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El final está sin escribir, dicen dos voceros vascos al diario Gara

ETA, dispuesta a hablar sobre la entrega de las armas y adoptar compromisos
Corresponsal
Periódico La Jornada
Sábado 12 de noviembre de 2011, p. 38

Madrid, 11 de noviembre. ETA confirmó que está dispuesta a hablar de la entrega de las armas y adoptar compromisos, pero advirtió que en los anteriores procesos de negociación el Estado español actuó con malicia. No buscaba la paz y la resolución, sino neutralizar la lucha de liberación.

La mayoría de las fuerzas políticas del País Vasco celebraron la postura del grupo armado, que por primera vez en 50 años anunció el cese definitivo de la violencia y su disposición a firmar la paz.

En extensa entrevista publicada en el diario vasco Gara, dos voceros de ETA explicaron por primera vez los antecedentes y la coyuntura creada a raíz del pronunciamiento del cese definitivo de la lucha hecho por ETA el 20 de octubre.

Los representantes explicaron que el proceso de debate y análisis para abandonar la violencia fructificó ahora ante las señales de agotamiento de esta estrategia. A su juicio, la lucha armada ha hecho una gran aportación para llegar al momento en que estamos y ha frustrado el intento de asimilación. En Euskal Herria no hay muchos que vean un error en el nacimiento de ETA. Mediante la lucha armada, entre otras cosas, Euskal Herria ha llegado a tener abiertas las puertas de la libertad.

Los voceros de ETA advierten que “el final está sin escribir. Se puede tener la tentación de pensar que todo está atado, de que se resolverá no se sabe en qué mesa. No. La ciudadanía debe construir el proceso y los miembros de la izquierda abertzale tienen una gran responsabilidad. Nadie nos dará nada, lo tenemos que ganar nosotros, con el trabajo y lucha diaria.”

ETA también reconoce que no hay otra alternativa al proceso de paz, pero que éste se puede alargar en el tiempo, en función del comportamiento de los estados y de la madurez de las fuerzas políticas. Una de las condiciones que pone a la resolución del conflicto es la consolidación de una mesa política, en la que se comprometen a no estar presentes para no alterar su funcionamiento ni su estructura.

Cada parte tendría que preguntarse si hizo todo lo que estaba en su mano. ETA ha cumplido todos los acuerdos y cuando los procesos se han roto formalmente ha seguido en la misma línea. El Estado español ha actuado con malicia. No buscaba la paz y la resolución, sino neutralizar la lucha de liberación.

Otra condición que la agrupación exige es la repatriación de los presos etarras a penales en el País Vasco y el regreso de los exiliados políticos, así como la salida de las fuerzas y cuerpos de seguridad del País Vasco y Navarra. El final de la confrontación armada no podría entenderse si Euskal Herria permanece llena de fuerzas armadas.

ETA sostiene que con este paso y con la consolidación de la izquierda abertzale como alternativa política en la región –actualmente la coalición Sortu es la segunda fuerza parlamentaria– estamos recorriendo el camino hacia la independencia con perspectiva a largo plazo. La primera batalla principal estará centrada en conseguir el reconocimiento de Euskal Herria y del derecho de decisión. Posteriormente se puede prever la apertura de una fase de transición entre el reconocimiento del derecho de autodeterminación y su aplicación.

En relación al dolor por la violencia, ETA dice que la confrontación armada ha causado mucho sufrimiento, también las acciones de ETA. No somos insensibles.