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Luis Humberto Crosthwaite participó en la reciente edición de la Semana Negra de Gijón

Escribir sobre la violencia trastoca la información oficial
 
Periódico La Jornada
Martes 2 de agosto de 2011, p. 6

La literatura sobre la violencia no sólo documenta el momento, sino que llena los huecos de toda la información oficial, o no sólo la llena, sino que también tiene la capacidad de trastocarla, voltearla, mostrar que es una falsedad, sostiene el escritor Luis Humberto Crosthwaite.

Autor de la novela Tijuana: crimen y olvido y del recién reditado libro de cuentos Instrucciones para cruzar la frontera, el tijuanense afirma, a propósito de la novela negra, que ésta se caracteriza por mostrar una realidad que el gobierno siempre trata de evadir.

Crosthwaite participó en la edición 24 de la Semana Negra de Gijón, festival cultural dirigido por Paco Ignacio Taibo II, que concluyo el pasado domingo.

En entrevista, Crosthwaite considera que escribir sobre la violencia ha escalado a un punto que es imposible evitarlo. Hay temas que tienes enfrente y no hay por qué darles la vuelta, mejor los enfrentas.

Además, “durante mi labor como editor de un diario en San Diego estuve en contacto con todas estas situaciones violentas. Y, sobre todo, me empecé a obsesionar con la muerte de periodistas.

Me estaba saturando, llegando muy al fondo y tenía que liberarme. Dije: vamos a sacarlo en una historia. Y así nació la que podríamos llamar su primera novela negra, Tijuana: crimen y olvido, en la que una pareja de periodistas desaparece en esa ciudad fronteriza y el autor, vuelto también personaje de la historia, busca desentrañar el misterio.

El narrador, de hecho, volverá a abordar el tema en una de sus próximas obras. “Es un thriller político, una especie de novela negra también. Se ubica en México y trata sobre el hijo de un gobernador que se ve obligado a viajar a Estados Unidos tras un problema en el país”.

La nota roja también ha sido un detonante para que Crosthwaite escriba historias rodeadas por la violencia. Los reportes de asesinatos o crímenes siempre dejan un hueco y a mí me queda la duda sobre qué pasó más allá de los hechos y, sobre todo, quiénes son estas personas.

Sin embargo, Tijuana: crimen y olvido no es como las novelas negras clásicas, en las que una verdad, la solución de un crimen, se va develando. En ésta, apegada más a la realidad mexicana, la historia deja muchas interrogantes, advierte el autor.

Al abordar la desaparición de periodistas, no puedo decir que se supo quién los mató o desapareció. Tienen que empezar como desaparecidos y terminar así, sin ninguna respuesta. Ése fue el planteamiento inicial de la novela.

El temor

–Al final de la novela, uno de sus personajes habla del temor.

–La novela parte del temor de la periodista Magda, se siente perseguida, se vuelve paranoica. Y eso mismo siente su colega Juan Antonio, a partir de la incomprensión de lo que sucede a su alrededor.

–¿Ha experimentado temor en ese sentido?

–Los que vivimos en el norte, en Tijuana, Juárez, Monterrey, pese a que hasta cierto punto vemos las situaciones violentas lejos de nosotros, éstas se impregnan, y el temor quizá se manifiesta a nivel subconsciente antes que a un nivel que puedas detectar.

“Por ejemplo, en Instrucciones para cruzar la frontera (reditado por Tusquets), el cuento ‘El hombre muerto pide disculpas’ lo escribí a partir de un sueño. Soñé que una persona se acercaba a mí para decirme que me quería matar, y me sorprendió mucho, porque yo no tengo ese tipo de sueños.

Llegué a la conclusión de que todas las noticias sobre violencia se colaban en mi cerebro, a pesar de que yo, o las evadía o les daba la espalda. Pero ahí estaban, por supuesto que se manifestaban en un sueño. Entonces, tengo que escribir sobre esto.