Transformar los espacios, modificar la apariencia de un inmueble con objetos y contribuir a la socialización de la cultura es el leit- motiv del artista Rivelino (San José de Gracia, Jalisco, 1973), quien en Tlatelolco, el Monumento a la Revolución, el Museo Franz Mayer, el Palacio de Bellas Artes y el Museo Nacional de Arte, entre otros sitios de la ciudad de México, realizará la instalación titulada Raíces, que será inaugurada el 18 de enero y permanecerá hasta el 29 de febrero.

El propósito del proyecto es vincular espacios artísticos de la capital con la historia del país para hablar de arte e identidad, del pasado y el presente que han marcado la vida de los mexicanos.

Elegí puntos importantes que marcaron mi experiencia estética y de vida. Mi obra está ligada a la arquitectura, ya que tengo gran afición por esa disciplina y su historia. También investigué cada monumento, explicó en entrevista con La Jornada.

De acuerdo con Rivelino, la ciudad de México es única en el mundo por el número de monumentos históricos que tiene vinculados con la historia nacional. En el montaje de Raíces, segunda exposición del artista en espacios públicos después de Nuestros silencios, participan autoridades culturales locales y federales, así como instituciones privadas.

El artista plástico considera que las obras en espacios públicos adquieren sentido cuando son útiles a la comunidad, porque es otra forma de acercar a la sociedad a nuestros orígenes y al arte contemporáneo.

En cada proyecto de Rivelino ha sido importante mantener una relación abierta y creativa entre el lugar y el espectador, ya que busca narrar historias que involucren al público con el espacio artístico de manera directa.

Quería presentar algo completamente distinto a lo que he realizado, así que en año y medio investigué sobre cada lugar. El espectador se sorprenderá al ver cómo brota, nace y se sumerge una gigantesca raíz, señaló.

Raíces, cuyo lema es La historia nunca se detiene, abarca 14 espacios de la ciudad de México: la zona arqueológica de Tlatelolco, la Plaza de las Tres Culturas, la iglesia de Santiago y el Colegio de la Santa Cruz, que se encuentran en la misma zona; la Colección Andrés Blaisten, el Centro Cultural Tlatelolco, y el Monumento a la Revolución.

Además de la estación Hidalgo del Metro, el Centro Cultural José Martí, el Museo Franz Mayer, el Ex Convento de Corpus Christi, El Palacio de Bellas Artes, el Museo Nacional de Arte y la estatua de bronce en honor de Carlos IV de España, diseñada por Manuel Tolsá, conocida como El caballito.

Iconos arquitectónicos

Rivelino, con una trayectoria artística de 14 años, ha montado en lugares privados piezas hasta de 35 metros de largo, de cinco y siete toneladas, pero esta es la primera intervención pública que realiza con estructuras de más de 10 toneladas: una enorme raíz de mil 200 metros de largo, que se conecta intermitentemente.

La raíz se extiende de forma ondulante por plazas insignes y se ramifica invisible o imaginariamente por debajo de la superficie, para expulsar brotes en edificaciones históricas de diferentes épocas y estilos.

Todos los sitios elegidos por el artista son iconos arquitectónicos y emblemas de nuestro desarrollo como nación, fuentes de identidad y de original manifestación cultural. En palabras del escultor, Raíces es un recordatorio de nuestro pasado, un viaje por nuestra historia y patrimonio.

La instalación une momentos históricos de profundo dolor con otros de alegría; de éxito y de derrota. Toda la historia del país está resumida en estos espacios que voy a intervenir, señaló el artista.

Después de la experiencia con Nuestros silencios, Rivelino constató que la gente disfruta más una obra cuando se encuentra a su alcance, sin puertas ni torniquetes, y sin horarios.

Cada brote de la raíz enlaza la historia con el espacio. En un instante se unen el pasado del inmueble con el presente. La raíz está en las fachadas de los edificios, pero también es una invitación a que el público ingrese a los museos. El propósito siempre fue que la enorme planta conecte a la gente con el arte.

Por la dimensión de la raíz, el tipo de construcción, los materiales empleados y la complejidad de los espacios que ocupa la obra plástica se requirió de una extensa investigación y labor conjunta de ingenieros, arquitectos, estructuristas, diseñadores industriales y gráficos, técnicos en animación multimedia, fotógrafos, documentalistas y expertos en logística, seguridad y protección civil.

Con la colaboración de los directivos de los espacios artísticos y la autorización del Instituto Nacional de Antropología e Historia, el montaje de Raíces no dañará el patrimonio artístico, porque ninguna de las piezas será atornillada a las edificaciones, explicó Rivelino.

Los componentes principales fueron sometidos a simulación de problemas dinámicos estructurales entre otras pruebas para cumplir con el estándar más alto de seguridad técnica, urbana, ambiental y de cuidado para el espectador.

Los elementos externos que conforman la raíz están realizados de fibra de vidrio y espuma de poliuretano; el interior está hecho principalmente de estructura metálica con malla de acero, y algunos segmentos se componen de tubos corrugados de polietileno de alta densidad de seis metros de longitud cada uno.