Opinión
Ver día anteriorLunes 16 de enero de 2012Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Derrame petrolero y temporada de incendios
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ientras las instancias oficiales tratan de minimizar los daños ocasionados por el reciente derrame de petróleo en Coatzacoalcos, la población veracruzana y las organizaciones ecologistas recuerdan el mal comportamiento de Petróleos Mexicanos en el sureste; exigen además una evaluación creíble de los daños a la naturaleza y a la actividad pesquera y si en verdad se debió a un sabotaje, pues las autoridades habían dicho que la tragedia se originó en un intento más de sustraer ilegalmente el hidrocarburo.

El año pasado el robo en los ductos ascendió a unos 2 millones 800 mil barriles. En otro campo, el forestal, comenzó una peligrosa temporada de incendios debido a la intensa sequía y las heladas. Las instancias oficiales anuncian que modificarán la estrategia para combatir el fuego. Incluye mayor colaboración de Estados Unidos y Canadá, donde cuentan con los equipos adecuados para tal fin.

Orgulloso se mostró el licenciado Felipe Calderón de la labor realizada por los embajadores y cónsules del país en el exterior. Lo hizo al reunirse por última vez con ellos. No hay ninguna duda de que hoy nuestra diplomacia se ejerce, y se ejerce bien en todo el mundo, y que nuestra voz, la voz de México, a pesar de todo, se escucha y se respeta en los foros internacionales, dijo. Y tan nos tienen en cuenta que en el último reporte de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) se informa que el país no logró los últimos años reducir la pobreza, lo cual podría tener consecuencias negativas más duraderas que en otros sitios. Destaca que los niños constituyen casi la mitad de los 52 millones de personas pobres que existen. Que la mortalidad infantil es tres veces superior a la que registran las naciones integrantes de la OCDE y que la precariedad aumentó también entre las personas de la tercera edad.

No debe extrañar que así sea, pues el gasto público para atender las demandas sociales es insuficiente y apenas uno de cada 10 pesos destinados a ese renglón llega a los más necesitados. Se encargó de ofrecer éstos y otros datos nada alentadores José Ángel Gurría, titular de Hacienda y de Relaciones Exteriores durante el gobierno del doctor Zedillo. Y si no le creen al ahora secretario general de la OCDE, están las cifras recientes del Banco Mundial: somos la única nación de América Latina donde el producto interno bruto por habitante se redujo en comparación con 2006, año en que triunfó el candidato cuya campaña se basó en hacer creer que López Obrador era un peligro para México.

Las cifras proporcionadas por la OCDE son igualmente útiles para ahondar en la situación de desastre que impera en amplias áreas agropecuarias: el campo es cada vez más improductivo en términos económicos porque, entre otras cosas, recibe menos recursos del sector oficial, más preocupado en traer del exterior los productos que demanda la población. Con el agravante de que el precio de los alimentos básicos se elevó notablemente los últimos meses. Especialmente el de la tortilla y el frijol.

El anuncio de que se evitará especular con esos dos productos cayó en el vacío ante la falta de control de precios. En paralelo, el monto y manejo de los recursos para disminuir los efectos de la sequía son manzana de la discordia entre el gobierno federal, los gobernadores de las entidades afectadas y los legisladores de oposición. Nuevamente, los funcionarios y los políticos buscan sacar provecho electoral (y cuando puedan también económico vía la corrupción) de los más necesitados.

Y aunque en las declaraciones oficiales se minimice la situación crítica existente en las entidades del centro y norte del país, es inocultable la tragedia que se vive en el agro por la errónea política agropecuaria y los fenómenos naturales.

La terca realidad también se hace presente en la política: por dedazo, el Partido Acción Nacional designa a la señora Isabel Miranda su candidata ciudadana a gobernar la ciudad de México. No hay tal; es la forma perversa de salvar de la derrota en las urnas a tres de sus militantes consentidos: Gabriela Cuevas, Mariana Gómez del Campo y José Luis Luege. Por disciplinarse tendrán su recompensa. Y bien remunerada.