los medios
l discurso en que Obama dio la primera versión sobre el asesinato de Bin Laden, contradicho de inmediato por cercanos colaboradores, a su vez rectificados por otros, ha subrayado lo oscuro e impresentable de la conducta de la elite estadunidense. De la misma manera, desnuda la orgánica integración de los medios
en el andamiaje de la dominación pues repiten como papagayos todo lo que viene de la cúpula. En lugar de proporcionar a su audiencia información veraz, oportuna y equilibrada y realizar un ejercicio crítico sobre la actuación del poder, manipulan, ocultan y manejan de manera sesgada los acontecimientos a conveniencia de aquél.
No cumplen el deber que se autoasignan de cuestionar lo que no esté convincentemente argumentado y, al contrario, dan por sentada la veracidad de los dichos del poder, por inconsistentes que sean. El ejercicio de esta práctica a lo largo de los años, reforzado por los prejuicios y estereotipos introducidos por otros instrumentos de la cultura dominante, como el sistema educacional, explica las irracionales reacciones ante la muerte de Bin Laden en sectores de la población de Estados Unidos y revela la anulación de su capacidad de pensar. Además de hacer imposible el funcionamiento de la democracia, aunque sea formal, coloca en una posición muy desventajosa a los estadunidenses para poder juzgar y exigir rendición de cuentas a la plutocracia gobernante en la belicosa y arrogante primera potencia militar del planeta. Los desarma políticamente ante las draconianas medidas antiobreras y antipopulares a favor de las ganancias cada vez más altas de apenas el uno por ciento de la población.
Este fenómeno se observa también en la actitud de los medios frente al actual proceso de cambios democráticos y sociales en América Latina, la independencia creciente de muchos de sus gobiernos ante Washington y su integración en marcha, la aspiración bolivariana y martiana de los pueblos latinoamericanos a la que más han combatido y temido los imperios inglés, primero, y estadunidense después. En especial, difaman y se han erigido en oposición a los gobiernos de Venezuela, Bolivia, Ecuador, Argentina y Paraguay. Así también la descomunal y mendaz arremetida en contra del ex militar nacionalista Ollanta Humala, candidato a la presidencia de Perú frente a la rosca mafiosa oligárquica.
Mención aparte merece Cuba, a la que, junto a Venezuela, se reserva lo más truculento del repertorio de los pulpos mediáticos. Para no ir más lejos allí está el reciente caso del delincuente común –otro más– Juan Wilfredo Sánchez García –reciclado a la categoría de disidente por la raquítica contrarrevolución de la isla–, cuya muerte, supuestamente ocasionada por una paliza de la policía, nada menos que en el céntrico Parque Vidal de Santa Clara, fue amplificada enseguida por medios de Estados Unidos y Europa.
Quien conozca la manera de proceder de las autoridades cubanas en materia de respeto a la integridad humana podía estar seguro de la falsedad de la especie, mucho más al consistir sus fuentes en la conocida asalariada de Estados Unidos Martha Beatriz Roque, la desprestigiada bloguera Yoani Sánchez y el huelguista de hambre profesional y patológico mentiroso Guillermo Fariñas. La agencia Ap reconoció desde La Habana que las golpizas no son frecuentes en la isla
y que la versión del arresto violento no pudo ser confirmada de manera independiente
. Es lo menos que podía decir sabiendo que en su país de origen sí son el pan de cada día las golpizas y asesinatos por la fuerza pública de negros, hispanos y blancos pobres.
El doctor Rubén Aneyro Medina, médico de terapia intensiva que atendió a Sánchez García declaró a la periodista y bloguera santaclareña Norelys Morales que aquél murió a causa de una pancreatitis combinada con insuficiencia renal, que desencadenó todo un proceso complejo que el paciente no superó
; añadió que padecía también de diabetes, hipertensión y una miocardiopatía dilatada
y fue asistido por un equipo de especialistas de varias disciplinas (http://islamiacu.blogspot.com/). Poco después una declaración oficial cubana citaba el informe patológico: “Las pruebas patológicas practicadas al occiso arrojaron una muerte de tipo natural, estableciéndose como causa preliminar shock multifactorial por fallo multiorgánico, debido a una pancreatitis. No se observaron signos de violencia internos o externos
.