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El presidente Bashar Assad sostiene que el país es inmune a las conspiraciones

Nueva incursión del ejército sirio en Hama deja 136 muertos

La oposición denuncia un baño de sangre y convoca a más movilizaciones de represalia

Condenas de la comunidad internacional a la represión militar y la muerte de civiles

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Varios residentes de la localidad siria de Hama trasladan a un herido tras la incursión del ejército en busca de grupos armados. A la derecha, un vehículo incendiado en la misma ciudad tomada ayer por militares. Ambas imágenes fueron tomadas de videoFoto Reuters/TV
 
Periódico La Jornada
Lunes 1º de agosto de 2011, p. 18

El Cairo, 31 de julio. La oposición siria denunció hoy la muerte de 136 personas durante una nueva incursión del ejército en la ciudad de Hama, en lo que fue una de las jornadas más sangrientas desde que se inició la revuelta contra el régimen del presidente Bashar Assad.

La agencia oficial de noticias Sana aseguró que los militares incursionaron en Hama para acabar con los grupos armados que disparan para aterrorizar a los ciudadanos, mientras Assad externó su confianza en que Siria socavará este nuevo capítulo de conspiración que, dijo, tiene como fin dividir al país como preludio a la división de toda la región en conflicto.

En declaraciones a la revista Ash-Shaeb, el presidente sostuvo que Siria tiene sus propias características que son inmunes a todas las conspiraciones y a los conspiradores, tras reiterar que su país es objeto de una sedición sectaria.

Pero indicó que el pueblo sirio está consciente de lo que se está tramando en su contra y puede sepultar la sedición. También prometió continuar con el proceso de una reforma general y afirmó que Siria exportará un ejemplo de democracia, libertad y pluralismo político.

De acuerdo con Sana, dos militares fueron asesinados por grupos armados en Hama, que además incendiaron las estaciones de policía, causaron daños en propiedades públicas y privadas, levantaron barricadas, además de incendiar llantas en los accesos a la provincia.

La agencia citó a residentes que indicaron que decenas de hombres armados se encontraban sobre los techos de las casas.

Contrariamente, la oposición denunció en su sitio de Internet un baño de sangre en Siria mediante el cual convocó a nuevas manifestaciones de represalia a la salida de las mezquitas tras las oraciones nocturnas durante el mes del Ramadán, que comenzó este domingo.

Las organizaciones opositoras sirias, contactadas por medios internacionales, denunciaron que la mañana del domingo, antes del ingreso de las tropas, que iban apoyadas por tanques, fueron cortados los suministros de energía eléctrica y de agua. En cuanto entraron a la ciudad, añadieron, abrieron fuego en varias zonas residenciales y los francotiradores tomaron posición en los tejados de los edificios.

Un centenar de civiles murieron por los disparos de las fuerzas de seguridad y el ejército en Hama, declaró Abdel Karim Rihaui, presidente de la Liga Siria de Defensa de los Derechos Humanos.

A su vez, el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos, con Sede en Londres, y la Organización Nacional de Derechos Humanos, hicieron referencia a los hechos de violencia en otras tantas ciudades, como en Harasta, cerca de Damasco, donde unas mil personas se manifestaron la noche del domingo en solidaridad con las víctimas de Hama, lo mismo que en Homs, pero las fuerzas de seguridad dispararon contra los manifestantes causando cinco muertos en esta última ciudad.

También en Harak, en la provincia de Deraa, la intervención de las fuerzas de seguridad dejó seis muertos, entre ellos una niña de tres años, mientras en Rihaui, en la provincia de Idleb, hubo otros tres fallecidos, 19 en Deir Ezzor, uno más en Bukamal y dos en Suran, con lo que totalizan casi 136 víctimas fatales en la jornada de este domingo.

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, se declaró horrorizado por la represión en Siria y prometió aumentar la presión sobre Damasco. Una vez más, el presidente Asad ha mostrado que es totalmente incapaz y que no está dispuesto a responder a los legítimos padecimientos del pueblo sirio, dijo.

Para el ministro británico del Exterior, William Hague, semejante acción contra los civiles que se manifiestan en masa y pacíficamente durante varias semanas no tiene ninguna justificación.

Roma calificó los hechos de actos horribles y su canciller Franco Frattini reclamó una reunión de urgencia del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, cuyo secretario general, Ban Ki-moon, se sumó a las condenas y llamó a las autoridades a detener de inmediato los operativos militares.

Turquía dijo sentirse entristecida y decepcionada e instó a Damasco a poner fin a las operaciones militares que no aportarán una solución.

La semana pasada el grupo de activistas Avaaz afirmó en un informe que las fuerzas de seguridad sirias han matado a mil 634 personas en el curso de los disturbios, mientras 26 mil han sido detenidas, muchas de las cuales fueron golpeadas y torturadas, y 12 mil 617 permanecen bajo arresto.