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Violencia en Monterrey
También ustedes son responsables, reprocha Calderón a estadunidenses

Decreta tres días de luto nacional

Reducir consumo de drogas y frenar venta de armas de alto poder, demanda a gobierno, Congreso y pueblo del país vecino

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Bomberos de Monterrey revisan los escombros del edificio incendiadoFoto Xinhua
 
Periódico La Jornada
Sábado 27 de agosto de 2011, p. 5

El ataque contra el casino Royale, de Monterrey, Nuevo León, fue cometido por verdaderos terroristas, afirmó ayer el presidente Felipe Calderón al declarar tres días de luto nacional, que concluyen este sábado.

A diferencia de lo ocurrido tras el incendio en la guardería ABC, de Hermosillo, Sonora, adonde acudió 13 meses después y declaró al año siguiente el luto nacional, en esta ocasión se trasladó a Monterrey horas después de cometido el atentado y decretó el duelo de inmediato.

En su alocución de 20 minutos, Calderón reivindicó la presencia del Ejército en las calles y dijo a los actores políticos y sociales que las fuerzas del orden, señaladamente las fuerzas federales, están defendiendo a los ciudadanos de los criminales. Déjennos hacer nuestro trabajo. Dejen a un lado la mezquindad política y los intereses que buscan, precisamente, frenar la acción de las fuerzas federales simplemente para obtener, quizás, un lucro mediático y político.

Concluida su reunión con los integrantes del gabinete de seguridad, el Presidente ingresó a las 8:50 horas al salón Manuel Ávila Camacho de Los Pinos, acompañado por su esposa, Margarita Zavala; el director del Cisen, Guillermo Valdés; el consejero jurídico del Ejecutivo Federal, Miguel Alessio Robles, todos vestidos con traje oscuro, y de Alejandro Poiré, vocero de seguridad.

En su mensaje, el cual fue transmitido parcialmente anoche en cadena nacional de televisión y radio, reclamó el unánime repudio y la respuesta unificada de todos los mexicanos como un solo pueblo.

Hizo exigencias a diversos actores para que colaboren en la lucha contra la delincuencia: a la Cámara de Diputados demandó dar certidumbre jurídica al Ejército Mexicano; al Poder Judicial, revisar sus estructuras, posiblemente penetradas por el poder corruptor de la criminalidad; a la sociedad, denunciar a los criminales, y a Estados Unidos, detener el tráfico de drogas y de armas.

Al inicio de su intervención, el michoacano calificó este hecho de acto de terror, de barbarie terrible y el más grave atentado contra la población inocente que haya visto el país. No ocurrió así con los bombazos del 15 de septiembre de 2008 en Morelia, Michoacán, a los cuales no catalogó de inmediato como actos terroristas.

Pero no nos confundamos ni nos equivoquemos; no estamos hablando de un accidente, sino de homicidio brutal e incalificable. Criminales con premeditación, alevosía y ventaja llegaron al lugar, amagaron a las personas que ahí se encontraban y prendieron fuego sin más a esas instalaciones; homicidas incendiarios y verdaderos terroristas sobre los que no sólo debe caer el peso de la ley, sino el unánime repudio de la sociedad, de los poderes públicos, de los partidos políticos, de los líderes sociales y de los medios de comunicación, aseveró.

Luego dio a conocer diversas medidas para castigar a los criminales: una cuantiosa recompensa de la Procuraduría General de la República (PGR) para que éstos sean denunciados, y el reforzamiento de la presencia de las fuerzas federales en la zona metropolitana de Monterrey.

Consideró necesario esclarecer la situación jurídica administrativa en la operación del casino y revisar si el incumplimiento de las normas de protección civil agravaron las dimensiones de la tragedia y el número de víctimas.

Antes de viajar a la capital de Nuevo León con los integrantes de su gabinete de seguridad, prometió: no vamos a dejar solos a los regiomontanos, que están sufriendo por la violencia irracional de los delincuentes, y no descansaremos hasta dar con los culpables y restituir la tranquilidad en esa entidad.

Tras advertir que no claudicará en su lucha contra la delincuencia, reiteró su llamado a los estados y municipios a acelerar el paso para cumplir el acuerdo en seguridad, dado que el avance de criminales se explica por la enorme corrupción prevaleciente en distintos órdenes de gobierno.

Mes y medio después de corregir sus cuestionamientos al Poder Judicial a raíz del fracaso del expediente de Jorge Hank Rhon, esta vez volvió a arremeter contra los jueces, al señalar que muchos son honestos, pero es cierto que la impunidad rampante que se vive en el país obedece, también, a que por una u otra razón los criminales no obtienen el castigo que merecen a la hora de ser juzgados.

Demandó al gobierno, el Congreso y el pueblo de Estados Unidos que reduzcan su consumo de drogas, y les solicitó que si están resignados a seguir así, busquen opciones de mercado o establezcan puntos de acceso distintos a la frontera con México.

Insistió en pedirles encarecidamente que cierren la venta criminal de armas de alto poder, porque somos vecinos, somos aliados, somos amigos, pero también ustedes son responsables.

Unidad como un solo pueblo

Calderón afirmó saber que en este momento mucha gente se pregunta qué pasará, y explicó que la respuesta es clara: los criminales deben saber que mientras más se metan con gente inocente, más contundentemente vamos a actuar contra ellos. Deben dejar en paz a la sociedad.

A todos nos queda claro que los enemigos de México son los criminales, afirmó al convocar a los mexicanos a demostrar que somos un pueblo solidario, capaz de unirse en las horas más oscuras, que ante el miedo y la zozobra que pretenden infundir los delincuentes, sabemos responder con firmeza, determinación y serenidad.

Declaró entonces que es momento de asumir sin regateo y sin mezquindades la responsabilidad que nos corresponde para que los delincuentes dejen de lacerar al país.

Argumentó que es momento de unirnos todas las fuerzas políticas, los gobiernos municipales, estatales y federales, el Congreso de la Unión, las organizaciones civiles, los comunicadores y todos los mexicanos que sabemos que nuestro país es más fuerte que el puñado de criminales que quieren imponer el miedo por ambición.

El michoacano se valió de este argumento para promover de nuevo la aprobación de las reformas y leyes pendientes para fortalecer a fondo la seguridad de los mexicanos. Es hora de entrarle a fondo también, reiteró.

Propuso transformar el agravio y la tristeza en valor y coraje para enfrentar unidos, como un solo pueblo, a los delincuentes. Reiteró que sólo así se han superado y se superarán momentos amargos.