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La máquina de Esquilo, obra de LEGOM, se escenifica en el Centro Cultural del Bosque

Busca dramaturgo cautivar a los jóvenes mediante un teatro lúdico y didáctico

Debemos dejar de hacer propuestas ñoñas o con ideas políticamente correctas, asevera

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Escena del montaje que dirige Alberto Lomnitz y se presenta en la plaza Ángel Salas, atrás del Auditorio NacionalFoto Cristina Rodríguez
 
Periódico La Jornada
Jueves 21 de julio de 2011, p. 6

A partir de Homero, pasando por la lírica coral denominada Ditirambo hasta Esquilo, Luis Enrique Gutiérrez Ortiz Monasterio (LEGOM) busca que los jóvenes se aproximen a los orígenes del teatro.

Con esa finalidad, de manera didáctica, escribió la obra La máquina de Esquilo, que dirige Alberto Lomnitz, planeada para teatro de la calle.

De acuerdo con el dramaturgo, tras 2 mil 500 años lo que hoy es el quehacer teatral ha cambiado muy poco después de Esquilo.

Con la aparición del antagonista se terminan de definir muchos de los conceptos que sustentan la creación teatral, particularmente el de escena: del aquí y ahora, es decir, del presente.

Esa transformación proviene de la época griega, cuando el protagonista deja de ver al público, deja de narrar y de hablar en pasado, da un giro de 90 grados, ve al otro y se reconoce de alguna manera en éste, es entonces que nace el teatro: este juego de espejos cuyo eje es el antagonista-protagonista, explica LEGOM.

Todo ello modela lo que se entiende conceptualmente como escena, el lugar que es aquí, pero no es aquí. El lugar en el que sabemos y jugamos a que es otro tiempo, otro sitio, otras personas.

Esa idea nacida hace más de 2 mil 500 años fue propuesta y desarrollado por Esquilo, quien terminó de dar forma teatral a lo que eran sólo ritos y festejos.

“Si se quiere atraer a los chavos al teatro, se necesita lograr que la pasen bien y cautivarlos. Es indispensable dejar de hacer teatro ‘noño’ o con ideas políticamente correctas. No es justo aburrir a muerte a los jóvenes en pos de la enseñanza ni presentarles historias con un lenguaje alejado de la realidad”, asevera.

La máquina de Esquilo es una obra narrada con un lenguaje coloquial y a veces soez, con una carga de humor negro, rasgos de la dramaturgia de LEGOM.

Esta hilarante tragedia retoma partes anecdóticas de las obras Los siete contra Tebas, Las suplicantes, Prometeo encadenado y Los persas, al tiempo que se habla de la vida, obra y milagros del fundador del oficio teatral, de Esquilo, un soldado de a pie que se vio reflejado en los ojos del enemigo y así inventa el teatro.

Se trata de una dramaturgia con un lenguaje cercano al cómic, en el que se conjugan diálogos rápidos, afirma el autor.

La máquina de Esquilo se estrenó el pasado sábado y, de cuatro funciones, sólo restan las de los días 23 y 24 de julio, a las 13:30 horas.

La cita es en la plaza Ángel Salas, frente al Teatro de la Danza, del Centro Cultural del Bosque (Reforma y Campo Marte, atrás del Auditorio Nacional).