Opinión
Ver día anteriorViernes 13 de mayo de 2011Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Ruta Sonora

U2 devorado por sus mismas garras

V

eremos al presidente Calderón durante nuestra estancia en la ciudad de México, ¿tienen alguna pregunta para él? pregunta Bono, líder de la histórica banda irlandesa U2, a sus fans mexicanos, en un texto signado el miércoles 11 en su página oficial u2.com (http://bit.ly/lxK1g6). Obviamente, las preguntas son muchas, y sería ideal le pidiera no más domingos sangrientos (ni lunes, ni martes…). Pero mientras el encuentro ocurre, el texto indica que la charla irá en torno a la reunión G-20, a efectuarse el año entrante en México: “se reunirán los líderes más poderosos… quisiéramos se acuerden decisiones específicas, las cuales podrían transformar las zonas más pobres del mundo… para ello viene conmigo ONE” (organización por él creada, que promueve la lucha contra la pobreza extrema: www.one.org), misma que en pantallas destacó en medio del deslumbrante concierto (al menos en tecnología) que el cuarteto de Dublín ofreció hace dos noches en el estadio Azteca, con un lleno de 93 mil personas, primero de tres a ofrecer en esta capital (sábado 14 y domingo 15, los próximos), como parte de la gira 360º, en que romperán récord de audiencia.

No están solos

Bono, dos veces postulado a Nobel de la Paz, alcanzó un emotivo momento cuando antier, con voz sincera y conmovida, dedicó el concierto a los que han perdido algún familiar a causa de la violencia: No están solos; ustedes están hechos de luz y generosidad; nada podrá quebrar su espíritu. Por primera vez en concierto sajón alguno, las pantallas desplegaron subtítulos que traducían los mensajes del cantante activista. En su desfile de causas, de igual forma figuraron Amnistía Internacional, el Nobel de la Paz Desmond Tutu y la luchadora birmana Aung San Suu Kyi, recién liberada tras 20 años de prisión, también titular del Nobel pacífico.

Sin embargo, algo pasa que todo ese ramillete de causas nobles pareciera perderse en un mar de detonaciones luminosas y desembolsos millonarios, de la misma forma en que la energía del buen Paul David Hewson (Bono) y de todo U2 pareciera diluirse desde hace al menos una década, en cuanto a riesgo, creatividad y buen gusto musical. Pues aunque No line in the horizon (2009) tiene buenos momentos, no llega a desgarrar almas como antes hicieran (Ruta Sonora 03/04/09, http://bit.ly/lrH5YE).

En sus mismas garras

“Me sentí como un burócrata de Kafka, abrumado por la maquinaria… Cuando logramos sobreponernos al impacto de las luces y la pantalla, el resultado es extraordinario; les prometo que mañana será distinto”, dijo Bono al titular de la emisora Radioactivo, José Álvarez, en 1997, al término del primer concierto que U2 dio en México ese año, en la gira Pop Mart, al tener la impresión de no haberlo dado todo, según indica en brillante crónica Juan Villoro en Safari Accidental (2005). Desgraciadamente, tras 14 años y dos giras monstruo (Vertigo, 2006, y 360º, de 2009 a la fecha), la maquinaria pareciera haber engullido a la banda del todo. Y es que a pesar de su mega parafernalia, las giras Achtung baby!, ZooTV y Pop Mart poseían un concepto temático cada una, en las que la ironía como discurso era clara. En cambio, en 360º el único discurso es la tecnología, sus integrantes asumidos con solemnidad como ídolos, apelando a un público no tan fan mediante un repertorio lleno de temas quemados. La contradicción sazona personalidades y en Bono no es nueva, pero aquí el extremo llega a desdibujarlo. Lejos están sus días de banderas en alto, de entrega poética, donde bastaban el poder de la música y la palabra.

Debajo de la gran garra con pantallas desplegables de 500 mil pixeles, sonido impecable, puente giratorio, pasarela circular, hubo buenos momentos, sí: Even better than the real thing y Until the end of the world sonaron espectaculares; Bono dijo que el escenario no era nave espacial sino máquina del tiempo, por lo que regresó a su cumpleaños, un día antes, también día de las madres; de la aburrida banda abridora Snow Patrol dijo: “qué chingona banda” y también: “qué padre estar de regreso”; dedicó Stuck in a moment a Michael Hutchence; la mitad de I still haven’t found what I’m looking for fue cantada a capella por el público de forma estremecedora; una chica mexicana y él leyeron a Nezahualcoyotl: con flores tu pintas, oh dador de vida, con canciones das vida sobre la tierra; Zooropa dejó bocas abiertas; Bono cantó de forma sorprendente la parte de Pavarotti en Miss Sarajevo; Sunday bloody Sunday enchinó piel (lo que no pasó con Pride, muy deslavada)… Sin embargo, algo pasaba que el público estaba algo desganado (quizá porque los meros fans estarán el sábado, primera fecha vendida).

Habrá que ver qué ocurre el fin de semana, pero mientras, y tras haber desquiciado la ciudad como pocos sucesos, indicó el Gobierno del DF, es un hecho que a U2, que antes innovó y arriesgó, le urge salir de la comodidad de tótems en la que se hallan, devorados por sus mismas garras, vueltos ya una caricatura de sí mismos.