Directora General: CARMEN LIRA SAADE
Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER  
Domingo 7 de agosto de 2011 Num: 857

Portada

Presentación

Bazar de asombros
Hugo Gutiérrez Vega

Al pie de la letra
Ernesto de la Peña

Monólogos compartidos
Francisco Torres Córdova

El alma de Léon Bloy
Bernardo Bátiz V.

En el amor los cuerpos establecen su propio paraíso
Ricardo Yánez entrevista
con Jorge Souza

Leonora Carrington, la inasible
Germaine Gómez Haro

Copi y la Irreverencia
Gerardo Bustamante Bermúdez

Leer

Columnas:
Señales en el camino
Marco Antonio Campos

Las Rayas de la Cebra
Verónica Murguía

Bemol Sostenido
Alonso Arreola

Cinexcusas
Luis Tovar

Corporal
Manuel Stephens

Mentiras Transparentes
Felipe Garrido

Al Vuelo
Rogelio Guedea

La Otra Escena
Miguel Ángel Quemain

Cabezalcubo
Jorge Moch


Directorio
Núm. anteriores
[email protected]

 

Luis Tovar
[email protected]

Guanajuato 14 (I DE II)

Decisión inalienable de sus fundadores, con Sara Hoch al frente, ha sido la de cambiar el nombre feliz de Expresión en Corto por el de Guanajuato International Film Festival, así en inglés, cuyo acrónimo será GIFF. Como sea que vaya a ser nombrado de ahora en adelante, el recién concluido es el número 14 de lo que, por lo menos hasta el presente año, ha sido el escaparate más importante para la exhibición y el disfrute de esa vertiente fundamental del cine llamada cortometraje. Es de desear que, no obstante los notables cambios y añadidos –entre los cuales destaca la inclusión de secciones oficiales, premiables, de largometrajes nacionales y extranjeros, de ficción y documentales–, cuya naturaleza hará que Todomundo se ocupe de dichos cambios más que de lo que ha constituido la esencia de las trece ediciones pasadas, esa esencia no termine recibiendo el tratamiento, como de pariente pobre, que los cortos suelen recibir en otros festivales.

Para contribuir a la consecución del deseo antedicho y por elemental congruencia, se hablará aquí exclusivamente de cortometrajes, si bien pocos, por estricta razón de espacio. Todos ellos formaron parte de la Sección oficial México y, salvo donde se indica algo diferente, fueron producidos en 2010.

De este mundo, escrito y dirigido por la guanajuatense Fernanda Valadez, egresada de la licenciatura en Filosofía y actualmente estudiante en el Centro de Capacitación Cinematográfica, fue el ganador del otrora principal premio de Expresión en Corto. El buen empleo de sus veintiséis minutos y medio de duración –bastante más que el promedio– pone de manifiesto al menos dos cosas: la primera, que se trata de una historia con profundidad y complejidad igualmente superiores al promedio –es decir, mucho más que el recurrente chiste filmado, o bien la estructura doblefilo que todo lo apuesta al “final sorpresa”–; la segunda, que Valadez tiene la suficiente capacidad para desgranar convincentemente una trama de relativo aliento largo. Incluso sale avante del riesgo de haber recurrido a un personaje protagónico más bien manido, pues se trata de una mujer interna en un manicomio –interpretada por Sophie Alexander, algo plana de tan contenida–, que sale de ahí con un propósito concreto. Acierta la directora al dejar pronto atrás las típicas paredes blancas y los típicos enfermeros abusivos, para concentrarse en la búsqueda y reencuentro de la protagonista con su hermano/hermana, es decir, la única persona en el mundo con quien la ex interna se siente amorosamente vinculada. A propósito, no es menor el empuje, dramático e icónico, impreso por una estupenda Diana Lein en el papel coprotagónico.

2042, coproducción México-Argentina hecha en este 2011, dirigida por el mexicano Emiliano Castro y coescrita por él mismo y su hermano Héctor, emplea los once minutos de su duración en algo que podría ser denominado preciosismo apocalíptico. Declaradamente inscrito en la ciencia ficción desde el título mismo, propone para dentro de treinta y un años un mundo ecológicamente invivible en el que, por alguna razón jamás clara ni aclarada, un grupo de niños no padece las taras físicas de las que sí adolecen los adultos, ni precisa de usar las máscaras antigás sin las cuales –imagina uno, con lógica– estos últimos de seguro morirían. No nada más los antedichos, sino algunos otros anacolutos narrativos permean una puesta en escena cuya carencia de diálogos la priva de posibilidades verbales para esclarecer una trama que, de este modo, acaba siendo más bien oscurecida que oscura, falencia que desde luego no es posible remediar con propuestas visuales blanco y negro elegantemente contrastadas, cuidadosas cámaras lentas y encuadres perfectamente elaborados.

La trama que se desarrolla en El pozo, dirigido por Guillermo Arriaga y desde luego con guión de él mismo, tiene lugar en algún punto del norteño desierto mexicano y cronológicamente está ubicada durante los años de la Revolución de principios del siglo XX. El cortometraje cuenta la historia de un anciano que de golpe se queda sin sus tres nietos varones, dos que la Revolución le arrebata y el restante, caído en el pozo de agua al que alude el título. No obstante ser conducido con mano claramente provista de habilidad y eficiencia, no obstante la fuerza dramática que debería imprimirle el hecho de que sea el abuelo, con un balazo, quien priva de la vida al nieto en el pozo, el corto concluye y uno siente que alguna emoción –angustia, tristeza, desesperanza o sucedáneos– no alcanzó a ser plasmada.

(Continuará)