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Ningún interno está en huelga de hambre

Sin evidencia de tortura en penal queretano: CNDH
Corresponsal
Periódico La Jornada
Sábado 23 de julio de 2011, p. 14

Querétaro, Qro., 22 de julio. Tres visitadores de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) aseguraron que, luego de efectuar un recorrido por el Centro de Prevención de Ejecución y Sanciones Penales (Cepesp) de San José El Alto, constataron que ningún interno se encuentra en huelga de hambre y no hay indicios de tortura o agresión física en contra de ellos.

El tercer visitador general de la CNDH, Guillermo Andrés Aguirre Aguilar; el director de quejas, Víctor Sánchez, y el director de informes de prevención de la tortura, Wenceslao Rodríguez, indicaron que al momento de la inspección no encontraron indicios de tortura o agresión física.

El lunes pasado, 92 reos de este centro varonil iniciaron una huelga de hambre para protestar por presuntos actos de agresión cometidos por personal del sitio penitenciario.

La noche del jueves, autoridades del penal accedieron a que internos de los módulos de seguridad y observación pudieran tener una parrilla para calentar sus alimentos, salir de su celda durante dos horas, tres mudas de ropa y actualizar el padrón de visitas. También les permitieron llevar lápiz y papel cuando asistan a los juzgados, así como acceso a actividades deportivas.

El presidente de la Comisión de Derechos Humanos de Querétaro, Adolfo Ortega Osorio, lamentó no poder interactuar con sus homólogos de la CNDH sobre la situación en el Cepesp, ante la premura con que se fueron del lugar.

Al centro penitenciario también ingresaron cinco diputados locales del Partido Acción Nacional y el legislador de Convergencia José Luis Aguilera.

No obstante, familiares de algunos internos protestaron durante la mañana de este viernes para denunciar que el director general de reinserción en el estado, Joaquín Ruelas Rivera, los había amenazado, por lo que exigieron su destitución.

Incluso, afirmaron que sus hijos o hermanos internados en el centro penitenciario fueron golpeados por no participar en una red de corrupción de la que tenía conocimiento el director general del penal.