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Dan a conocer El silencio de las amantes...

Elena Sevilla abre una ventana al misterio de las mujeres: Andrés Ruiz

Es una autora todo terreno, afirmó el escritor y periodista de este diario

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Acompañaron a la escritora en la presentación de El silencio de las amantes. Amor, lujuria o tormento, Jaime Whaley, Andrés Ruiz y Marcelino PerellóFoto José Carlo González
 
Periódico La Jornada
Domingo 5 de febrero de 2012, p. 6

La vida de al menos cuatro mujeres de una clase media urbana, por ilustrada, entretejida conforme avanza la trama, y lo cotidiano y en apariencia irrelevante, son algunos de los ingredientes de la novela El silencio de las amantes. Amor, lujuria o tormento, de Elena Sevilla.

Editada por Axial y con prólogo de Raquel Pankowsky, la novela fue presentada el viernes pasado por los periodistas y escritores Andrés Ruiz, Jaime Whaley y Marcelino Perelló, en una librería de Coyoacán.

Ruiz, periodista de La Jornada y autor del texto de la contratapa del libro, habló del lenguaje manejado por Sevilla y destacó el oído fino de la narradora para reproducir, en la escritura, el habla cotidiana, puesto de manera precisa y cabal para contar una historia.

Mencionó también la forma y atmósfera en la que queda envuelta la dicha clase media. Estas relaciones femeninas, dijo, son relaciones muy vacuas en muchos sentidos, pero extraordinariamente intensas en otros.

Ruiz abundó: Este sufrir a partir de la risa, este asumir las cosas, no desde el melodrama, sino desde una asignación muy clara de qué es lo que nos toca vivir cotidianamente.

Agregó: Elena hace un gran rescate de esta clase media. Hacía mucho tiempo que no veía esto. Veía escritores que pretenden plantear a jóvenes de clase media, pero por lo general extraordinariamente atormentados o sufriendo cualquier cosa que no está en lo cotidiano.

Aseguró Ruiz que esto no lo veía desde que José Agustín escribió De perfil, donde por primera vez rompe con los cánones que se tenían y hace a los personajes hablar como hablábamos en los años 60, con lo cual, además, rompe con un tipo de literatura muy acartonado que había hasta entonces.

Otro aspecto que mencionó Ruiz es que la novela no está planteada desde un melodrama; coincidió con Perelló en que no es una telenovela.

En cambio, agregó, “es un relato que tiene muchas lecturas. Uno puede puede ir por la superficie y puede ser una novela de grata lectura, pues tiene muchos chismes, es muy entretenida. O puede uno ir un poco más abajo y encontrar además una forma de pensar y de sentir que, para mí, como hombre, me parece fascinante.

De repente poder abrir una ventana y ver el interior de ese gran misterio que son las mujeres. Poder ver cosas que uno no se esperaba de los personajes. Creer que tal personaje reaccionará de tal manera, y no sucede así. Y al final esa lógica es la mejor lógica, la más acertada. No se está planteando como una victimización de las mujeres, sino un asumirse como mujeres desde esa perspectiva de ver el mundo.

Se trata, retomó, de una clase media que vive todos los días encerrada en su oficina, trabajando, luchando constantemente contra todo y contra todos.

Mencionó otro aspecto que le llamó la atención de la novela: la propia autora Elena Sevilla. Una mujer decidida a escribir a costa de lo que sea, cómo sea, donde sea. Es una escritora todo terreno.

Perelló aseguró que la novela es uno de los mejores relatos acerca de la clase media urbana mexicana. Agregó que cuando la prosa es acertada, como es el caso, el lector se sumerge enseguida en el mundo propuesto por la narradora.

Apuntó: No es una telenovela. El gran talento es que la acción, salvo momentos culminantes, transcurre en la apacible y aborrecible cotidianidad.

Al final, Sevilla leyó una reflexión vinculada con el libro, uno de cuyos fragmentos dice: A veces me detengo a pensar en si vale la pena ser yo misma. Luego, un grupo de jóvenes actores representó algunos pasajes de El silencio de las amantes.