Jalapa, Ver., 22 de mayo. La campaña ¡Ya basta. No más sangre!, forma de sacar el encabronamiento de la gente por la violencia, ya rebasó las páginas de los periódicos y saltó a las pancartas en la calle y a las consignas en las movilizaciones, por lo que ya se le puede considerar todo un éxito morrocotudo, señalaron los moneros Rius, Patricio, Helguera, El Fisgón, Rapé, Hernández, Vigo y Vico al participar en la mesa redonda-cuadrada Encuentro de Monos, moneros y otras monerías en la Feria Internacional del Libro Universitario (FILU) 2011.

El siguiente paso será que los participantes mantengan la exigencia para detener una guerra que nadie pidió y que no merecemos, la modificación de la estructura de seguridad pública, poniéndola al servicio de los mexicanos y no de los intereses de Estados Unidos, atacar la delincuencia de raíz; es decir parar la guerra del opio y desintoxicar la economía mexicana, acotaron.

Los moneros cerraron filas y se pronunciaron por que el movimiento civil no se siente a firmar pactos con el gobierno de Felipe Calderón, que se caracteriza por servir a grupos mafiosos y a la agenda estadunidense. Eso sí, hay que obligarlo a cumplir el pacto que juró: la Constitución Política, manifestaron.

No se puede dialogar con un gobierno delincuencial. El de Calderón lleva cinco años sirviendo a grupos de mafiosos, no al pueblo, remarcó José Hernández en medio de más aplausos.

Rafael Barajas, El Fisgón, apuntilló: se nos acusa de dirigir una campaña contra el gobierno y no contra los delincuentes, pero es falso: claro que sí nos dirigimos a los delincuentes, en especial a los que están en el gobierno, lo que hizo que los aplausos fueran más estruendosos en el Ágora de la Ciudad, donde la tarde del viernes pasado se realizó el encuentro.

Momentos antes, un grupo de alumnos de diversas facultades de la Universidad Veracruzana (UV) izó sobre el foro una manta con la leyenda Calderón escucha, la sangre no se negocia. Exigimos justicia, la verdad es nuestro derecho. Rius señaló que a Calderón se le olvida que todos los muertos tienen parientes que hoy los lloran con indignación.

La campaña No más sangre, apoyada por algunos medios de comunicación ajenos a los grandes corporativos de tele y radiodifusión, ha llegado a la sociedad y ha colocado la exigencia en la mesa de debate nacional, señaló Eduardo del Río, Rius.

Para Patricio Ortiz, Patricio, la guerra de Calderón contra el crimen organizado no es de los mexicanos, sino de los poderosos. Es la guerra del opio, la guerra colonial y de Estados Unidos, desde donde se dictan las reglas. Es la restructuración de las rutas y el mercado de la droga.

Desintoxicar al país

–¿Cuál es el siguiente paso de la campaña? –se preguntó a la mesa. Son muchos, dijeron, “algunos muy importantes: exigir que se modifique la estructura de seguridad pública, para ponerla al servicio de los mexicanos y no de los intereses de Estados Unidos; atacar la delincuencia de raíz, y revisar la economía mexicana, en la que anualmente se lavan entre 25 mil y 40 mil millones de dólares”.

El Fisgón resaltó que “hay que acabar con la narcodependencia, es decir, desintoxicar la economía nacional y resanar el tejido social, donde tienen mucho que hacer las nuevas generaciones, primordialmente los universitarios. Para lo cual se requiere restablecer el estado de bienestar social; es decir, exigir que se invierta más en educación y cultura, que se invierta en la gente”. Planteó que se armen redes de solidaridad social para dar seguimiento a los políticos de alto rango acusados de tener nexos con el crimen organizado y que siguen impunes.

El nombre del secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, fue mencionado una y otra vez como parte de estos políticos intoxicados por la delincuencia. ¡Hay que investigarlos!, exigió El Fisgón frente al público. Rius elogió al colega: ha presentado toda una prataforma de gobierno, como si estuviera en campaña, y al fondo se escuchó un grito: “¡El Fisgón para presidente!”, y luego aplausos.

La vigilancia ciudadana a los políticos intoxicados fue apoyada por José Hernández, quien también demandó que la campaña no sea temporal, sino una convicción permanente. Ya logramos rebasar a los medios tradicionales de comunicación, ya está en la gente, ya pasó de los periódicos a las pancartas en las calles; eso es un triunfo, insistió El Fisgón. El siguiente paso es mantener la exigencia.

En medio de las risas del público, Rius resumió: “¿Qué sigue tras este éxito morrocotudo de que miles se unieran a la campaña? ¡Tomar el poder, o por lo menos tomar Televisa!”

Antonio Helguera consideró que el siguiente paso debe ser la campaña ¡No más saliva!, y luego ¡No más tequila!, en alusión a las declaraciones del ocupante de Los Pinos sobre los shots que se disparan a los turistas en México.