Arrazola, Oax. Las figuras de jirafas y los zorros de una sola pieza con colores fuertes que sobresalen entre sí son los alebrijes que predominan en el taller de Catarino Carrillo, donde también trabajan su esposa y sus dos hijos. Los campesinos de este pueblo se dedican a esta actividad desde hace al menos dos generaciones, con la diferencia de que ahora la madera la obtienen de un bosque manejado en forma sustentable. Antes era ilegal.

Después de tallarla durante una media hora, Catarino sostiene entre sus manos una pequeña jirafa de copal, pero aún deberá transcurrir un mes para que sea decorada con colores que él denomina fantásticos. Ése es el tiempo que hay que esperar para trabajar una pieza, una vez que ha sido cuidadosamente elaborada.

Él es uno de los 17 integrantes de la asociación Ecoalebrijes, que se constituyó hace seis años, y que obtiene la madera legalmente del bosque de copal de la comunidad San Juan Bautista Jayacatlán, donde se desarrolló un plan de manejo forestal comunitario. 

Hace tres décadas este municipio comenzó a realizar las imaginativas figuras talladas de madera de copal pintadas con luminosos colores. La creatividad de los artesanos produce desde dragones, gatos, jaguares y tortugas, hasta híbridos entre humanos y animales, lo mismo en movimiento que en posiciones fijas.

Miguel, otro artesano, hace un recuento de cómo empezó todo. Recuerda que en esta zona, hace unas cinco décadas, Manuel Jiménez comenzó a hacer máscaras de madera en las que el uso de los colores era lo que más destacaba. Después se le ocurrió realizar las figuras que denominó alebrijes.

“Hubo unos talladores, mi abuelo entre ellos, que también empezaron a hacer las máscaras de madera. Las vendíamos en Monte Albán, pero después hubo un boom y empezamos a hacer otras figuras.” Dice que en aquella época tomaban la madera de donde podían, en forma ilegal, sobre todo de las áreas cercanas a Monte Albán, pero ahora la compran a la comunidad de San Juan.

Ecoalebrijes está integrada por 17 familias, entre ejidatarios y habitantes. Desde 2004 se asociaron con los comuneros de San Juan Bautista, luego de que conocieron su proyecto de manejo forestal, autorizado por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales. Entre las actividades que realizan está la conservación y reforestación del árbol de copal, cuya madera es fácil de tallar; la promoción de los alebrijes para beneficiar a las familias que dependen de esta actividad y así evitar la migración, y buscar apoyos para impulsar la actividad artesanal.

La mayoría de los integrantes de Ecoalebrijes llevan entre 15 y 30 años elaborando las figuras, aunque también se dedican a actividades del campo: siembran maíz y frijol de autoconsumo. 

El bosque de San Juan se regenera de forma natural y cubre la demanda de madera para la producción de alebrijes. Además, empezamos a participar en actividades de reforestación de copal, sobre todo en el área aledaña a la zona arqueológica de Monte Albán, de donde antes se obtenía el copal, explica Saúl Aragón, presidente de la asociación.

El proceso de creación del alebrije comienza con el tallado de la madera cuando aún está verde; primero con machete y luego con cuchillo, para darle forma. Se deja secar alrededor de un mes y después comienza la decoración en la que participan sobre todo las mujeres y los niños, detalla Mario. Su mercado principal es la ciudad de Oaxaca, aunque en ocasiones exportan a Estados Unidos.

Catarino recuerda que empezó a hacer alebrijes porque se me facilitaba el dibujo y la pobreza era bastante. Mi papá y mi hermano, mi esposa y mis hijos también hacen las figuras. Lo que más me gustan son las jirafas y los zorros. Me especializo en las figuras de una sola pieza; es más trabajo, más pintura, más laborioso, pero con su movimiento expresan lo fino, la habilidad del artesano.

Presume su sello: la figura de una sola pieza. Con colores fantásticos, busco que sobresalga uno del otro. No me gusta la combinación, sino que alguno resalte.