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Promueve en centro comercial de Cancún programa El buen fin

El Presidente compra ofertas para reactivar mercado interno

Los Calderón adquirieron discos, películas y artículos deportivos

Enviada
Periódico La Jornada
Sábado 19 de noviembre de 2011, p. 16

Cancún, QR, 18 de noviembre. El presidente Felipe Calderón y su esposa, Margarita Zavala, fueron de compras a un centro comercial donde adquirieron discos, películas y artículos deportivos.

En su afán por promover El buen fin, la campaña de ofertas que busca emular el Día de Acción de Gracias de Estados Unidos para reactivar el mercado interno, el Presidente gastó mil 160 pesos con su tarjeta de crédito en un Mixup y otro tanto en Deportes Martí.

A su llegada a la plaza comercial Kukulkan se mezcló con las personas que se encontraban en el lugar, la mayoría funcionarios del gobierno estatal o sus familiares. Claro, me tomo la foto con el secretario, decía cuando se le acercó alguien.

Fue sorpresivo verlo caminar con cierta libertad por las tiendas, ya que habitualmente está rodeado de vallas aunque los escoltas del Estado Mayor Presidencial lo seguían a todas partes y se observaban francotiradores.

Cuando vio que había artículos de 99 pesos en una tienda de discos entró con su esposa, mientras el gobernador de Quintana Roo, el priísta Roberto Borge, se abría paso entre reporteros y escoltas para acercarse al mandatario. “Dejen pasar, voy a ver al preciso”, exclamaba.

Ahí, Calderón pidió un videojuego de Fórmula 1 y su esposa preguntó: “¿Ya viene El Checo Pérez?”, en referencia a Sergio Pérez, piloto mexicano de la escudería Sauber.

–¿Lo quiere para Xbox o wii? –preguntó un dependiente.

Wii, dijo el Presidente, pero Zavala intervino: No es wii.

Calderón solicitó las cajas y concluyó que era de Xbox, pero como no tenían la edición más reciente desistió de comprarlo.

Ya en la caja, Zavala pidió que le envolvieran un disco de Marco Antonio Solís, El Buki, para obsequiárselo al Presidente.

En ese momento el gobernador tomó una miniatura y comentó: “Yo creí que era El Buki”, luego de ser informado en el mostrador de que era de John Lennon. El secretario de Economía, Bruno Ferrari, hizo eco del comentario mientras entregaba la figura a Calderón y todos soltaron la carcajada.

Después de pagar con tarjeta, el mandatario contó que compró la película de Los miserables para su hija María, que le gusta la música, y las figuras de los Beatles para Margarita, que es fanática.

Luego presumió: “Margarita me regaló un disco de El Buki, de mi paisano y ya, ¿no?”

Alguien le preguntó qué información tenía del consumo interno por El buen fin, pero no hubo respuesta, aunque aclaró que su siguiente búsqueda era un aditamento para su bicicleta.

En la tienda Martí le mostraron varios implementos: monitor y banda pectoral, para medir tiempo y frecuencia cardiaca, cuando se practica el ciclismo, con un costo de 8 mil 999 pesos.

Después de cavilar un rato no compró el equipo porque sólo quería un GPS, pero el vendedor insistió que le diera sus datos para avisarle cuando tuvieran el producto.

Zavala se aproximó con un balón de futbol en la mano y lo lanzó al aire para decirle: Es para los niños.

A un lado, el gobernador invitaba al secretario de Hacienda, José Antonio Meade, a llevarse una playera del equipo de futbol América.

¿Que pasó?, soy puma, respondió Meade ante la incredulidad de Borge.

El Presidente preguntó si había tenis del equipo Monarcas, pero no tenían en existencia; mientras el gobernador compró una playera del equipo inglés Manchester United, donde juega Javier El Chicharito Hernández.

Con un listo Calderón dio por concluidas las compras y lo siguieron sus ayudantes con varias bolsas en la mano.

Luego él y su esposa se quedaron en Cozumel. Sus hijos, quienes se encontraban en la ciudad de México, los alcanzaron en un avión del Estado Mayor Presidencial.