Opinión
Ver día anteriorDomingo 5 de febrero de 2012Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
 
Ruta Sonora

Lo distintivo de 2011 (electro II)

Foto
Noah Lenox y su fascinación soñadora
H

oy, la segunda parte de los discos de electrónica 2011, a decir de este apartado. Música inquietante que sigue sonando a hoy día y más allá.

Perc. Wicker & steel. El inglés Ali Wells sorprende en ca- da track con ambientaciones imantadas, ritmos entrecortados, estática constante, sonares desorientados, ruido metálico bien dirigido. Gran inventiva, poca repetición. Mala-onda, futurista-mecánico, espléndido.

Panda Bear. Tomboy. Sigue haciendo del reverb y el delay excesivos su marca, pero a diferencia de su asombroso Person Pitch (2007), Noah Lennox aplica más melodías vocales y estructuras que antes, sin dejar de causar fascinación soñadora y personal.

Balam Acab. Wander / Wonder. Hermoso disco del neoyorquino Alec Koone, lleno de sonidos orgánicos que semejan agua, hojas pisadas, cantos de sirenas, nados siderales. Pastoso y textural, femenino y envolvente, sensual, enigmático. Bella y deschavetada experiencia.

James Blake. James Blake. Este joven inglés vuelve a deconstruir el R&B y construir fantasmales y delicadas piezas de inclinación dubstep/jazz de forma austera, minimal, con sintes deslavados, pianos disonantes, voces procesadas y apabullante elegancia.

Azari & III. Azari & III. Dueto de Toronto que se engolosina con timbres conocidos de tecladito barato de los años 80 para hacer un pastiche que no suena a esa década ni en estructuras ni en melodías, sino a algo tecno-deslavado, simpático, cantábile, bailador, enfermito.

Zomby. Dedication. En segunda placa, este enigmático productor se mueve entre el dubstep, el drum&bass posfechado, los pianos magros, los violines de misterio, los beats de tímbrica móvil, y lo hace de manera diversa, original e intrigante.

Kuedo. Severant. Jamie Teasdale, mitad del dúo Vex’d, inspirado en Vangelis, pero de otra galaxia, se apega al juego de sintes análogos sin fin, beats cortitos dispares, así como de hip hop de vieja escuela. Obsesivo, penetrante, aunque también ambient-luminoso.

Little Dragon. Ritual Union. Con la cantante sueco-japonesa Yukimi Nagano al frente, los interesantes y juguetones sonidos de este trío, hacen de éste un synth-pop sutil de a gotas dulces, de primer orden. Tras colaborar con Gorillaz y SBTRKT, lo hipster no le quita calidad ni belleza.

Gang Gang Dance. Eye contact. El colectivo neoyorquino amante de los paisajes indescriptibles, en cuarto trabajo juega con los ambientes sinte- ti-kitsch y la voz de Liz Bougatsos al frente, con melodías que remiten al medio oriente, entre ocurrencias sónica exóticas, atrayentes.

Hype Williams. One nation. Sintetizadores que se derriten en tus manos y oídos, como quien quema una imagen plasmada en technicolor. Desde Londres, genera espacios plásticos placentero-terroríficos, entre beats baratos de Casio viejo. Deliciosa tecno-golosina.

Surgeon. Breaking the frame. De Birmingham, este veterano del techno mínimo, con maestría sigue aportando lo suyo, aplicando gran diversidad de texturas y rítmicas, imposibles de catalogar en un solo anaquel. Delicioso, fino, bailable, inventivo.

The Field. Looping state of mind. Como indica el título, el sueco Axel Willner entra en estado de hipnosis sónica, y lo contagia de forma etérea y volátil, como si el azul se volviera un eco repetitivo en forma de remolino de viento, en cámara lenta. Pesadilla sutil, placentera.

Otros discos importantes:

La belleza melódica-pop del imaginativo Chaz Bundick, alias Toro y Moi, y su Underneath the Pine. La quietud onírica, bonita, oceánica, de Nils Frahm y sus discos gemelos: Felt y Juno. Los pasajes taciturnos y decolorados del With U de Holy Other. El misterio del cineasta David Lynch hecho trip-hop synth-popero: Crazy clown time. La evolución post nu-rave de los ingleses de Metronomy y su synth alegre y bailable, con The English Riviera. Cut Copy, de Australia, también dio un salto con su new wave, disco, french house, retro-delicioso, con In Ghost Colours. Bradford Cox, líder de Deerhunter, con su proyecto solista Atlas Sound y su volátil, vaporoso y guitarril Parallax. El dubstep souleado del inglés Aaron Jerome, alias SBTRKT, con disco cantado, melódico y emotivo, de mismo nombre. De panzazo, por su repetición vocal, pero rescatable por haber sido editado como parte de un ambicioso proyecto multimedia, además de aportar dos que tres nuevas y bellas sonoridades, Björk y su Biophilia.

patipenaloza.blogspot.com

twitter.com/patipenaloza