo.

Un trotamundos

Literatura y escritura es recuerdo, expresa el escritor, viajero de muchos países y continentes, en entrevista vía telefónica desde Pátzcuaro, Michoacán, donde reside. El recuerdo está al lado de esa parte creativa y la emoción de escribir, es decir, porque el poeta, el novelista, el creador, no solamente es la historia que lleva dentro; también lo es cuando empieza la elaboración de una idea, una emoción, una crítica, incluso es las mentiras que dijimos en el camino o las que vamos diciendo a todas horas. Es decir: la obra del escritor se llena de las cosas propias, ajenas y de aquellas que son producto de su creación.

En El festín del retorno, el autor es ambos personajes, tanto el que se va como el que regresa.

“Si vas leyendo la novela con cuidado, verás que el que regresa en determinado momento se convierte en narrador, y habla el narrador. Es como el desdoblamiento de su personalidad; después no solamente habla y discute y analiza, le dice al joven las preocupaciones del escritor: yo soy su creador, yo soy el que relata las historias, ustedes viven lo que yo invento para ustedes, pero llegó un momento en que se emociona tanto el personaje, que no solamente se desdobla en narrador, sino en actor propio.

“Hay un desdoblamiento –añade– de mi personalidad, porque todos tenemos un otro yo que va detrás de nosotros. Yo la llamo muerte en mi poesía: la muerte que me sigue a todas horas y va en mi sangre, en mi mente y en mi piel, y conmigo se entristece o alegra. Un día pensé, ‘¿qué hará mi muerte cuando yo muera?’ La invito a que se muera conmigo”.

En este libro casi todo es autobiográfico, incluso los romances que he vivido los plasmo ahí en la figura literaria. Sólo mi matrimonio no lo escribí ahí.

Alejamiento de Dios

Nacido en Michoacán, en un poblado que permanece en secreto, pero que en El festín del retorno no es otro que Ítaca, y del que salió a los 17 años para no volver hasta los 30, Humberto Murillo comenzó su viaje en Morelia, después Guadalajara, la ciudad de México, Italia, Venezuela y de nuevo Europa. Desde muy temprano comenzó a escribir poesía, pero de esos primeros versos no quedó ninguno porque me di cuenta de que no servían.

Entre sus obras figuran Pueblo Nuevo o historia de un juramento, Me dio por ver octubre, El rumor de las horas de agosto, El tiempo y la muerte que me habita y en un disco Elegía coral a la muerte de mi padre.

Ahora prepara otra novela, “también con mucho de autobiografía. Te cuento que también tuve la aventura de vivir en un seminario, donde también fui expulsado, porque según el señor rector, a pesar de mis buenas calificaciones, mi conducta no era para tal, no tenía vocación, y me destruyó el alma.

“De tal suerte que me alejé de Dios y, así como a mí, destruyó a otros niños porque éramos unos niños-adolescentes con una disciplina estricta. En esta novela estoy tratando de plasmar esa situación, el primer nombre que se me ocurrió ponerle, que no es el definitivo, dice: Ese día se olvidó de Dios, pero indudablemente que tuve que valerme de los cuentos, de los amigos, de las historias de éstos, para plasmarlas en una sola y ese es el tema de la novela, de un personaje que a la larga termina diciendo: “y aquel día se fue sin despedirse’. Esto que digo se vivió antes de que saliera el viajero de la novela del retorno”.

El festín del retorno fue presentado en la Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería, y en los próximos días se dará a conocer en Zamora, Michoacán, y Guadalajara, Jalisco.