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Chavela Vargas fue homenajeada por diversas asociaciones en la Venustiano Carranza

A los jóvenes pido que revivan a México y a los viejos que se les quiten las mañas

Que mis cenizas las tiren en un arroyuelo; después de muerta, que me dejen descansar, dijo

 
Periódico La Jornada
Domingo 19 de junio de 2011, p. a10

Este es un homenaje precioso, con el pueblo, con mi gente. Estoy feliz con esta juventud, a la que le digo que México está en sus manos; que tienen que revivir este México que está dormido, expresó ayer Chavela Vargas, en entrevista, en el escenario del Auditorio del Centro Cultural Venustiano Carranza.

A los jóvenes les digo que sigan siendo como son y que tengan la fuerza y el orgullo de ser mexicanos. A la nueva generación le pido que le eche ganas, que tenga paciencia, y a los viejos que se les quite la maña, pues ahora les ha agarrado por matar todo el mundo, y no, así no es la cosa.

Emocionada por el tributo de asociaciones sociales y políticas de la demarcación, en una silla de ruedas, a la izquierda, frente al escenario y a un metro de un ramo de cien rosas rosas, Chavela vio y escuchó, casi sin inmóvil –con actitud solemne, metida en sus pensamientos– a los artistas callejeros, algunos con sesgos profesionales, otros con afición al baile, pero todos reunidos para dar lo mejor para la artista celebrada.

“Vine hoy porque este homenaje es de mi pueblo. Les agradezco muchísimo. Repito: México está en manos de la juventud, de esa juventud con ganas de triunfar. Se les va a hacer.

El panorama musical en México está muy bien; me gustan cómo están las cosas. La música es lo que sostiene la tierra; es lo que está sujetando a México. Puedo decir que me gustan todos los cantantes jóvenes con ganas de triunfar.

Estuve en casa de Lorca

En relación con el disco que prepara con poemas de Federico García Lorca, dijo: “Ahí vamos; creo que saldrá... no tarda... en menos de un mes. Amo a García Lorca desde muy joven, cuando vi a Federico. Yo viví en su casa, en España, y hablaba muchas noches con él. El poema suyo que más me gusta es El romance de la pena negra: la pena negra brota, soledad de mis pesares... caballo que se desboca... que va corriendo al mar y se lo tragan las olas.”

El silencio alrededor de la cantante siguió a esas palabras. Dijo que no le tiene miedo a nada ni a nadie porque a nadie le hizo daño. En un tiempo fui una vieja borracha. A la muerte no le tengo miedo; tengo 93 años y a la muerte la imagino bellísima, como un descanso, pero tengo ganas de seguir viviendo.

–¿Extraña beber alcohol?

–No. Lo dejé. Después de 25 años, hoy probé un trago de tequila y me supo horrible: quema. Antes me echaba medio garrafón de tequila y después comía. Ahora quise hacer lo mismo y no sirvió. El alcohol lo dejé porque me estaba matando, y no había derecho. Yo le he dado la vida a México.

Foto
La cantante, rodeada de organizadores y asistentes a la celebraciónFoto Roberto García Ortiz

–¿Que piensa de la lucha del Estado contra el narco?

–Pienso que estamos viviendo una época un poquito difícil, y los jóvenes tienen que luchar para volver a la tranquilidad.

Chavela pidió que al morir sus cenizas sean arrojadas en un río. Que me tiren en un arroyuelo. Ya después de muerta que me dejen descansar.

Acerca de si el PRI regresara al poder, dijo: Está bien si lo hace bien. Todo lo que sea bien hecho es en honor a México.

En el programa artístico, Manuel Derio, barítono, cantó Cielo Rojo y varios temas de Juan Gabriel. Se acercó a Chavela y le besó la mano. El grupo de rock Crasyd la sorprendió con una versión rockera de La Macorina. Chavela siguió el ritmo con las palmas. El público pedía que ella cantara, pero se quedó con las ganas.

Un escultura de la cantante se colocó a la entrada del centro cultural y se le entregaron dos pinturas con poses caracteristicas de La Macorina. Los autores son Mario Guevara y Alejandra de Witt.

Una vecina de la delegación le regaló un rebozo. El senador Carlos Navarrete, quien fue presentado como espontáneo de entre el público, cantó a Chavela Tres balazos.

Se tocó al piano Oda a Chavela; se le entrergó un poema titulado Gracias, Chavela. La Orquesta Sinfónica Juvenil de la delegación interpretó Obertura mexicana, que sonó a los tiempos del salterio, al ritmo del baile de punta y tacón.

El público quería que cantara Chavela, pero ella se limitó a darles las gracias.

Sergio López le cantó Las ciudades, porque una vez que estuvo en casa de la artista, le dijo que esa canción le gustaba. Yo le prometí cantársela. Ella la interpreta con un sentimiento único. Cumplí mi promesa.

José Luis Aguilar Villanueva, uno de los organizadores y maestro de ceremonias, agradeció a Chavela su presencia.

El grupo de canto de la Casa de Cultura Santa María la Ribera interpretó Qué padre es la vida y Caminos de Guanajuato.

El Grupo de danzón clásico del Instituto Mexicano del Seguro Social Zaragoza bailó Nereidas y La boa, en honor de la cantante, y el dueto Tonal tocó La Llorona.

Finalmente, no faltaron escenas de emoción y hasta de llanto. Chavela Vargas se fue entre aplausos y porras, vivas y los deseos de que un día regrese a la Venustiano Carranza.