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Hay un montón de resoluciones que los gobiernos firman y luego no acatan: Espinosa

Critican cancilleres del G-20 prácticas multilaterales y sus escasos resultados
Enviada
Periódico La Jornada
Martes 21 de febrero de 2012, p. 7

Los Cabos, BCS, 20 de febrero. En el tono informal que permite la naturaleza misma del Grupo de los 20 (G-20), los cancilleres de esa organización señalaron críticamente el estado actual de las prácticas multilaterales en el mundo. La secretaria de Relaciones Exteriores de México, Patricia Espinosa, admitió que hay un problema de cumplimiento de decisiones y un montón de resoluciones que los gobiernos firman y luego no acatan.

Su homólogo argentino, Héctor Timerman, señaló en un comunicado de prensa otra falla en la arquitectura multilateral: “Su rigidez al mantener una estructura diseñada para una realidad que ya no existe, el mundo de la posguerra y la guerra fría”. 

A su vez, la secretaria de Estado, Hillary Clinton, poco antes de marcharse de México dijo a la prensa que hoy más que nunca está demostrado que las relaciones económicas y las relaciones exteriores son inseparables, y en el G-20 estamos viendo que los temas tradicionales financieros tienen más y mayores vínculos con los rubros de desarrollo, gobernabilidad y medio ambiente.

Con un esquema en el que prevaleció el mínimo, casi nulo contacto con la prensa y ausencia de información sobre los contenidos de las cuatro sesiones de la reunión, lo que trascendió fueron apenas conceptos y términos que reflejan la preocupación de muchos gobernantes sobre cómo poner al día el ejercicio de la diplomacia mundial, más cerca de la retórica que de la realidad.

Timerman expresó que es necesario democratizar las instituciones. Puso sobre la mesa las contradicciones del sistema de Naciones Unidas, atada a la contradicción de una asamblea general en la que hay diferencias en el peso de cada país.

El canciller español José Manuel García-Margallo, que no forma parte del G-20, pero es invitado permanente a sus encuentros, aprovechó para abrir la discusión sobre la largamente aplazada reforma del Consejo de Seguridad, para ampliar su membresía y reducir el poder de las naciones con derecho a veto.

En este encuentro preparatorio de la cumbre del grupo, prevista para junio, se perfila que la idea inicial de un G-20, enfocado al diálogo sobre cuestiones financieras y en el que participaban y definían directrices los ministros de Hacienda y los gobernadores de los bancos centrales, empieza a desplazarse más hacia un protagonismo de los cancilleres y a incluir de manera creciente temas sociales e incluso políticos.

La canciller Patricia Espinosa definió así este contenido: El G- 20 no pretende ser una sustitución de los organismos y los foros que ya existen, aunque sí se empezó a discutir la posibilidad de iniciar un proceso para su formalización.

Otro rasgo novedoso fue que el número de invitados –que solía ser de cinco repartidos por zonas geográficas– se duplicó. Además, la respuesta a la convocatoria mexicana fue notable.  De 28 ministros invitados asistieron al máximo nivel de las cancillerías 18; algunos desde puntos tan lejanos como China, Australia o Indonesia.

Espinosa Cantellano dijo que hubo un respaldo al enfoque incluyente propuesto por México, pero esto no resultará en una ampliación del bloque. México, dijo, es contrario a esta idea, ya que la ventaja del grupo es precisamente que se trata de un conglomerado relativamente pequeño. Pero sí se adoptará un mecanismo para incluir a países invitados a discutir las agendas antes de las reuniones cumbre.

Fuera de esto, poco trascendió sobre que los ministros hubieran tomado en serio las palabras inaugurales de la canciller, quien había instado a sus homólogos a que las discusiones del G-20 se tradujeran en acciones concretas que impactaran la vida cotidiana de millones de personas que exigen respuestas. Espinosa contradijo el sentido de su anterior discurso: Pensar que en una reunión de un día o menos, o día y medio, de un grupo de mandatarios va a haber una, dos o tres decisiones que impliquen la solución de ciertos problemas, no es realista. Hay que ser objetivos con las expectativas sobre los encuentros de esta naturaleza. Estamos hablando de procesos internacionales.

Con esta retórica, los trabajos de la reunión de cancilleres tomaron algunas horas de la tarde del domingo y media jornada de este lunes. Los diplomáticos vinieron, disfrutaron de la emoción de vislumbrar los jugueteos de las ballenas en el Pacífico mexicano, rodeados de guardacostas de la Marina, y luego se marcharon. Quedó expresado el entusiasmo de Hillary Clinton por esas horas de esparcimiento. Después de conocer Baja California Sur entiendo por qué a las ballenas les gusta venir aquí.  Lo que no puedo entender es por qué se van. Y así se marchó enmedio de una fuerte gripa.