En todos los países en desarrollo, como el nuestro, la tercera parte de las mujeres diagnosticadas con cáncer de mama mueren, señaló Enrique Bargalló Rocha, jefe del Departamento de Tumores Mamarios del Instituto Nacional de Cancerología (Incan), quien remarcó que hay que reforzar la prevención primaria, que se refiere a la disminución de riesgos, así como la secundaria –detección oportuna de la enfermedad–, para lo cual es fundamental la educación.

Entrevistado por La Jornada, con motivo del Día contra el Cáncer de Mama, que se conmemora el 19 de octubre, manifestó que “la clave sigue siendo la educación, porque puede haber grandes campañas para detección oportuna, que existan cada vez más mastógrafos, que se mejoren las normas oficiales (NOM) –relacionadas con este cáncer–, pero si la paciente no va a los centros de salud no se puede hacer nada, y todo es letra muerta. Debe haber un cambio de conciencia para que la mujer se responsabilice de su salud”.

Destacó que éstas deben preocuparse por bajar los riesgos desde temprana edad, porque está claro que una mujer que no tiene sobrepeso, no fuma, no toma hormonas, tiene una dieta balanceada y hace ejercicio disminuye la posibilidad de desarrollar cáncer, incluido el de mama, y aumentar su supervivencia hasta en 14 años. Añadió que además de estos factores debe realizarse la exploración manual, y a partir de los 40 años de edad una mastografía anual, según determina la NOM 041 relativa al diagnóstico y tratamiento de este cáncer.

El experto reconoció que el incremento en el número de casos nuevos es una tendencia mundial, no sólo en México: a escala global ha aumentado en uno por ciento por año. Hoy se estima que se diagnostican alrededor 1.5 millones de nuevos casos.

Apuntó que pese a que el alza de la incidencia es uno por ciento, hay una diferencia entre el incremento de los países desarrollados a la cifra en aquellos en vías de desarrollo. En países con economías emergentes, como la nuestra, el aumento se cuadruplica. Actualmente “60 por ciento de los nuevos casos se da en esas regiones.

Dijo que esta situación se explica porque países como el nuestro no tienen dentro de sus fortalezas las cifras, lo que quiere decir que hay un subregistro, lo cual muestra que no es sólo un problema epidemiológico.

De hecho, señaló, en México no hay una cifra oficial confiable, porque hay un registro relativamente débil, pero se calcula que debe haber alrededor de entre 15 y 18 mil nuevos casos por año, “cifra alarmante, pues implica cerca de 5 mil decesos anuales.

Sostuvo que nuestro país, a diferencia de otros de Latinoamérica, tiene una cobertura universal para el tratamiento y diagnóstico de cáncer de mama. El seguro de gastos catastróficos permite que todas las mujeres con diagnóstico de cáncer de mama puedan ser tratadas.

Respecto de la sobrevida, admitió que en naciones en desarrollo es peor en comparación con las desarrolladas.