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Leer a la escritora brasileña enseña a vivir, dijeron al presentar Descubrimientos

Completan la publicación en castellano de las crónicas de Clarice Lispector
 
Periódico La Jornada
Jueves 1º de septiembre de 2011, p. 7

El amor, el tiempo y la muerte son algunos temas que Clarice Lispector (1920-1977) explora con maestría en Descubrimientos, volumen que reúne textos inéditos de la escritora brasileña, el cual fue presentado la noche del martes en la Casa del Poeta Ramón López Velarde.

Descubrimientos completa la publicación en castellano de las crónicas que Lispector escribió cada sábado, entre el 19 de agosto de 1967 y el 29 de diciembre de 1973, para el periódico Jornal do Brasil. El primer volumen, Revelación de un mundo, fue publicado también por la editora Adriana Hidalgo, en 2004, con sucesivas reimpresiones.

Durante la presentación del libro traducido por Claudia Solans, los escritores Brenda Lozano, Luis Felipe Fabre y Brenda Ríos coincidieron en señalar que leer a Clarice Lispector, enseña a vivir, porque uno asiste al descubrimiento del mundo junto a ella.

A Clarice se le lee para vivir y la relación que se establece con ella es para la vida. Es una escritora muy mujer que puede hablar para las mujeres y tiene el cuerpo de una hermosa mujer, expresó Fabre en su intervención.

Asimismo, comentó que la autora nacida en Ucrania y quien vivió en Brasil, desafió el concepto de crónica al experimentar con textos breves o poemas en prosa que después utilizó en las novelas. Siento que las novelas de Clarice están hechas de hilitos de universo, que anudan en una trama.

Luis Felipe Fabre mencionó que los cuentos del volumen La legión extranjera aparecieron como crónicas en el Jornal do Brasil y que Felicidad clandestina, publicado en 1971, también incluye esos mismos relatos.

Según Fabre, para Lispector la escritura era como salir por enésima vez a buscar la experiencia de la realidad. Por ello la consideró como la madre de las cosas, por encargarse con minuciosidad del mundo.

Fabre y Lozano se refirieron también a esa nueva manera de ver el mundo de Lispector, a sus frases que expresan amor, dolor y sabiduría; a los personajes que plasmó en sus obras, los cuales surgieron de sus conversaciones con taxistas y niños.

Brenda Lozano subrayó que la obra de Lispector no es una suma de frases, sino que logró vivir a través de éstas y eso mismo sucede a los lectores. A Clarice, la leemos para vivir. En su intervención, la joven escritora señaló que amar a los demás, escribir y cuidar a sus hijos, fueron los tres ejes en la obra de la autora.

Brenda Ríos explicó que la literatura de Clarice pone al lector en un juego de frases, de pensamientos en torno a la verdadera felicidad. La ironía y el humor de Lispector es fundamental para entender de dónde viene la tradición brasileña, agregó.

“Traducir a Clarice (y no sólo sus textos) es una aventura que bajo su aparente sencillez resulta tan sinuosa, sutil –y al mismo tiempo brutal–, tan hermética e inquietante, que hace que el esfuerzo por aprehender esa idea, ese concepto que se sabe que está ahí, sumergido, enterrado pero siempre entrevisto a través de las palabras, se convierta por momentos en un gesto vano, casi como una mano que se cerrara en el vacío”, escribe Claudia Solans en el prólogo de Descubrimientos.