Cultura
Ver día anteriorLunes 6 de junio de 2011Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio

“No refleja la actualidad; debe haber una ruptura, y Estratos es mi primer paso”, refiere

Parece que la poesía mexicana ya no da para más; incluso la mía: Óscar Oliva

Afirma que los poetas no pueden escribir de amor o fracaso, si viven en un mundo ideológico

Foto
Óscar Oliva durante la entrevista con este diarioFoto Cristina Rodríguez
 
Periódico La Jornada
Lunes 6 de junio de 2011, p. a10

La poesía es una manera de expresar, de comunicar; es un reflejo, un sentimiento, una transformación del lenguaje que hablamos todos los días. Es una expresión de las transformaciones que se dan día a día en la sociedad global en la que vivimos.

El poeta chiapaneco Óscar Oliva transforma su estructura poética en su nuevo libro Estratos, y confirma que la poética sirve para renovar su poesía.

La arquitectura verbal que he utilizado a lo largo de 50 años era de acuerdo al tiempo de ese momento, tal vez muy metafórico y la construcción de las imágenes muy gastadas. Con este libro trato de renovarme; tiene un nuevo espíritu, un aliento de este mundo caótico y perverso, pero a la vez lleno de amor. Debemos renovar nuestros sentidos como seres humanos, para que se transformen en otro tipo de poesía, señala en entrevista.

Estratos es una obra de madurez que reúne poemas llenos de sensibilidad y del pensamiento colectivo de México y de otras partes del mundo. Se trata de una visión abierta a otros fragmentos de la realidad.

Siempre he escrito poesía con lo que la realidad me regala y con la reflexión de varios sentimientos para conformar un texto tras otro. La realidad que vivimos actualmente en México y en el mundo me ha golpeado como a miles de personas, explica el autor, quien presentó su libro a finales de mayo en el Museo Nacional de Arte.

El volumen presenta todo lo que el poeta observó desde la ventana de su casa en Tuxtla Gutiérrez, la información que recibió a través de Internet, de amigos, de medios electrónicos. Poco a poco conformó una serie de de ventanas, de mantas, de capas que se fueron encimando una tras otra.

“El libro se formó con estas realidades y de la transformación del lenguaje mismo de la poética, pero me encontré que la poesía mexicana pareciera ser que ya no diera para más, incluyendo la mía. Está cerrada.

No refleja una serie de acontecimientos actuales y el vértigo que producen estas realidades. Ante esta situación debe contraponerse una poesía abierta que rompa con lo que existe. Este poemario es el primer paso que he dado, añade el poeta.

Para Oliva, los poetas mexicanos deben abrirse a nuevas maneras de ver el mundo y encontrar otros espacios: Ya no podemos tener los ojos en el siglo pasado, cuando no existía el Internet. No podemos hablar de nuestros amores o fracasos si estamos situados todavía en una concepción del mundo ideológica, filosófica, incluso política, como la tuvimos en los 60 o 70. Tiene que darse una ruptura.

Apropiación y fragmentación

“El escritor de poesía –continúa Óscar Oliva– puede apropiarse de cosas que ya existen, de versos, de poemas, de ideas porque la poesía se hace de la vida.

“El mundo está fragmentado y dentro de esa fragmentación debemos tener el sentido de la apropiación, lo que provoca en nosotros lo que vemos.

“Estratos es capa sobre capa; pintura sobre pintura; metáfora sobre metáfora; piel sobre piel; amor sobre amor; paisaje sobre paisaje, pero abierto, para que todos los reciban.”

Sobre otros poetas, Oliva considera que la poesía de Coral Bracho es excelente, porque está dentro de ese espíritu y velocidad del tiempo. Asimismo, señala que Eduardo Milán es un autor reflexivo, de gran aliento y con humanismo, el cual transmite a través de su poesía.