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Ahora se entiende por qué quien deja de fumar sube de peso: European Journal of Public Health

Tabacaleras de EU y GB han usado aditivos contra el apetito

Algunas emplearon anfetaminas y óxido nitroso, pero no se sabe si se añadieron al producto de venta al público, revelan informes de entre 1949 y 1999, liberados en litigios judiciales

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Investigadores sostienen que la industria sigue explotando las ansiedades de los fumadores mediante técnicas refinadas de mercadeo y empaque. La imagen que se muestra fue captada en la capital de Nicaragua, durante el segundo festival de puros Sensaciones de mi paísFoto Ap
The Independent
Periódico La Jornada
Martes 3 de mayo de 2011, p. 2

Tabacaleras estadunidenses y británicas añadieron deliberadamente a los cigarrillos potentes sustancias químicas supresoras del apetito para atraer a personas preocupadas por el peso, revelan documentos internos de la industria que van de 1949 a 1999. Los aditivos químicos son apenas una de varias estrategias que las empresas han aplicado con éxito a lo largo de más de medio siglo para convencer a las personas de que fumar ayuda a adelgazar.

Las gigantes tabacaleras Philip Morris y British American Tobacco añadieron supresores del apetito a los cigarrillos, según documentos liberados durante litigios judiciales en Estados Unidos. Otras cuatro grandes compañías probaron sustancias potenciales, entre ellas anfetaminas y óxido nitroso –mejor conocido como gas hilarante–, pero los documentos, que están incompletos, no revelan si tales químicos se llegaron a añadir al producto de venta al público.

La presencia de sustancias supresoras del apetito podría contribuir a explicar por qué quienes dejan de fumar suben de peso, sostienen investigadores suizos en la revista European Journal of Public Health. Demandan leyes más estrictas sobre los aditivos al tabaco, ante sospechas de que la industria está retirando documentos delicados de sus bases de datos para evitar que se conozcan.

Explotan ansiedades

Los críticos señalan que los documentos aportan nuevas evidencias de que las tabacaleras se enfocan en fumadores preocupados por subir de peso. Sostienen que la industria sigue explotando esas ansiedades mediante técnicas refinadas de mercadeo y empaque, y presionan a los gobiernos para que las prohíban.

El profesor David Hammond, experto en la industria tabacalera en la Universidad Waterloo, en Ontario, Canadá, señaló: Sabemos que la industria exploró formas de explotar las preocupaciones sobre el peso allá por la década de 1960, porque sabía que el tema interesaba a las mujeres y quería reclutarlas como fumadoras. No sabemos si todavía los fabricantes añaden moléculas supresoras del apetito, porque su cumplimiento con los reglamentos relativos a aditivos es pobre y por lo regular destruyen los documentos internos comprometedores.

Hacia finales del siglo XIX, fumar era un hábito casi exclusivamente masculino, pero el número de fumadoras se incrementó dramáticamente en las décadas de 1940 y 1950. Un estudio realizado entre 500 mujeres en Canadá, publicado este mes en la revista Tobacco Control, descubrió que quienes se fijan en las cajetillas orientadas a mujeres, con marcas que usan palabras como delgados y moda, tenían más probabilidades de creer que fumar ayuda a controlar el apetito –factor importante para predecir la tendencia a fumar en este grupo– que quienes se fijan en las cajetillas simples, desprovistas de ilustraciones.

Los fumadores creen equivocadamente que ciertas palabras, como nombres de colores, y los cigarrillos largos y delgados significan que la marca es menos dañina, de acuerdo con un estudio realizado entre 2 mil británicos y publicado en la revista Addiction.

Por empaques simples

Dada la extensa prohibición de la publicidad, imágenes como la de Kate Moss fumando en la pasarela se han vuelto invaluables para la industria. El año pasado, Australia se convirtió en el primer país que hizo obligatoria la cajetilla simple. En Gran Bretaña, la organización Action on Smoking and Health (Ash) apremia al Comité Selecto de Salud para que obligue a las tabacaleras a revelar documentos que arrojen luz sobre sus estrategias de mercadeo, entre ellas envoltura y diseño, para orientar a los legisladores que estudian la posibilidad de hacer obligatorio el empaque simple.

Deborah Arnott, directora de Ash, expresó: “Ahora que la publicidad está prohibida, la industria usa el diseño del producto y palabras descriptivas como ‘delgados’ para promover el mensaje de que fumar ayuda a adelgazar. Debe obligársele a colocar sus productos en empaques simples y estandarizados para que no utilicen esas tácticas de promoción dirigidas a mujeres vulnerables”.

Un portavoz de la Asociación de Fabricantes de Tabaco advirtió: “No creemos que los planes para hacer obligatorios los empaques simples estén basados en una política pública sensata, ni en ninguna evidencia fehaciente… Las cajetillas simples conducirían a un aumento del contrabando y facilitarían la producción de productos piratas”.

© The Independent

Traducción: Jorge Anaya