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Plantean desactivar el riesgo sistémico con una regulación que acote al sector público

Concentra el gobierno recursos financieros en detrimento del sector productivo
 
Periódico La Jornada
Miércoles 25 de enero de 2012, p. 27

El gobierno federal se convirtió en el principal usuario de recursos en el sistema financiero, práctica que fue en aumento en la última década y que contribuyó a encarecer el crédito para los sectores productivos, de acuerdo con datos oficiales y la opinión de participantes en el mercado.

El financiamiento total en el sistema mexicano, que incluye el otorgado por los bancos privados y de desarrollo, las instituciones públicas de vivienda, el obtenido por colocación de deuda dentro y fuera del país, llegó a 10.6 billones de pesos, equivalente a 71 por ciento del producto interno bruto (PIB), indicaron datos de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), organismo regulador del sistema financiero. En 2000, el financiamiento era equivalente a 44.4 por ciento del PIB.

En el último año, el financiamiento captado por el gobierno federal a través de la emisión de deuda pública fue de 4.5 billones de pesos, equivalente a 44.7 por ciento del financiamiento total e igual a 32.3 por ciento del PIB, de acuerdo con la información oficial.

En noviembre pasado, Guillermo Babatz, presidente de la CNBV, calificó como un riesgo sistémico para el sistema financiero el hecho de que 14 por ciento de la cartera total de préstamos de la banca privada se concentre en sólo 10 acreditados, entre grandes corporativos, empresas paraestatales y estados de la república.

Para desactivar el riesgo sistémico provocado por la concentración es necesaria una regulación que limite la competencia que hace el sector público por el crédito en detrimento de los recursos que podrían canalizarse hacia el sector privado para actividades productivas, consideró este miércoles Adalberto Palma, presidente de la Unión de Instituciones Financieras Mexicanas (Unifim), asociación integrada por 53 firmas financieras con capital mayoritariamente mexicano, entre las que se cuentan bancos, casas de bolsa, Afore y operadoras de fondos, entre otras.

El aumento en la demanda de recursos por parte del gobierno en el mercado local propicia que los grandes bancos que operan en el país tengan un fuerte incentivo para financiar al sector público, antes que intermediar a empresas, apuntó Palma. El gobierno se está llevando los recursos y compite por ellos con particulares, agregó.

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Adalberto Palma, presidente de UNIFIM, en imagen de archivoFoto Carlos Cisneros

Datos oficiales mostrados por el presidente de la Unifim indicaron que de 2000 a la fecha el ahorro captado por la banca múltiple y de desarrollo se ha mantenido prácticamente sin variación, al pasar de 17.1 a 18.6 por ciento del PIB, respectivamente.

En 2000, el ahorro total captado en la economía era equivalente a 49.5 por ciento del PIB, proporción que creció a 73 por ciento en el último año, según los datos de la CNBV mostrados por la Unifim. Dado que la captación de la banca ha tenido un bajo dinamismo, ese aumento en la captación de ahorro ha ido a parar fundamentalmente al gobierno, ya sea por medio de los fondos de pensión (que tienen un porcentaje relevante de su cartera invertida en bonos de deuda pública interna), por las sociedades de inversión, que también colocan parte de sus recursos en esos títulos públicos, o por el hecho de que las tesorerías de grandes empresas suelen invertir sus recursos, en un porcentaje elevado, en bonos gubernamentales, explicó Palma.

Lo que se ha observado en estos últimos 10 años es un proceso de desintermediación bancaria. Los intermediarios bancarios compiten con el gobierno por captar ahorro; el gobierno emite deuda y a través de ello se financia. Si esos recursos fueran captados por los bancos sería más fácil que se destinaran a financiar actividades productivas, expuso.

Es imprescindible que el análisis de la arquitectura del sistema financiero en México forme parte de la agenda de los precandidatos a la Presidencia de la República, con el fin de que quien resulte ganador en el proceso electoral de 2012, considere las alternativas que promuevan una mejor inserción del sistema financiero en México, para que éste contribuya al desarrollo del país de manera incluyente y equitativa, apuntó.