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Vocifera contra el plan, pero desde 2010 conocía los detalles

The Washington Post descalifica a Issa, principal crítico de Rápido y furioso
 
Periódico La Jornada
Jueves 23 de junio de 2011, p. 5

Washington, 22 de junio. Uno de los principales críticos de la operación Rápido y furioso, el legislador Darrel Issa, conocía desde el año pasado los detalles del controversial programa encubierto y no lo objetó, reveló hoy el diario The Washington Post.

El republicano Issa supo del número y tipo de armamento adquirido por los intermediarios, quienes eran monitoreados durante la operación mediante la cual se permitió el ingreso ilegal a México de más de 2 mil armas.

Los detalles le fueron revelados en una sesión a puerta cerrada con funcionarios de la Oficina de Alcohol, Tabaco y Armas de Fuego (ATF, por sus siglas en inglés), de acuerdo con el rotativo.

Durante la reunión, en la que estuvieron presentes legisladores de ambos partidos (Republicano y Demócrata), la ATF reveló detalles de varios operativos, incluido Rápido y furioso.

(Issa) fue informado de todas las cosas sobre las que ha estado vociferando, dijo al diario una fuente familiarizada con esa sesión, solicitada por éste y los legisladores republicanos Jim Jordan y John Mica.

Frederick R. Hill, vocero del Comité de Supervisión, reconoció que el encuentro tuvo lugar en abril de 2010, pero acusó al Departamento de Justicia de buscar torcer su propia mala conducta.

La revelación se produce una semana después de que Issa fustigó a funcionarios del Departamento de Justicia durante una audiencia en el Comité de Supervisión que preside el propio legislador republicano por California.

Ahí, Issa calificó al programa de una estupidez de mal juicio y aseguró que la operación era supervisada en altos niveles del Departamento de Justicia, al que ha acusado de entorpecer la indagatoria. Señaló igualmente al director en funciones de la ATF, Kenneth Melson, como el alto funcionario que recibía informes semanales del curso de Rápido y furioso, y demandó su renuncia.

En esa misma audiencia, el senador republicano Charles Grassley, quien compareció como testigo, dijo que una investigación ordenada por el comité de Issa no tenía motivaciones políticas. La investigación, insistió, es sobre los agentes de ATF que no pudieron cumplir con su deber y los familiares de las víctimas.

En total, la operación permitió el trasiego ilegal a México de más de 2 mil rifles de asalto y 50 tipo francotirador, además de miles de municiones.

Un reporte del comité señaló que a pesar de que la ATF elaboró bancos de datos de las armas que fueron contrabandeadas, el operativo nunca estuvo cerca de realizar detenciones.

Issa y Grassley han insistido en que una de las armas de Rápido y furioso fue encontrada cerca de la escena del crimen del agente de la Patrulla Fronteriza Brian Terry, asesinado en 2009.