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Miles vuelven a las calles para condenar la violencia policiaca: si tocan a uno tocan a todos

Reprimen a indignados en Valencia y Santiago de Compostela; 30 heridos

Manifestantes de Madrid deciden en asamblea volver a las puertas del Congreso de los Diputados

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La policía de Valencia dispersó con violencia a indignados con saldo de 18 heridosFoto Ap
Corresponsal
Periódico La Jornada
Viernes 10 de junio de 2011, p. 26

Madrid, 9 de junio. La policía española dispersó hoy por la fuerza dos concentraciones del Movimiento del 15 de mayo (15-M) en Valencia y en Santiago de Compostela, con saldo de más de 30 heridos y al menos cinco detenidos. Bajo la máxima de que si tocan a uno nos tocan a todos, miles de personas en varias ciudades de España expresaron su repudio a la violencia y a la represión policial; en Madrid, por segunda jornada consecutiva, más de mil personas volvieron a reclamar una democracia más transparente y participativa ante las puertas del Congreso de los Diputados.

El Movimiento del 15-M vivió hoy una jornada de sobresaltos y de largas asambleas para analizar el curso de los acontecimientos de los últimos días, sobre todo la estrategia a seguir ante la nueva actuación policial contra los indignados. Cabe recordar que la primera ocurrió en Barcelona el 27 de mayo, en la que resultaron heridas más de 120 personas por orden del consejero de Interior, Felip Puig. En Valencia y en Santiago las órdenes de reprimir procedieron de la delegación del gobierno en Galicia y Valencia, es decir, del ministerio del Interior, presidido por el socialista Alfredo Pérez Rubalcaba.

En Valencia sucedieron los hechos más graves, cuando unas 400 personas intentaban llegar a las puertas del Parlamento autonómico para expresar su malestar ante la toma de posesión de los diputados elegidos en los comicios del pasado 22 de mayo. La Comunitat de Valencia, gobernada por el derechista Partido Popular (PP), está presidida por Francisco Camps, uno de los políticos imputados por diversos delitos de corrupción y que, a juicio del movimiento ciudadano, ha teñido de corrupción al conjunto de su administración.

Antes de que llegaran a la plaza, un fuerte dispositivo policial les cerró el paso y, sin que hubiera ningún motivo concreto, según la plataforma ciudadana, y en respuesta a una agresión de un antisistema, según la versión de la policía, inició una actuación represiva de unos diez minutos.

Entre los 18 heridos –ocho de ellos policías con heridas leves– se encontraban jóvenes, pero también una mujer de 55 años y una mesera desempleada, de 42, además de un joven con el brazo fracturado y un diputado del partido regional Compromis, Juan Ponce, quien recibió un macanazo en el brazo izquierdo. Durante la refriega la policía detuvo a cinco personas, a los que acusó de agresión a la autoridad y quienes pasaron la noche en la comisaría.

En Santiago de Compostela, en la autonomía de Galicia, ocurrió un episodio similar pero con una actuación policial menos violenta. Los indignados pretendían llegar a la sede central de la Xunta, pero los agentes antidisturbios dispersaron con violencia al centenar de manifestantes, en una acción que provocó heridas a una decena personas, según la organización. Los inconformes querían denunciar la pasividad e indiferencia de los políticos gallegos ante la grave situación que padecen miles de familias ante una crisis que provocaron otros.

Unas horas más tarde de estas dos actuaciones policiales, el conjunto del 15-M en el país unificó la protesta mediante las redes sociales y volvieron a salir a las calles para rechazar la violencia policial. En Valencia, donde horas antes habían golpeado a los manifestantes, más de cinco mil personas exigieron la liberación de los cinco detenidos en la comisaría y tribunales valencianos. También hubo movilizaciones en Barcelona y en otra docena de plazas.

Una de las protestas más significativas ocurrió en Madrid al filo de la medianoche, cuando los del campamento en la Puerta del Sol y centenares de ciudadanos que forman parte del movimiento acordaron, después de una asamblea de tres horas, que llevarían a cabo un nuevo plantón frente al Congreso de los Diputados, de donde se habían retirado esta madrugada.

A pesar del cordón policial, más de mil de personas se agolparon en las inmediaciones del centro del poder político del país para advertirle a las autoridades que si tocan a uno, tocan a todos. Con gritos de detenidos, libertad y Valencia, Santiago, nosotros no olvidamos, los manifestantes mantuvieron la protesta durante la madrugada.