La determinación del bienestar de una persona a partir del ingreso que percibe es insuficiente, revela un estudio del Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres), el cual propone evaluar el grado de esta circunstancia a partir de referentes como la privación económica, de capacidades, tiempo, empoderamiento, relaciones humanas y bienestar subjetivo.

La privación del bienestar, un estudio con perspectiva de género determina que bajo distintas concepciones existen diferencias sustanciales por género en la privación de bienestar, en detrimento de las mujeres.

El trabajo hace una revisión a partir de las nuevas concepciones de bienestar y de su privación, las cuales contribuyen a apreciar mejor la situación femenina, toda vez que aportan información adicional que no se incluye en la pobreza de ingreso.

La privación de capacidades se refiere a la posibilidad real de cada persona para alcanzar sus propias metas y desarrollar sus intereses.Un mayor porcentaje de mujeres (19.5) que de hombres (16.2) está en condición de privación de capacidades.

Esta circunstancia se observa mediante del tiempo dedicado a actividades que demeritan el bienestar. En promedio, los hombres realizan más trabajo remunerado que las mujeres (400 por ciento), mientras ellas hacen más trabajo no remunerado (78 por ciento).

La privación de empoderamiento se traduce en poca o nula capacidad de tomar decisiones en el hogar y de tipo personal; mientras la privación de relaciones humanas tiene que ver con la posibilidad de tejer redes sociales.

Sobre tomar decisiones personales, en diversas ocasiones las mujeres deben pedir permiso, mientras los hombres no lo hacen.