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Renata Wimer participa en el ensamble que ofrecerá dos conciertos de música de Irán

El deber de los artistas es abrir un remanso al alma de las personas

La actriz y compositora pugna por difundir en Occidente la riqueza cultural de esa vertiente sonora

Llama a no poner una mirada de guerra en el mundo islámico y tratar de entender el pasado

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Mehdi Molaei, Renata Wimer y Abbas Mendi durante la entrevista con La Jornada Foto José Carlo González
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La compositora mexicana y los músicos iraníes tocan sus intrumentosFoto José Carlo González
 
Periódico La Jornada
Sábado 16 de julio de 2011, p. 3

El mundo occidental vive muy ensimismado en sus propios triunfos y fracasos y, de pronto, la historia que nos han contado es solamente desde este lado del planeta, dice la actriz, bailarina, compositora e instrumentista mexicana Renata Wimer, quien agrega: Se nos olvida que cuando Europa era todavía un conjunto de pueblos bárbaros, en el Medio Oriente existía desde hacía más de 3 mil años una cultura de una gran sofisticación artística, filosófica y científica.

Wimer habla en entrevista a propósito de un par de conciertos que ofrecerá este sábado y domingo un ensamble de música tradicional iraní, de la antigua Persia, en el que participarán dos ejecutantes de ese país, uno mexicano y ella, en el X Espacio de Arte, en la Condesa.

Dice que se trata de una música muy poco conocida en Occidente, pero que influenció a la música tradicional hindú, turca, árabe y, por tanto, a otras como el flamenco.

Recuerda que esta música es muchas centurias anterior al islam, religión que surgió en el siglo VII. Es la música tradicional persa, que venía de las prácticas religiosas zoroastrianas. Y cuando llegó el islam se prohibió en muchos casos, y en otros pudo crecer gracias al sufismo, que fue como la práctica más esotérica del islam.

Belleza sonora

Hay todo un sector de la música tradicional persa, abunda Renata Wimer, que se desarrolló como música espiritual, para ceremonias del zoroastrismo, y la otra parte gracias a la poesía sufi. “Ya durante el periodo islámico mucha de esta música se desarrolló en paralelo con los grandes poetas. Por eso muchas de las estructuras musicales están desarrolladas a partir de poesía.

Se trata de una música modal, que influenció a las escalas que conocemos en la India ahora, microtonales. Se caracteriza por su elegancia y ornamentos melódicos. Los instrumentos tratan de acercarse a la voz humana, entonces, eran como la ornamentación de esas vocalizaciones.

Un poeta persa decía que la música funciona para apaciguar los movimientos turbulentos del alma, comparte Wimer. “Y de alguna manera esa música se convierte en una medicina. Como la música de la India, muy espiritual, que busca la elevación de la conciencia y la paz. Son experiencias que te pueden ayudar en el logro de un estado de mayor equilibrio y de silencio interno, para contactar otras cosas.

Esa es la contribución del arte y de la poesía y es nuestra función como artistas: tratar de abrir a la gente un espacio de remanso del alma, de inspiración, de belleza, de belleza sonora, de poesía sonora.

Para la creadora, en vez de poner una mirada de guerra en contra del mundo islámico, árabe o persa, debe verse qué otros aspectos existen de aquel lado.

Y lo que existe es una gran elevación artística y una cultura de un poder impresionante que ha podido extenderse a lo largo de miles de años.

En ese sentido, sigue, la música en Oriente es muy distinta de la de Occidente. “Allá la música es la portadora de la identidad de los pueblos. Es decir, no es solamente un divertimento estético, sino que trae el sonido del pasado, de la historia de esas culturas.

Y en tiempos en los que ya a nadie le parece un poder escuchar a esas gentes, digánse los pueblos indígenas de este lado o los del Medio Oriente, es importante dar un espacio al entendimiento del pasado, para comprender también quiénes somos.

Acerca de los músicos, comenta que uno de los iranís es Mehdi Molaei, joven intérprete de setar, instrumento básico de la música fundamental iraní y del que, por ejemplo, proviene el enorme sitar de la India.

“La palabra ‘tar’ quiere decir cuerda en persa y evolucionó hacia la guitarra y todos los instrumentos de cuerda”.

El otro es Abbas Mandi, intérprete de satoor, otro instrumento básico de la música tradicional, del que evolucionó el salterio que se conoce en México. Y Francisco Bringas, conocido percusionista y multinstrumentista mexicano, quien ejecutará el tombak y la tabla.

Visión humanista de Javier Wimer

Renata Wimer, también multinstrumentista que ha estudiado en Francia, India, Nepal e Irán, que toca el violonchelo, el sitar y el tar, en la tercera parte del concierto ejecutará el esraj, instrumento de cuerdas de origen indio que consiguió en Nepal y que se toca con un arco, como el violín.

X Espacio de Arte es generado por una compañía de danza y cuenta con galería, lugar para yoga y entrenamiento de actores. Y ahora queremos generar conciertos, encuentros y residencias artísticas.

También participa la Fundación Wimer, que se encuentra en proceso de creación y busca continuar la visión humanista y cultural del escritor, promotor y diplomático Javier Wimer, padre de Renata, fallecido hace dos años.

Este ensamble de música tradicional de Irán se presentará hoy sábado y mañana domingo, a las 20 y 19 horas, en X Espacio de Arte (Atlixco número 1, esquina Veracruz, Condesa). Reservaciones al teléfono 2623-1333.