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Aarón Cruz Trío lanzó Eco, cuyas primeras 2 mil copias están por agotarse, sin promoción

El jazz, fino para ser popular, y corriente para ser de concierto

En entrevista recuerda a Eugenio Toussaint: elevó el nivel de la música en México

Me confesaba su tristeza, su pesadumbre, porque en este país cada año es empezar de nuevo, convencer a las autoridades y conseguir trabajo, lamentó el compositor y contrabajista

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Aarón Cruz, en medio de Héctor Infanzón y Enrique Toussaint, en su presentación más reciente en el Lunario del Auditorio Nacional, el miércoles pasadoFoto Carlos Cisneros
 
Periódico La Jornada
Martes 5 de julio de 2011, p. 8

El primer disco de Aarón Cruz Trío, titulado Eco, está a punto de agotarse en su primera edición de casi 2 mil unidades, sin mayor promoción que la recomendación boca a boca, en Internet y su distribución durante los conciertos.

Eco es un disco fino, mas no ostentoso, mediante el cual el trío de jazz de Aarón Cruz rinde homenaje al compositor David Aguilar, de quien interpretan 10 composiciones. Tocan Aarón Cruz en el contrabajo, Mark Aanderud en el piano y Hernán Hecht en la batería. Es dirigido y producido por el propio Aarón y las piezas son: Eco, Libélula, Conté hasta tres, Aves de agua, Las constelaciones, A la ventana, Carolina, De papel, Cero vértigo, La bahía y Cristal.

En entrevista, expresó: “He colaborado con muchísimos artistas, pero éste es mi primer disco. Lo presentamos hace días en el D’Polak Fórum del Rincón Polaco. Lo está distribuyendo Fonarte Latino, donde hay gente honesta y clara. Ellos lo colocan en las tiendas. No hay un margen de ganancia gigantesco, pero está en todos lados. Ya vamos por los 2 mil discos en menos de seis meses, lo cual está muy bien. Claro que las disqueras están acostumbradas a vender muchos más, pero con un aparato de dinero y de promoción enorme. Hacen creer que la música comercial es lo único de valor, pero en realidad muchas veces es sólo basura”.

Recomendó que a los actos protocolarios se lleve, además del mariachi, a los soneros jarochos y huastecos, o la música de Oaxaca y también el jazz. Países como Panamá, Argentina, Costa Rica y Brasil aprovechan a sus músicos de jazz como embajadores culturales, pero en México se nos ningunea, como si no existiéramos. Hemos demostrado nuestro alto nivel en festivales como el de Montreal. En el extranjero nosotros no fallamos los penales a la hora de la verdad.

Cruz, quien se define como intérprete y no como compositor, ha tocado con Iraida Noriega, Cristóbal López, Emmanuel Mora, Eduardo Piastro, Alejandro Campos, Enrique Neri y Antonio Sánchez. Actualmente es miembro del Trío Cráneo de Jade, del trío del pianista Héctor Infanzón y del quinteto del guitarrista Francisco Lelo de Larrea; además fue parte del trío de Eugenio Toussaint –fallecido en febrero pasado– durante cuatro años.

“Los encuentros musicales de Eugenio, desde sus inicios, son muy especiales, con preciosas melodías y temas, tanto en el jazz –terreno donde más se desarrolló– como en la música de concierto, donde resulta que también compuso temas y obras de gran valor musical. No sólo destacó como autor de melodías, armonías y rítmicas, sino también orquestales. Todo aunado a su calidad como improvisador de jazz, lo cual es inusitado, porque fue un músico que cubrió mucho terreno, desde el rock, porque era roquero de corazón y lo amaba, hasta la música de concierto. Esto refleja una amplia cobertura de creatividad, de gran nivel.”

Aarón precisó: “Con su desaparición se cortó una infinidad de música posible. Esto es lo triste. Con su trío teníamos muchos planes de grabar, de viajar… en fin, pero él tenía en el tintero un concierto para flauta, otro para oboe… y otros, que fueron posibilidades musicales extraordinarias de altísimo nivel en la actualidad mundial.

“Suena fácil, pero el trabajo que estaba haciendo Eugenio estaba a la vanguardia musical del mundo. Era gran admirador de compositores como Stravinsky y de otros que siempre han estado a la vanguardia, y los entendió muy bien, los estudió y los comprendió. Su búsqueda era a ese nivel, de ese calibre, de música de concierto.

“En el jazz era un improvisador extraordinario. Para mí, a la altura de cualquier gran jazzista del mundo.

También otros sueños musicales se quedaron truncos. Quería hacer un disco-homenaje a las ciudades. Amábamos ciertas ciudades, más que al campo. Tenía planes para rendir homenje musical a Bruselas, París, la ciudad de México, Tokio, Nueva York, etcétera, urbes que cautivan. Todo se cortó de tajo con su muerte. Se acabó y se terminó un espíritu libre, inquieto, con una imaginación como pocas.

Deseó que la música de Eugenio Toussaint nunca deje de tocarse. Soy músico, en parte, por él. Desde adolescente oí su música y me dije que por ahí era. Cuando lo vi en vivo, tanto con  Sacbé como con su trío, o solo, yo era fan e iba a verlo. Para mí fue como un norte, una brújula. Luego, al paso de los años, compartir la música con él fue una maravilla, un sueño; era tocar con uno de mis héroes musicales.

Recordó que cuando conoció a Eugenio no pudo tocar una composición de él. “No la pude leer, no la pude tocar; era muy difícil para mí. Eugenio me dijo que no me preocupara, que íbamos a tocar otras cosas.

En 2005 me habló para tocar con él, cuando Agustín Bernal salió de su trío. Ya para entonces había estudiado su música y preparado muchas cosas de él. Todo era felicidad total, para mí. Toqué con él los últimos cuatro años de su vida, en su trío. Nunca dejaré de tocar su música. Eugenio elevó el nivel de la música en México, sin exagerar.

Tributos tardíos

Lamentó que en México no se apoye a los músicos con talento, como Eugenio. Me confesaba su tristeza, su pesadumbre, por lo difícil que es México, porque cada año es empezar y convencer a las autoridades y a los nuevos encargados de la cultura sobre quién es uno, de lo que uno vale, y conseguir trabajo. Es empezar de cero. Ahora todo mundo habla de él, cuando en vida hubo conciertos a los que fue muy poca gente. Es un poco tardío todo eso de los homenajes. Hay gente viva, como Enrique Neri, Héctor Infanzón, Cristóbal López y otros, con nivel extraordinario y quienes hay que valorar, ya. Ahí andan buscando chamba y las autoridades ni se inmutan ni les importa, porque el jazz es como el patito feo de muchas músicas y círculos: es demasiado fino para ser popular y demasiado corriente para ser de concierto.

Eco fue grabado el 12 y 13 de  mayo de 2010 en el estudio Sala de Audio, por Salvador Tercero y Uriel Durán; la mezcla se hizo en  Carreira Estudios, Puebla, y estuvo a cargo de  Carlos Carreira y Aarón Cruz.