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Porfirio Lobo separa de cargos a mandos penitenciarios para garantizar una investigación

Arde un penal sobrepoblado en Honduras; mueren más de 370 reos

Se ignoran las causas del siniestro; un prisionero lo habría provocado, según testigos

Familiares y activistas denuncian negligencia

Aparte del fuego los internos sorteaban disparos

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Afuera del penal de Comayagua, 90 kilómetros al norte de Tegucigalpa, se repitieron escenas de crisis nerviosas de familiares de internosFoto Ap
 
Periódico La Jornada
Jueves 16 de febrero de 2012, p. 28

Tegucigalpa, 15 de febrero. Más de 370 reos murieron hoy calcinados o asfixiados en un incendio en el penal de Comayagua, en el centro de Honduras, en la peor tragedia ocurrida en prisiones hondureñas y del mundo en la última década. El suceso provocó reacciones de consternación y solidaridad de numerosos países y organizaciones internacionales y la exigencia de revisión del sistema penitenciario.

Hay más de 350 muertos, es un aproximado, no descartamos que sean más, pero estamos trabajando para verificar y dar información exacta de la cifra de esta tragedia, declaró el ministro de Seguridad, Pompeyo Bonilla.

Al cierre de esta edición la policía nacional ubicó el número de muertos en 377.

Esto ocurrió en una cárcel concebida para 400 personas pero que albergaba a 852 reclusos.

El comisionado de Derechos Humanos, Ramón Custodio, dijo en un principio que faltaban 357 reclusos cuando se pasó lista para verificar a los sobrevivientes.

Cuerpos calcinados abrazados a los barrotes, al parecer víctimas de la demora de los guardias en abrir las celdas, fue la escena descrita por reclusos sobrevivientes, forenses y autoridades que ingresaron al amanecer a la prisión, ubicada 90 kilómetros al norte de Tegucigalpa y cercana a la base militar estadunidense de Palmerola.

Mi hijo se asfixió ahí. Los guardias no les abrieron la puerta para que murieran quemados. Si hubieran abierto se hubieran salvado. Había una gran balacera cuando los reos desesperados querían salir, denunció Johel Leonidas Medina.

Otros familiares dijeron que habían entrado a la fuerza al penal tras enfrentar a la policía a pedradas para conocer la situación de los reos.

Activistas denunciaron negligencia y demoras en abrir las puertas de las celdas. Se debe hacer una investigación exhaustiva, dijo a la prensa Andrés Pavón, presidente del Comité para la Defensa de los Derechos Humanos en Honduras.

Aterrados por las llamas, los reos que lograron salir de sus celdas debieron además sortear disparos al aire de los guardias que, según testimonios, creyeron que se encontraban frente a un intento de fuga, en cuya entrada está inscrita la frase hágase justicia aunque el mundo perezca.

Algunos presos dijeron haber saltado techos y muros para escapar del fuego y decenas resultaron lesionados.

El siniestro habría comenzado a eso de las 22:50 (hora local) del martes por causas aún desconocidas, y fue controlado por los bomberos unas tres horas después, ya en la madrugada de este miércoles.

Llegamos 10 minutos después de que comenzó el incendio pero no entramos porque los guardias lo impidieron, dijeron los bomberos. A su vez, los vigilantes argumentaron que cumplían con el protocolo de seguridad.

Las autoridades manejaban varias hipótesis sobre las causas del siniestro, entre las que mencionaban un cortocircuito en el sistema eléctrico y que fue provocado de manera intencional.

El gerente regional de la estatal Empresa Nacional de Energía Eléctrica, Fidel Torres, negó que el incendio se haya originado en los cables de baja tensión al interior del penal y argumentó que estaban en buen estado. A su vez, un funcionario del Ministerio Público, que no quiso ser identificado, dijo que al menos ocho reos declararon que otro preso prendió fuego a un colchón.

En un mensaje al país en cadena de radio y televisión, el presidente Porfirio Lobo anunció la separación temporal de las autoridades penitenciarias para garantizar una investigación eficaz de las causas del incendio. Haremos todo para determinar qué provocó esta lamentable e inaceptable tragedia, para deslindar responsabilidades. Adelantó que se creará una comisión independiente.

“A las 11:10 recibí una llamada de un interno. Me dijo que otro reo había dicho: ‘voy a meter fuego a esto y nos vamos a morir todos’. Y le metió fuego y nos estamos quemando, nos estamos muriendo todos”, relató la gobernadora del departamento hondureño de Comayagua, Paola Castro.

Honduras es considerado el país más violento del mundo, con una tasa de homicidios anual de 82 por cada 100 mil habitantes. El narcotráfico lo ha transformado en ruta alternativa para el trasiego de droga hacia Estados Unidos y sufre el azote de las maras o pandillas.

Otro hecho similar ocurrió en la cárcel de San Pedro Sula en mayo de 2004, cuando un incendio dejó 107 reos muertos.

Trasladan cuerpos de Comayagua a Tegucigalpa

En horas de la tarde los cuerpos de las víctimas comenzaron a ser trasladados a la capital, Tegucigalpa, en contenedores refrigerados que facilitó Estados Unidos. La mayoría de los países latinoamericanos expresaron muestras de solidaridad al gobierno hondureño y su pueblo, incluido México.

El secretario de la Organización de Estados Americanos, José Miguel Insulza, pidió a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) enviar una delegación a Honduras para investigar el incendio. Amnistía Internacional instó a Honduras a mejorar las condiciones carcelarias, en tanto que Human Rights Watch urgió a revisar el sistema penitenciario y poner fin al hacinamiento.

A su vez, los 34 delegados de los países que asistirán en abril a la sexta Cumbre de las Américas, reunidos desde el pasado lunes en la ciudad colombiana de Cartagena, enviaron hoy sus condolencias a las familias de las más de 370 víctimas del incendio, informaron voceros oficiales.