La opción popular une a los pintores Alfredo Zalce (1908-2003) y René Villanueva (1933-2001), cuya obra e ideario son expuestos al alimón en la muestra Con el pueblo en los ojos.

Se trata de la exposición que anoche fue inaugurada en el Salón de la Plástica Mexicana (Colima 196, colonia Roma), como parte de los festejos por los 30 años de Ediciones Pentagrama.

En la vida real, también hubo parentesco entre los dos personajes. Beatriz Zalce, hija de don Alfredo, y viuda de René, recuerda que fueron siempre muy cercanos a la gente: “Mi padre fue cardenista de toda la vida, desde el general hasta Cuauhtémoc; también apoyó la campaña para gobernador de Lázaro Cárdenas Batel.

Además, todo su trabajo con la Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios, con el Taller de Gráfica Popular y después una labor más discreta, pero de todos modos presente desde Morelia, la escultura del 68 y su obra muralística, evidentemente con el pueblo en los ojos.

Dolor por los miles de muertos

Villanueva, por su parte, empezó a tener conciencia social muy jovencito con el golpe de Estado contra Jacobo Arbenz, en Guatemala; ya después el movimiento de liberación nacional, el 68, incluso en la toma de Ciudad Universitaria lo llevaron preso. Luego, su militancia en el Partido Comunista y posteriormente su total adhesión y vida entregada al zapatismo. Fue de los fundadores del Partido de la Revolución Democrática y cardenista.

Beatriz Zalce, en entrevista, manifiesta: “Urge mostrar cuando las personas tenían ideales, cuando había esperanza, cuando había una lucha por la dignidad de este país, en estos momentos de desasosiego, de una violencia extrema donde esta lucha contra un enemigo tan abstracto tiene muertos concretísimos y números escandalosos. Cifras que duelen en el alma, que indignan, por las que hay que comprometernos y actuar.

Hablamos de dos artistas que vivieron su tiempo apasionadamente, que no sólo fueron testigos, sino partícipes y que de alguna manera hay un legado de cada uno. Retomarlo y recordarlo es urgente en estos momentos.

Paleta luminosa y colorida

De Villanueva se exhiben ocho pinturas, cuyo tema es la música –fue fundador de Los Folkloristas–, hechas en los años 80 y 90, etapa de una paleta muy luminosa, muy colorida. Es figurativo, pero se da sus licencias, apunta Beatriz. También se exponen libros de su autoría, como Cantares de la memoria (1994), otros que hizo con el Instituto Politécnico Nacional sobre música huasteca, michoacana y guerrerense, en su calidad de investigador de las grabaciones de campo que hasta este momento están editadas, así como fotografías.

Mientras que de don Alfredo se muestran cinco obras, entre ellas dos tapices, La granja y Morelia de noche, además de serigrafías y muchas fotografías.

Respecto de algunos proyectos, la entrevistada adelanta que la casa y taller de su padre, en Morelia, pasaron a un patronato, del que ella forma parte con varias autoridades, y hay planes de hacer cosas. A una década de la muerte de Villanueva, “buena parte de sus grabaciones de campo se ha digitalizado de manera independiente, con apoyo de Modesto López, de Ediciones Pentagrama. También hubo un acercamiento con la Fonoteca Nacional, ya que fue uno de los principales impulsores para que se discutiera la necesidad de crear una institución de ese tipo. Asimismo, se han montado muchas exposiciones de René en diferentes lugares de la ciudad de México y en los estados.