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Beatriz Rivas y Federico Traeger complacen a sus lectores con Amores adúlteros... el final

Miles de peticiones en Facebook y Twitter detonan la segunda parte del libro negro

La infidelidad es un tema que nos ocupa a pesar de ser muy viejo, afirma la escritora

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Federico Traeger y Beatriz Rivas, en imagen de diciembre de 2010, cuando ocurrió el lanzamiento del volumen inicial de su saga sobre la infidelidadFoto Roberto García Ortiz
 
Periódico La Jornada
Viernes 13 de enero de 2012, p. 6

Dicen que nunca segundas partes fueron buenas. Pero los amo-res prohibidos son la excepción.

Así lo confirman los miles de lectores de la novela Amores adúlteros –escrita en 2010 por Beatriz Rivas y Federico Traeger–, quienes solicitaron a los autores, a través de las redes sociales, que la historia no concluyera en el libro que, desde su publicación, ha vendido más de 25 mil ejemplares, todo un bestseller en México.

Los escritores complacieron a su público y ahora dan a conocer Amores adúlteros... el final, libro que al igual que el anterior publica Alfaguara y que aún sin iniciar de lleno su promoción, comienza a tener buenas ventas.

Es la locura, dice Rivas en entrevista con La Jornada, quien nunca imaginó el furor que iba a causar aquel texto de 158 páginas y un formato diferente, surgido de un intercambio ciber-epistotal con su colega Federico, publicista y escritor de cuentos.

Preparan libro de aforismos

Amores adúlteros, conocido ahora como el libro negro, contiene varias páginas con fotografías, y otras más con frases breves, las cuales van armando una suerte de rompecabezas divertido y apasionado, pero también peligroso, como lo definieron entonces los autores.

Elegimos sin querer un tema que despierta muchas pasiones, detalla Rivas, abogada, periodista y profesora universitaria.

Agrega que “todo mundo conoce a alguien que ha estado dentro de una infidelidad y le preocupa de alguna manera, o de plano han estado dentro muchos más de los que lo reconocen, o han tenido esa tentación y no se atrevieron o no pudieron, entonces, la infidelidad es un tema que nos ocupa mucho, a pesar de ser muy viejo.

“No estaba muy convencida de hacer una segunda parte de la historia, precisamente porque sé que nunca son muy buenas, pero a través de Facebook y Twitter nos lo pidieron. Con las redes sociales vemos claramente que sí existe el famoso feedback que estudiamos en la universidad en la carrera de comunicación.

“Hubo mucho intercambio con los lectores y vimos que realmente se habían quedado muy picados. Nos dimos cuenta de que no iba a ser una segunda parte, pues el primer libro no es propiamente una novela; son una serie de aforismos, como fotografías que avientas y caen en desorden. No hay una historia precisa ni contada de manera cronológica, son instantáneas de un amor adúltero, entonces sí cabía una segunda parte que realmente fuera una novela”.

En Amores adúlteros... el final “hay más historia; el primer libro es la burbuja en la que están los amantes, dentro de la cual todo está bien. Ahora han pasado cinco años y a esa burbuja le empezó a entrar el mundo real, ya aparecen los cónyuges, tienen nombres, sabemos a qué se dedican, están los hijos, sabemos cuántos años tienen y, por tanto, entra la responsabilidad, el mundo cotidiano y la culpa.

“Aquí sí empieza una historia y termina, a diferencia del libro anterior. Si aquel fue la noche, aquí es ya de día, como cuando despiertas, volteas al lado y preguntas ‘¿con quién me vine a dormir?’ En este sentido, sí cabía esta segunda parte, pues la hubieran podido pedir los lectores pero si no venía al caso no lo habríamos hecho, se habría visto muy forzado”, explica Rivas.

El libro al que ahora llaman el azul, añade la autora, más que fotografías, contiene juegos con la tipografía, la cual cambia de color o de tamaño: “esa ha sido parte del éxito, ambas son novelas amables y de fácil lectura, cada capítulo es como una degustación, puedes leer dos cuartillas y si cierras el libro no pasa nada, no tienes que retomarlo desde el principio.

Cuando Federico y yo decidimos escribir el primer libro fue un poco de juego, nació de frases, no hubo la intención específica de trabajar el formato en el que está. Los dos venimos del cuento, entonces, se nos dio el escribir capítulos cortos.

Para promover Amores adúlteros se realizó desde 2010 una campaña en las redes sociales (en Facebook, su página tiene más de 11 mil seguidores), a raíz del intercambio de mensajes cortos con los lectores, los autores preparan ahora un libro de aforismos.