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Emmanuel Morales dirige la puesta interactiva que se escenifica en la Casa del Lago

“La Orestiada no es apología del narco; sólo cuenta la historia de Esquilo”

El mundo de los griegos era tan sangriento como el de los narcotraficantes actuales, por lo que concuerdan perfectamente, señala

Busco contribuir a la reflexión por medio del teatro

El público se va moviendo en torno a las escenas; respira en cada drama, dice Ariane Pellicer

Foto
Elenco de la obra de teatro, que se presenta viernes y sábado
 
Periódico La Jornada
Viernes 18 de noviembre de 2011, p. a10

Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia, dicen los productores de la puesta en escena La Orestiada, clásica tragedia griega (de Esquilo) que en esta adaptación se desarrolla, no en los tiempos de Troya, sino en algún lugar de México, en una familia de narcotraficantes que vive en una zona privilegiada de una metrópoli como el Distrito Federal.

En esta versión (montada por Emmanuel Morales), Agamenón es un importante líder de un cártel de la droga, que después de derrotar a un grupo enemigo regresa a casa victorioso. Al llegar, su esposa Clitemnestra lo asesina en complicidad con su amante, Egisto. Pero, incitado por su hermana Elektra, Orestes venga la muerte de su padre matando a su madre y a Egisto.

“Se trata de una obra de teatro interactiva en la que el público entra a una fiesta de narcos y ahí empieza la historia, que se escenifica en las fachadas de la construcción de la Casa del Lago. La audiencia se va moviendo en torno a las escenas; respira en cada drama”, comenta la actriz Ariane Pellicer, quien representa a la reina Clitemnestra.

En el espectáculo, el auditorio vive esa tragedia en un recorrido por cuatro escenarios, con música en vivo y 30 actores en escena. Es su segunda temporada en ese recinto.

Texto vigente

Emmanuel Morales, quien también es actor, explica las razones de su adapación: “Todo nació a partir de la necesidad de escoger un texto vigente que tuviera algo que decir y me permitiera contribuir a la reflexion por medio del teatro. Eso fue el año pasado, después de terminar la temporada de la obra Hamelin (montada en el Foro Shakespeare), que abordaba el tema de la pederastia. Aunque el detonante fue que comencé a leer publicaciones sobre historias de narcotraficantes en las que salían fotos de sus casas y familias.

“El mundo de los griegos era tan sangriento como el de los narcos actuales, por lo que concordaban perfectamente... La obra de Esquilo fue escrita en un momento de transición en el que el modelo político cambiaba a la democracia. Orestes era perseguido por matar a su madre y las furias fueron sobornadas por atenea ofreciéndoles poder y territorio para arreglar la situación. Atenea, en mi versión, es un político que hace la mediación entre el jefe de las fuerzas armadas y los narcotraficantes en una ciudad como la de México, pero llamada Grecia, por lo que cualquier parecido con la realidad, creéme, es mera coincidencia.”

Morales agrega: “No hago una apología del narco ni de su estética. Es parte del panorama de todos los mexicanos: cuento la historia de Esquilo y, sin hacer juicio, presento el texto tal cual es”.

Para Pellicer, en el clásico griego y lo cotidiano en cuanto a ese tema del narco, la coincidencia es que se matan los unos a los otros. Creo que colaborar en puestas como éstas te hacen crear catarsis, sentimientros encontrados porque el texto sí es el griego y está traducido por un experto en el tema: Alejandro Curiel. En la obra hablamos como griegos, pero la música y el contexto son del mundo de narcotraficantes. Creo que respetar el texto completamente detona que se escenifique bien. Están todas las escenas, pero editadas, para que esté completa la obra, en la que de pronto la gente se ríe en el momento más trágico.

Compromiso social

En opinión de la actriz Khristian Clausen (quien representa a Elektra, pero también funge como productora ejecutiva), montar estas obras significa que “como artistas tenemos un compromiso social y al hacer contemporáneo el proyecto entramos en una responsabilidad moral y social. La pregunta es: ¿qué voy a trasmitir al público si ve todos los días mucha violencia en el país? La respuesta es hacer la obra con todo el amor y compromiso que tengamos. En la puesta vemos a la hija de unos narcos, que es víctima de nacer en esa familia, porque no está de acuerdo con la forma de ganarse la vida de sus padres. Esa es la pieza racional de toda la tragedia; tiene la balanza de poder salir de todo eso y cambiarlo así. En cuanto a lo interactivo, es muy importante que la gente se sensibilice de las situaciones que viven estas familias, que muchas veces llegan a esto circunstancialmente. O sea, el público está cansado de ver lo mismo”.

Para Clausen es un honor representar a Elektra, por la confianza que depositan en mí. El mismo traductor ha dicho que es una Elektra como nunca la había visto. Todas eran maléficas y agresivas, pero la mía la hemos entendido como Esquilo la quería: con su lado humanitario, que expresa sólo dolor porque le destruyeron lo que más amaba: su padre.

En La Orestiada además actúan: Tenoch Huerta, Hernán Romo, María del Carmen Félix, Janet Ruiz, Emilio Miranda, Fany Martínez, Grecia Rodríguez, Marcela Lecuona, entre otros. La música y las letras son originales de Hernán Romo y Mario Castelló, pero en el espectáculo tocan Álvaro León, Enrique Segura y Gabriel Jiménez. La coreografía es de José Roberto Solis.

La Orestiada se escenifica viernes y sábados a las 20 horas en la Casa del Lago, en el Bosque de Chapultepec. Concluirá temporada el próximo 10 de diciembre. Boleto: 100 pesos para el público en general y 50 para estudiantes, maestros y adultos mayores con credencial vigente.