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Desde ayer forma parte del patrimonio inmaterial y cultural de la Unesco

El mariachi refuerza el sentido de identidad de México en el mundo

La declaratoria se dio a conocer en la reunión del comité intergubernamental del organismo de la ONU

Suman ya siete las riquezas del país con ese reconocimiento

Foto
Mariachi de Tecalitlán con Lázaro Cárdenas; Miguel Alemán Valdés aparece en la fila de arriba con sombrero boater de pajaFoto tomada del libro El mariachi, de Jesús Jáuregui, editorial Taurus
 
Periódico La Jornada
Lunes 28 de noviembre de 2011, p. a16

Con la declaratoria este domingo del mariachi como patrimonio cultural inmaterial de la humanidad, México suma siete elementos en ese listado de la Organización de Naciones Unidas para la Educación la Ciencia y la Cultura (Unesco).

Como adelantó el sábado pasado La Jornada, la inscripción se hizo oficial alrededor del mediodía del domingo en Balí, Indonesia –alrededor de medianoche en México, por la diferencia horaria–, durante una reunión del Comité Intergubernamental para la Salvaguardia del Patrimonio Inmaterial.

Entre otros aspectos, el organismo internacional decidió reconocer al mariachi porque se trata de un manifestación musical que ha sido transmitida de generación en generación, recreada constantemente durante actividades festivas, religiosas y sociales, dotando y reforzando el sentido de identidad y continuidad de sus comunidades portadoras en México y el extranjero.

La candidatura de esta expresión musical, cultural y vital, una de las más emblemáticas y conocidas de México en el mundo, fue una de las 17 que fueron recomendadas para su inscripción durante la sexta reunión del citado comité de la Unesco, que concluirá el próximo 29 de noviembre.

En agosto de 2010 el gobierno mexicano, mediante la Secretaría de Cultura de Jalisco y el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), hizo la postulación, con el título El mariachi, música de cuerdas, canto y trompeta.

La propuesta mexicana fue evaluada durante la reunión como uno de los siete expedientes que merecen especial reconocimiento, cuidadosamente concebido, bien preparado, efectivamente presentado y convincentemente argumentado.

En la sesión recibió el voto unánime de los 24 países que conforman el comité intergubernamental, así como el apoyo del grupo de América Latina y España.

Con la declaratoria del mariachi, México ocupa el octavo lugar en el listado de patrimonio cultural inmaterial de la Unesco, al lado de Colombia e Irán; está encabezado por China, con 29 elementos inscritos.

El mariachi es un fenómeno que ha permeado en la sociedad mexicana: se encuentra en cantinas y plazas, actos políticos, bodas, funerales y peleas de box, y en muchos sitios del mundo.

Por ejemplo, Aruba (una de las Antillas Menores) tiene la mayor densidad de mariachis, y el pasado Día de la Independencia de México debutó en El Cairo un conjunto conformado por músicos egipcios. Plácido Domingo ha cantado en ese estilo, vestido de charro. El cantautor español Joaquín Sabina ha expresado su gusto por estas agrupaciones, como dijo el año pasado al comenzar una gira por el país.

Desde el siglo XVII se tienen noticias de la existencia del mariachi; sin embargo, se afianzó y evolucionó hacia la forma en que se conoce ahora en la primera mitad del XX, sobre todo en el régimen cardenista (1934-1940), según Jesús Jáuregui (El mariachi, 2007).

A partir de esos años los mariachis se erigieron en símbolo de la cultura mexicana, inmortalizado en el cine y en el imaginario popular, acompañando a figuras como Pedro Infante y Jorge Negrete.

La Plaza Garibaldi, en la ciudad de México, es el más conocido foro de esos músicos, que ya ofrecen sus servicios en Internet.

Como antecedente, el Mariachi Vargas de Tecalitlán, una de las agrupaciones más famosas y de mayor tradición, se presentó por primera vez en Balí hace hace 48 años.

Otras riquezas culturales de México incluidas en la lista de la Unesco son las festividades del Día de Muertos (2008), la ceremonia ritual de los voladores (2009), tradiciones vivas y lugares de memoria de los pueblos otomí-chichimecas de Tolimán, Querétaro (2009), la pirekua, canto tradicional de los purépechas, los parachicos en la fiesta de enero de Chiapa de Corzo, la cocina tradicional mexicana y el paradigma de Michoacán (los tres en 2010).

Por otro lado, algunas de las manifestaciones culturales del mundo que se incluyeron en la lista de la Unesco, 14 en total, son el fado portugués, la equitación tradicional francesa, el teatro de sombras chino, el duelo poético Tsiattista (Chipre), la peregrinación al santuario del Señor de Qoyllurit’i (Perú), los conocimientos de los chamanes jaguares de Yuruparí (Colombia), el balafón de las comunidades senufo (Malí y Burkina Faso) y las danzas sagradas japonesas del santuario Sada.

En Portugal, la designación del fado por la Unesco fue recibida con beneplácito. Este reconocimiento es una fuente de orgullo para todos los portugueses, escribió el presidente de de se país, Anibal Cavaco Silva, en un mensaje publicado en el sitio web de la presidencia, en el cual rindió homenaje a los cantantes de fado, a los poetas, los músicos y compositores que contribuyeron a hacer del fado una melodía universal, reportó la agencia Afp.

Con información de Reyes Martínez