La obra Macbeth, de William Shakespeare, ha sido adaptada para ser representada en un trabajo escénico unipersonal por el actor Ricardo Esquerra, con la dirección de Alberto Lomnitz, quienes centran la propuesta en torno a dos ejes: el uso perverso de la imaginación y la ambición desmedida.

Con la utilización de recursos multimedia, el unipersonal se desarrolla a partir de la representación de un ejecutivo exitoso, admirado y querido a quien acaban de ascender. Pero en vez de celebrar, empieza a torcer lo más posible su imaginación y toma, por iniciativa propia, una decisión extrema: matar. En ese sentido es que se plantea el uso perverso de la imaginación, explicó Esquerra.

Al mismo tiempo, abundó el actor, se hace énfasis en la ambición desmedida. Siempre se ha hablado que la obra de Macbeth es sobre la ambición, pero para Lomnitz y Esquerra de lo que se trata es ir más allá, pues la ambición es yo quiero ser, a costa de lo que sea. Así, el protagonista vive en un mundo que le exige destruir y aplastar al que está al lado, no confiar en los demás y no tener compasión.

Esa ambición desmedida tiene su paralelismo contemporáneo, cuando hubo una quiebra financiera en Estados Unidos, por lo que se destinaron 700 mil millones de dólares para rescatar a unos ejecutivos y economistas que hicieron mal las cosas, comentó Esquerra.

Para el intérprete de Macbeth, en el caso del protagonista de la obra de Shakesperare y de esos ejecutivos, se trata de una ambición desmedida de mantener un estatus a costa de lo que sea.

Tiempo y barbarie

El unipersonal se inicia en la época contemporánea, al evocar el edificio de un corporativo donde en cierto momento, en un juego del lenguaje, se habla de liquidar a alguien, refiriéndose no a matarlo, sino ha desaparecerlo, detalla Esquerra. De ahí hay un regreso a una Escocia medieval.

La idea es empezar la historia con algo muy reconocido para de ahí irnos moviendo en el tiempo y también en la barbarie del personaje, pues actualmente se cree que por traer traje no somos bárbaros; pensamos que los bárbaros sólo son aquellos que usaban espadas, apuntó el actor. Lamentablemente, este Macbeth es muy actual.

Los personajes son de época, como contemporáneos. Por ejemplo, Macbeth es un ejecutivo de traje y Duncan, quien es el rey, es el presidente del corporativo. Al momento de pasar a la Escocia medieval, los personajes se mantienen tal y como están escritos en el texto original del dramaturgo inglés.

La tragedia de Macbeth, concluye el intérprete, es que no es un villano, pero el mundo en el que vive le dice que la ambición desmedida es un talento, como nos lo dicen hoy día.

Macbeth, unipersonal con Ricardo Esquerra, se estrenó ayer en la sala CCB, del Centro Cultural del Bosque (Paseo de la Reforma y Campo Marte, atrás del Auditorio Nacional.

Las funciones se realizarán sábados y domingos a las 19 y 18 horas, respectivamente.