La otra cara del goleador Cardozo
osé Saturnino Cardozo no dudó en acudir a lo necesario con tal de recobrar su relajado ritmo en los entrenamientos, propio de la estrella consagrada que para entonces era con el Toluca. Le incomodaba demasiado el estilo gritón, exigente y un tanto autoritario de Ricardo Ferretti, por lo que decidió eliminar el obstáculo.
Tuca dirigió a los Diablos Rojos entre 2003 y 2004. Sin embargo, Cardozo añoraba al bonachón Enrique Meza y no tardó en manifestar hostilidad hacia el brasileño, quien denunció ante la directiva la existencia de volantes en los que le lanzaban amenazas de muerte, las cuales provenían supuestamente de barristas molestos con su estilo de juego.
Ferretti sopesó la situación, valoró la condición de ídolo del paraguayo –dentro y fuera del plantel–, y optó por presentar su renuncia al timón. Antes advirtió: ¡Cuidado con el 9!
Durante la averiguación policiaca se detuvo a dos repartidores de volantes quienes, puestos contra la pared, confesaron haber sido contratados por Cardozo.
Meza volvió al timón escarlata, pero Saturnino ya no pudo ser el romperredes de antaño y cuajó el mal augurio: segundas partes nunca fueron mejores. La averiguación se arrumbó, pero quedó claro que la vida de Pepe tiene pinceladas reprobables. En la dirección técnica puede escribir otra historia, él que en días pasados ingresó al Salón de la Fama del Pachuca por sus 249 goles con el Toluca.
Los Gallos Blancos, últimos en clasificar a la liguilla, ya asestaron el primer golpe a Chivas. Fue un triunfo con ventaja mínima pero suficiente para mantener desquiciada a la ciudad, donde llegó Zlatko Petricevic con costales de dinero. El ex jugador y técnico asegura que es descendiente de la monarquía croata y financia al equipo con dinero de sus antepasados.
Querétaro recurrió hasta a seis ex chivas, todos con ganas de dejar en el camino a su antiguo equipo. Bastó ver el despliegue que mostró Adolfo Bautista, que esta vez de Bofo tuvo muy poco. Para la vuelta, sin embargo, el Rebaño tiene todo para imponerse en la serie: su mejor posición en la tabla general, el público y la cancha sintética que parecieron extrañar el sábado.
Morelia se le indigesta de fea manera al Cruz Azul. La Máquina no logra desprenderse del aspecto visceral que le produce este duelo. Los técnicos Meza y Tomás Boy disimulan su animadversión con ostentoso desdén, evitan el saludo deportivo y hasta mirarse siquiera, pero están pendientes el uno del otro como fieras al acecho. El incauto resultó Fausto Pinto, quien explotó en insultos contra Boy.
Los Cementeros se colgaron de los botines de Javier Aquino, habilidoso volante a quien algunas veces Meza lo reserva para el segundo tiempo y así le ahorra una buena dosis de patadas. Ahora lo mandó de inicio, quizá con la esperanza de provocar alguna expulsión. Tito Villa falló de manera infame un par de veces, mientras Jesús Corona tuvo destacada actuación, aunque no pudo evitar el par de dianas.
La moneda está en el aire, Monarcas ya visitó el estadio Azul y con arrojo se llevó la victoria. La Máquina da la impresión de ser prometedor, pero todavía no se quita de encima un gran signo de interrogación por la imagen que tiene de ser un plantel satisfecho, echado a la hamaca, con jugadores bien pagados, a pesar de tener más de una década sin retribuir nada al público ni a la directiva.
En la serie entre Jaguares y Santos, el cuadro chiapaneco saltó de cuerpo presente al campo del estadio Víctor Manuel Reyna, pero los Guerreros, que ganaban 2-0, invirtieron los papeles: esperaban el pitazo final cuando los sureños los empataron. La historia se definirá en Torreón.
Los Tigres del Tuca hicieron efectivos los pronósticos y se fueron con ventaja a casa. En el partido de vuelta pueden darse el lujo de perder 1-0 frente al Pachuca, ya que el empate global les dará el pase a las semifinales por ser el segundo lugar en la tabla general.
