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El músico ofrecerá hoy un concierto en el Teatro de la Ciudad

Sólo soy un aprendiz de cantautor, expresa el cubano Amaury Pérez
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Promete presentar un Amaury total, auténtico, desenfadado y sin mucha trampa
 
Periódico La Jornada
Jueves 27 de octubre de 2011, p. a11

Hace tres años que no canto en el Distrito Federal, pero más de 15 de no hacerlo en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris, expresó en entrevista con La Jornada el cantautor cubano Amaury Pérez, quien hoy dará un concierto sin artificios, él con su guitarra, en el foro de Donceles.

El concierto se llama Con 2 que se quieran..., título que tomó de un tema de disco más reciente, Bardo.

“El Teatro de la Ciudad me trae recuerdos muy cálidos. La última vez que estuve ahí fue cuando se anunciaba Lo Cortez no quita lo Cabral; canté una pieza con ellos. No anuncio disco nuevo porque no tengo disquera. Bardo está en los medios alternativos, como Internet, del cual se puede bajar. Mi página es amauryperez.com.mx, que me hacen unos amigos mexicanos.

Vengo a presentar un Amaury total, auténtico, desenfadado, real, sin mucha trampa... por no decir que sin trampas. Estoy aquí para darme una dosis de DF, que me hacía falta. Suelo venir acá, aunque no venga a cantar. El concierto será para compartir con mis amigos y con los que quieran ser mis amigos.

Añadió que se siente parte del DF. “Llevo 33 años viniendo acá y creo que eso que pasa hoy con el narcotráfico es pasajero, aunque, claro, ha costado muchos miles de vidas. Cuando uno quiere a alguien, en este caso a un país, lo quiere con sus luces y sus sombras, con sus revelaciones y sus misterios. Es lo que me pasa con México. A las personas que tenemos fe, que practicamos alguna religión, nos enseñan que la muerte es luz, es destino. Entonces, ¿a qué le voy a tener miedo? Sólo soy una persona que hace canciones y que las canta. No soy un peligro para la humanidad.

“Creo que donde están los conflictos más serios, las personas necesitan que les canten y las acompañen. Le digo a mi empresario que quiero ir a cantar a Ciudad Juárez, ¡sin guaruras, sin camionetas! No es cosa de valentía; es consecuencia. Conocí un México en el que después de los conciertos uno se iba al Ángel de la Independencia a tomar tequila hasta las tres o cuatro de la mañana. Me tomaba el tequila con el taxista, pero ahora es imposible hacer eso en la madrugada.

Eso me lo recordó hace poco Alex Lora, quien me preguntó si me acordaba cuando nos íbamos por diferentes lares al final de una presentación. Me dijo que ahora salimos de los conciertos y vamos a las farmacias. Algunas cosas cambian... sí.

Problema pasajero

–¿Cuál es su opinión sobre la reciente polémica entre Silvio Rodríguez y Pablo Milanés, luego de la presentación de éste en Miami?

–Lo voy a responder en el lenguaje del boxeo: ¿qué hace un peso mediano, un peso welter como yo, opinando en un ring donde hay dos pesos superpesados? Yo he estado muy al margen de esa polémica. No he seguido las noticias. Creo que Pablo tiene todo el derecho a decir lo que le parezca y Silvio a responder de igual manera. No me siento a la altura de ninguno de los dos para calificarlos, porque no tengo su trayectoria. Soy tan sólo un aprendiz de cantautor. Soy un aprendiz de los dos. Ese problema creo que es pasajero. No he ido a cantar a Miami, primero porque no me han invitado, y segundo porque prefiero ir a ver a mi familia, a mis amigos, que son muchos, y así me la paso mucho más tranquilo.

¡Silvio es mi amigo! ¡Es mi hermano! ¡Pablo no es mi amigo! Esto por decisión del propio Pablo desde hace muchos años.

—¿Qué pasó?

—No lo sé. Eso habría que preguntárselo a Pablo. No obstante esto, yo no voy a descalificarlo en ningún sentido.

Para Amaury, la música de la trova y de la nueva trova sigue su curso. No estoy al tanto de toda la música nueva, de moda, que se escucha en Cuba, porque más bien sé lo que oyen mis hijos, como Coldplay. Estoy muy lejos del hip hop, del rap y del reggaetón. No descalifico nada, pero esta música no la consumo y no me interesa. Yo consideraba que José José era un cantante comercial, pero el mundo ha dado tantas vueltas que ahora sus canciones son verdaderas clásicas.

Sigue escuchando a Silvio Rodríguez, a Chico Buarque, a Joaquín Sabina, a Joan Manuel Serrat. Dirán que esto lo dice un hombre de 57 años, al que ya pasó su tiempo, pero tuve la dicha de llenar el Auditorio Nacional durante muchos, cuando cabían 13 mil personas. Se ha acabado el público para muchos como yo, pero también se acabaron otras cosas, como la piel tersa. Me salió panza. Sí, pero también sé más qué es lo que quiero. Ya no me doy el lujo de andar con una corte de adoradores. En los años 80 no podía salir del hotel, pero ahora puedo andar por la Zona Rosa con toda tranquilidad, ¡Nadie me mira! ¡Nadie me conoce! Ésa es la libertad y Luis Miguel no lo puede hacer. Algunas de mis canciones fueron importantes para muchas personas hace unas décadas y eso es lo importante. He sido coherente. Como dije hace rato: yo respeto lo que dicen Silvio y Pablo, ¡pero también quiero que respeten lo que digo yo! O sea, el lavadero mío está en La Habana.

Hoy será oportunidad para escuchar a Amaury con su Acuérdate de abril, en el Teatro de la Ciudad, a las 20 horas. Boletos: 500, 389, 278 y 134 pesos, en taquilla y Ticketmaster. Mayores informes: amauryperez