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Desde la Fe arremete contra los tres poderes
 
Periódico La Jornada
Lunes 11 de julio de 2011, p. 12

Es una aberración considerar que la opinión de un sacerdote puede atentar contra los valores democráticos de la sociedad, sostiene la Arquidiócesis Primada de México en Desde la Fe, al referirse al fallo del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), mediante el cual se determinó sancionar a Hugo Valdemar, director de comunicación social de esa institución.

En un artículo del órgano de difusión de la Arquidiócesis, de nueva cuenta se plantea el caso del sacerdote que, de acuerdo con el TEPJF, debe ser sancionado por la Secretaría de Gobernación por haber llamado a votar en contra del PRD en 2010.

Al respecto se indica que con esa resolución los magistrados se estrenaron como los primeros violadores de la Constitución, al atropellar los derechos humanos que la Carta Magna plantea, entre ellos la libertad de opinión.

En el texto se consigna que la Constitución señala en forma clara en su artículo primero que queda prohibida toda discriminación motivada por la religión, las opiniones o cualquier otra que atente contra la dignidad humana y tenga por objeto anular o menoscabar los derechos y libertades de las personas.

También califica de hecho vergonzoso que en México se haya “caído en el colmo de callar mediante ‘demandas’ y ‘sanciones a quienes manifiestan sus desacuerdos, por el solo hecho de ser sacerdotes católicos y tener convicciones inspiradas en los principios cristianos más elementales’”. Asimismo cuestiona a los tres niveles de gobierno federal: Debemos preguntar seriamente qué debe ocurrir en nuestro país para que gobernantes, legisladores y jueces entiendan que la libertad de opinión no es una concesión benévola del Estado, sino parte de los derechos fundamentales del hombre reconocidos en la Carta Magna y en tratados internacionales firmados por México.

Para rematar, sostiene que el fallo emitido por el TEPJF sólo se puede entender a la luz de una maquinaria de Estado que se jacta de velar por los derechos de las minorías, pero al mismo tiempo reprime el derecho de los sacerdotes a formar parte de una sociedad democrática y plural.