Sociedad y Justicia
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Cifras oficiales revelan que durante 2011 fueron privadas de la vida 705 mujeres

Emprende el gobierno de Guatemala acciones ante la ola de feminicidios

Crean unidad para indagar y frenar los asesinatos

El delito, como política de Estado: activista

 
Periódico La Jornada
Lunes 30 de enero de 2012, p. 39

Guatemala, 29 de enero. La inclemente ola de feminicidios en Guatemala, uno de los países con mayor incidencia en estos crímenes, generó acciones gubernamentales, sociales y de dos premios Nobel para intentar detener está barbarie contra las mujeres.

Según información de la Comisión Presidencial contra el Racismo, durante 2011 un total de 705 mujeres perdieron la vida en hechos violentos en dicha nación, la mayoría por arma de fuego y por causa de su género, frente a las 675 del año precedente.

Ante esta realidad, el país ha querido reaccionar desde diversos ámbitos y expresiones.

El pasado día 24, el presidente derechista Otto Pérez Molina creó una “fuerza de tarea contra el feminicidio”, como se llama en Guatemala a los crímenes de género.

Esta unidad se dedicará a labores de inteligencia e investigación para impedir los asesinatos en contra de las mujeres, tendrá al frente a la ex fiscal Mirna Carrera y dependerá del Ministerio de Gobernación, encargado de la seguridad interna.

“El feminicidio se está posicionando como una política de Estado y se envía un mensaje a los agresores de que existe la voluntad de no tolerar estas acciones y de penalizarlas”, dijo a Ips la representante del no gubernamental Observatorio contra el Feminicidio, Mayra Sandoval.

La activista reconoció que el gobierno, que comenzó su gestión cuatrienal el pasado día 14 y cuyo lema de campaña fue Mano dura contra la delincuencia, está preocupado por la violencia en general.

Pero en el caso de la fuerza de tarea contra el feminicidio, habría que analizar si las personas que la integran saben manejar la escena del crimen de una mujer, cuestionó.

Sandoval consideró importante la reacción del gobierno frente estos hechos, aunque también debe haber un trabajo de prevención, puesto que, de lo contrario, sólo vamos a estar tapando baches sin que terminemos de solucionar este problema.

Saña

Guatemala, de 14 millones de habitantes, es considerada, junto con México, uno de los países de mayor índice de feminicidios. Entre 2000 y 2010 fueron asesinadas por violencia de género 5 mil 200 mujeres en esta nación, según cifras policiales.

La jefa de ONU Mujeres para América Latina, Gladys Acosta, ha pedido a la comunidad internacional movilizarse ante la proliferación de feminicidios, no sólo por el desbordado número de asesinadas, sino también por una característica que aumenta la dimensión de la barbarie: el ensañamiento.

Muertas con decenas de cuchilladas, víctimas con cuerpos desmembrados, es una saña atroz contra las mujeres, remarcó la especialista peruana.

Esto ha empujado a la sociedad organizada de este país a realizar diversas manifestaciones para exigir justicia en estos hechos y prevenir más muertes.

Una de las expresiones más novedosa fue el ascenso de más de 10 mil personas al volcán de Agua, situado al suroccidente de la capital, en señal de rechazo a la violencia intrafamiliar, cuya principal víctima es la mujer.

En la denominada Subida por la Vida los participantes formaron una cadena humana desde las faldas del extinguido volcán, de 3 mil 772 metros de altitud, hasta la cima del coloso, en cuyo cráter formaron un corazón en señal del inicio de un cambio generacional.

La iniciativa, primera en su tipo que se realiza en el país, fue organizada por organizaciones de la sociedad civil, movimientos de jóvenes, empresas privadas y embajadas acreditadas en Guatemala.

Dora Amalia Taracena, de la no gubernamental Convergencia Cívico Política de Mujeres, declaró que las expresiones de rechazo de la sociedad civil y del gobierno denotan que no hay marcha atrás en la lucha contra el feminicidio.

Sobre todo las organizaciones de la sociedad civil que trabajamos la problemática nos hemos encargado de que esta situación sea parte de una agenda pública, lo que nos ha costado muchísimo, por la cultura patriarcal y el machismo que vivimos, matizó.

Taracena recordó que la persistente campaña, a través de los medios de comunicación, caminatas y otras expresiones públicas, realizada por los familiares de Cristina Siekavizza, también “ha contribuido a evidenciar la problemática del feminicidio” en Guatemala.

Siekavizza, administradora de profesión y perteneciente a una familia acomodada, desapareció misteriosamente de su vivienda en ciudad de Guatemala en julio. Pero un mes después, una empleada del hogar familiar reveló que el esposo de la víctima, Roberto Berrada, la había matado a golpes.

Barreda huyó con los dos hijos que tuvo con Siekavizza sin que hasta ahora se conozca su paradero, ni el de los niños, ni el de la víctima. El caso generó fuerte rechazo social y además evidenció que el feminicidio no respeta estratos sociales.

La indignación por la incesante violencia contra las mujeres en Guatemala motivó incluso a dos premios Nobel de la Paz.

Este viernes 27 llegó al país la delegación de la Iniciativa de Mujeres Premio Nobel, con el propósito de abordar el esclarecimiento de los hechos de feminicidio en el país y el combate a su impunidad.

Las premios Nobel de la Paz 1992 y 1997, la indígena guatemalteca Rigoberta Menchú y la estadunidense Jody Williams, viajaron al noroccidental departamento de Sololá para hablar de la violencia con mujeres de las comunidades.

El objetivo es hacer recomendaciones a los gobiernos y a la comunidad internacional para contribuir a erradicar la violencia contra las mujeres en este país, así como en México y Honduras, naciones que visitaron antes que Guatemala.