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Evaluaciones francas: análisis clínicos
C

asi la totalidad de los análisis sicológicos de los líderes del mundo elaborados por el Dr. Jerrold Post se mantienen como secretos. Sin embargo, en noviembre de 2002 concedió una entrevista al diario británico The Guardian, en la cual reveló, a manera de ejemplo, datos sensibles sobre el perfil sicológico de Saddam Hussein.

Todo comenzó en el vientre de su madre, declaró Post, ya que durante el embarazo la madre de Hussein intentó abortarlo al sufrir la pérdida de su esposo y su hijo de 12 años; no obstante, una familia de judíos iraquíes la convenció de tener al bebé. Al nacer, Hussein fue entregado a su tío Khairalla Msallat, quien lo crió hasta los 3 años. Posteriormente volvió a vivir con su madre, quien se había vuelto a casar y permitió a su pareja maltratar física y sicológicamente a Hussein.

Después de experiencias traumáticas la gente sufre desesperación, pero también origina sueños de gloria, señaló Post. En el caso de Hussein, esos sueños fueron alimentados por su tío, quien se encargó de su educación cuando éste huyó del hogar materno a los 8 años. Msallat decía a Hussein que debía seguir los pasos de héroes legendarios, como el rey Nabucodonosor. Esto incidió en la personalidad de Hussein y generó un narcisismo maligno, lo cual se tradujo en una extrema falta de empatía hacia los demás, paranoia, ausencia de conciencia y disposición a usar la violencia para lograr objetivos.

Así como la sicología cuenta con especial relevancia en la política, existe una importante interrelación entre esta última y la medicina, debido a que la enfermedad de los líderes en el poder puede afectar los procesos de gobierno y, particularmente, la toma de decisiones. El médico y político británico David Owen se ha dedicado a investigar y analizar las enfermedades que han sufrido jefes de Estado y de gobierno en los últimos 100 años, a partir de la información de primera mano con que cuenta, gracias a su doble condición. Owen se desempeñó como miembro de la Cámara de los Comunes, Ministro de Sanidad y Asuntos Exteriores de Reino Unido y rector de la Universidad de Liverpool.

En su libro En el poder y en la enfermedad analiza los perfiles médicos de gran cantidad de líderes de todo el mundo y revela información sensible sobre éstos: el asma crónica y la diarrea que sufría Theodore Roosevelt, las dolencias cardiacas del premier israelí Ariel Sharon, la hipertensión y arterioesclerosis que padecía Woodrow Wilson, la depresión y la insuficiencia de miocardio de Winston Churchill, el cáncer que aquejó durante años al sha de Persia, el cáncer de próstata que acabó con la vida de François Miterrand y la mala salud de John F. Kennedy y su adicción a las drogas recreacionales.

Owen señala que la depresión y la enfermedad mental no constituyen una incapacidad para desempeñar un cargo público. Abraham Lincoln es un ejemplo de cómo se pueden forjar las cualidades de un líder a través de la depresión. Durante su juventud sufría profundos cambios de humor e incluso escribió un ensayo sobre el suicidio. Sin embargo, Lincoln fue uno de los presidentes más grandes que ha tenido Estados Unidos, ya que en medio de las tensiones de la Guerra Civil conservó una fe inquebrantable en la causa de su país, gracias a que logró dominar su depresión y aprendió a vivir con ella, lo cual forjó su carácter como presidente.

Un término importante que maneja Owen es el síndrome del hybris, elemento habitual entre los jefes de Estado y de gobierno, el cual puede ser definido como una perversa persistencia en una política inviable o contraproducente. Consiste en la evaluación, por el gobernante, de una situación en términos de ideas fijas preconcebidas mientras se rechaza todo signo contrario y, por tanto, la negativa a sacar provecho de la experiencia. No obstante, la principal responsabilidad del poder es gobernar de la manera más razonable posible en beneficio del Estado y de los ciudadanos. En ese proceso es una obligación mantenerse bien informado, prestar atención a la información y mantener la mente y el juicio abiertos.

En la próxima entrega se abordará el concepto de guerra irregular y cómo ésta se basa en la sicología, la subversión y el uso de fuerzas especiales conjuntas para lograr el control y la subordinación de la población en países estratégicamente importantes para Washington.

* Analista en temas de seguridad y justicia