Moscú, 2 de marzo. En lugar de celebrar debates con sus rivales, el favorito para vencer en los comicios presidenciales del 4 de marzo, el primer ministro Vladimir Putin, prefirió responder la noche del jueves a las preguntas de los directores de seis diarios extranjeros, distendida ocasión que aprovechó para hacer varios anuncios importantes.

Según la versión estenográfica de la entrevista con el británico The Times, el francés Le Monde, el alemán Handelsblatt, el italiano La Reppublica, el japonés Asahi Shimbun y el canadiense The Globe and Mail, Putin puntualizó:

Si resulta electo presidente, no disolverá la Duma o Cámara baja del Parlamento y tampoco convocará a elecciones legislativas anticipadas, una de las principales demandas de la oposición política.

Pese al descrédito de la fórmula del tándem gobernante, nombrará como primer ministro a Dimitri Medvediev, consumando así el enroque que adelantaron el 24 de septiembre anterior.

Ante las críticas de que aspira a convertirse en mandatario vitalicio, Putin dice no estar tan seguro de querer gobernar más de 20 años. Por lo pronto, si es legal y la gente quiere, se trata de seis años más y asegura que no ha pensado en la relección para un cuarto periodo como jefe de Estado.

No obstante los conocidos casos de amigos suyos que se enriquecieron en los años recientes, Putin negó que beneficie a alguien con contratos millonarios y admitió que es posible hacer fortuna de manera completamente legal. En todo caso, argumentó, no hay en Rusia nuevos oligarcas como los que en la época de Boris Yeltsin adquirieron las propiedades del Estado por centavos.

Cree que es pura propaganda electoral el lema de la oposición política de que Rusia Unida, formación oficialista y dominante en la Duma, es un partido de estafadores y ladrones y sostiene que corrupción hay en todo el mundo, pero no consideró necesario explicar por qué decidió asociar su campaña con otro sello, un llamado Frente Popular de Rusia.

Dados los rumores de que se separó de su mujer Liudmila, quien desde hace mucho tiempo desapareció y dejó de ejercer la función de primera dama, Putin se limitó a explicar que su esposa no quiere ser una figura pública y pidió que dejen en paz a su familia –está prohibido publicar fotos de las hijas y cualquier información sobre su vida– porque es lo mejor para su bienestar y seguridad.

También se refirió a algunos temas de la agenda internacional, pero no hizo ayer algún planteamiento nuevo y sólo reiteró la posición de Rusia respecto a Siria, Irán y las relaciones con Estados Unidos, empañadas por su escudo antimisiles en Europa.

En este sentido, Putin abogó por un arreglo político que siente a negociar a todas las partes implicadas y ponga fin a la guerra civil en Siria. Dijo que no debe repetirse nada parecido a la ejecución medieval de Muammar Kadafi en Libia y que cualquier resolución de Naciones Unidas sobre Siria debe ser equilibrada.

Pidió que Irán reanude una cooperación completa con la Agencia Internacional de Energía Atómica y, en caso de un conflicto armado, insistió en que Rusia no enviará tropas, pese al delicado problema de los cientos de miles de refugiados de origen azerbaiyano que tratarían de huir hacia Azerbaiyán y Rusia.

Argumentó que la perezagruska (reinicio) de la relación bilateral propuesta por Barack Obama no sirvió para nada en materia de defensa antimisiles, aunque permitió firmar un nuevo tratado Start de desarme nuclear, cooperar en el ámbito del átomo pacífico y facilitar el ingreso de Rusia a la Organización Mundial de Comercio.