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Diez de mayo

D

esde la antigüedad, a la mujer se le asocia con la tierra y los alimentos. La tierra como dadora de vida recibe el nombre de madre tierra en muchas culturas y se le dedican celebraciones y ofrendas.

En el mundo occidental, en el siglo XIX hubo intentos de celebrar a las madres en relación con hechos históricos o comunitarios, pero en épocas más recientes prevaleció la visión comercial. En México, la celebración del día de la madre con estas características surgió en 1922. Desde entonces las revistas femeninas dedican la publicidad de los días cercanos a la fecha, a anunciar una serie de productos que a pesar de los cambios que se han dado respecto del papel de la mujer, siguen haciendo énfasis en los productos de belleza, en la ropa y en los enseres domésticos.

En un interesante artículo del número de mayo de la revista Relatos e historias, Sara Bringas hace un recuento gráfico de lo que se anunciaba en los a;os 50: lavadoras, jabones, prendas de vestir, máquinas de coser y ollas exprés. Un anuncio tiene como encabezado: salve a mamá; desde un barco se le arroja un salvavidas y el pie es muy significativo: Líbrela de ir al mercado todos los días con su refrigerador marca xxx.

La mujer ha sido destinataria de un sinnúmero de aparatos electrodomésticos que de acuerdo con el discurso comercial la llevan directamente a la modernidad, al progreso, liberándola, desde la óptica de los vendedores, de supuestas esclavitudes, como puede ser moler en el metate o en el molcajete. Se dejan de lado importantes patrones culturales para suplantarlos por otros ajenos.

En el caso del anuncio anterior, ir al mercado se considera esclavitud, cuando incluso hoy, en numerosas comunidades rurales y urbanas del país, el mercado es lugar de encuentro que enriquece el intercambio social y la vida comunitaria. Y tan gozoso, que el cronista Diego de Durán afirma que si a una india le dieran a escoger entre irse al cielo o ir al tianguis, respondería: Déjeme que primero ver el mercado, que luego iré al cielo. Habrá entonces que celebrar hoy, sí, pero atentas y atentos a las trampas de la publicidad.

En relación con los alimentos tradicionales, la Fundación Herdez comenzará el 21 de mayo, el ciclo El frijol, un regalo de México al mundo, que abarcará seis sábados. Los temas son variados; Edelmira Linares y Robert Bye se referirán al frijol y la milpa; Héctor Bourges, a los aspectos alimenticios. También se tratará la historia natural de la planta, los aspectos químicos e industriales, así como su historia y presencia en la cocina. El teléfono de la Fundación es 55 22 88 60.