Rinde el escultor Sebastián tributo a los que pugnaron por un país mejor

Palabras del escultor Enrique Carbajal, Sebastián,
durante la conmemoración del 40 aniversario del
10 de junio de 1971, en la Plaza Normal

Honorable presídium, señoras y señores:

La verdad hoy es un día importante en la vida de mi carrera, es una emoción profunda, es un honor, es un día maravilloso para mí.

Explicaré muy breve lo que simboliza este monumento:

Primero, es el cuerpo del hombre sacrificado, es jueves de Corpus Christi, que fue el día trágico, doloroso, y está ubicado y simbolizado en una cruz caída, pero esa misma cruz se convierte en la X de México.

La X de México es la letra que cambió Benito Juárez a la palabra Méjico francesa para darle un realce profundo, y todos queremos y respetamos esa imagen, porque el símbolo de la X es el símbolo del mestizaje, del gran mestizaje mexicano.

A partir del centro de la X se eleva una columna en la que van todos. Pueden verla como símbolo de flores, solamente flores, y las flores son tributo a los caídos. Pero más profundo que las flores son los símbolos: una columna de flores, combinación de nahui ollin, los cuatro movimientos, los cuatro rumbos del universo, de la esencia de nuestra raíz con diferentes soluciones y estilo de diferentes culturas prehispánicas, que simbolizan la sangre derramada para enaltecer la libertad.

Esta mezcla del origen prehispánico con la mezcla de la cruz como mestizaje español es el símbolo como tributo a los que lucharon por la educación, por un México mejor para enaltecer la aurora de México.

Esa sangre que se derramó aquí valió la pena, esa sangre está siendo honrada ahorita con este monumento y para mí es verdaderamente un gran honor, no puedo decir más, sólo que estoy emocionado.

Muchas gracias.