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Comité de científicos de Gran Bretaña, EU y Suecia hacen revisión de investigaciones

Descartan expertos la relación de teléfonos celulares con el cáncer

No existen mecanismos biológicos determinados mediante los cuales las señales de radio de los aparatos móviles puedan generar los tumores, señalan

Detectan errores metodológicos en estudios

 
Periódico La Jornada
Martes 5 de julio de 2011, p. 2

Londres, 4 de julio. La evidencia científica descarta cada vez más la posibilidad de una relación entre el uso de teléfonos celulares y el desarrollo de tumores cerebrales, a pesar de recientes declaraciones sobre el potencial cancerígeno de esos aparatos, indicó un nuevo estudio.

Una importante revisión de investigaciones anteriormente publicadas realizadas por un comité de expertos de Gran Bretaña, Estados Unidos y Suecia concluyó que no existe evidencia convincente para hablar de alguna conexión entre los teléfonos móviles y el cáncer.

Los especialistas también hallaron que no existirían mecanismos biológicos determinados mediante los cuales las señales de radio de los celulares pudieran generar los tumores.

Aunque sigue habiendo cierta incertidumbre, la tendencia en la evidencia acumulada es cada vez mayor contra la hipótesis de que el uso de teléfonos móviles pueda causar tumores cerebrales en los adultos, escribieron los expertos en la revista Environmental Health Perspectives.

El reporte más reciente llega dos meses después de que la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer de la Organización Mundial de la Salud (IARC, por su siglas en inglés) decidió que el uso de teléfonos celulares debía clasificarse como posiblemente cancerígeno para los seres humanos.

Anthony Swerdlow, del Instituto de Investigación del Cáncer de Gran Bretaña, quien dirigió la nueva revisión, dijo que ambas posiciones no son necesariamente contradictorias, debido a que la IARC necesitaba colocar a los celulares en una categoría de riesgo predefinida.

Tratamos de decir (...) que creemos que la relación existe. Ellos (IARC) intentaron clasificar el riesgo según un sistema de clasificación prestablecido, dijo Swerdlow.

Otros de los aspectos considerados por la IARC como posiblemente cancerígenos son productos tan disímiles como el plomo, los vegetales en escabeche y el café.

El empleo de teléfonos móviles se ha incrementado notoriamente desde comienzos de la década de 1980. Actualmente hay en uso unos 5 mil millones de aparatos y la controversia sobre su posible relación con los principales tipos de tumores cerebrales –glioma y meningioma– nunca había llegado tan lejos.

El mayor estudio realizado hasta el momento, y publicado el año pasado, observó a casi 13 mil usuarios de telefonía celular durante 10 años.

Swerdlow y colegas analizaron sus resultados en detalle, pero no hallaron que brindara una respuesta clara, además de encontrar varios problemas metodológicos en ese estudio, ya que se basa en entrevistas a los participantes.

Asimismo, otros estudios de varios países no hallaron indicios de aumento en los tumores cerebrales hasta 20 años después de la introducción de los teléfonos móviles y 10 años después de que se expandiera su uso, añadieron los autores.

Difícil de comprobar

En ciencia, probar la ausencia de un vínculo es siempre más complejo que encontrar una asociación, y Swerdlow señaló que en los próximos años debería ser más claro si existe o no una relación entre los celulares y el cáncer.

Éte es realmente un tema difícil de investigar, dijo David Spiegelhalter, profesor de la Universidad de Cambridge, que no participó del estudio.

Pero incluso ante las limitaciones de la evidencia, este informe es claro sobre que cualquier riesgo parece ser tan pequeño que es muy difícil de detectar, aun en las masas que actualmente usan teléfonos móviles, agregó.

Swerdlow es presidente del Comité Permanente sobre Epidemiología de la Comisión Internacional sobre Protección de la Radiación No Ionizante.

La comisión es la entidad internacional, reconocida por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que confecciona las guías sobre los límites de exposición a radiación no ionizante.