En su más reciente disco, Intemperie, Luis Eduardo Aute toca temas que lo han perseguido toda su vida –prolífica como autor–, la cual se traduce en 13 poemarios, ocho cortos y varios largometrajes, así como numerosas exposiciones de pinturas, desde la primera, en Madrid, en 1960.

Actualmente realiza una gira por España con su cargamento musical, Intemperie.

En entrevista telefónica desde aquel país con este diario, se le comenta que ese título es muy fuerte y que alude a desprotección: “Juro que no pretendí que (el disco) fuera duro, sino lúcido, en todo caso. La que es dura es la realidad.

“Me hubiera gustado hacer un disco con canciones incluso frívolas, pero la realidad acosa y cuenta otros aconteceres menos agradables. De todas formas no todas las canciones son así; son diversas. En el disco hay 14, pero realmente son 15, pues una forma parte del cedé y por decisión de la compañía discográfica está Internet, en iTunes; además, la canción se llama Banda aparte, por lo que está justificado que esté en otro soporte. Todas las canciones son muy distintas; hay un núcleo, cuatro o cinco canciones en donde se hace más referencia a este motivo contemporáneo que estamos padeciendo.

Si la realidad fuera otra... me hubiera gustado hacer otras canciones, pero no es así, explica.

Empezó a escribir las canciones en julio de 2010 y las grabó en septiembre-octubre de ese año. En la pieza Un soplo de alegría se advierten aires de Aleluya y de Rosas en el mar. Al respecto, dijo: “Puede ser. No soy consciente de eso porque los árboles no dejan ver el bosque, pero puede ser así porque todas las canciones salen del mismo sitio.

Creo que, a través de los años, los motivos de mis canciones no han variado y siguen siendo los mismos. Puede haber cambiado la forma de estructurar la música o los arreglos, pero los contenidos no han tenido modificaciones sustanciales.

Hay reminiscencias de La belleza, una de sus composiciones más conocidas. Se le comenta que los temas de Intemperie podrían interpretarse con una sola guitarra. Aunque hay canciones que necesitan efectos para los que no basta la guitarra, las instrumentaciones les añaden más interpretaciones, responde.

Los tiempos que corren no están como para el optimismo ingenuo, ramplón. “Las cosas lo obligan a uno a no serlo, lamentablemente. De México me llegan noticias sobre la violencia, esencialmente. Sobre la inseguridad, bueno, ése es un fenómeno que sucede en todas partes. La inseguridad es algo con lo que hay que aprender a convivir.

“Lo que pasa en Libia es muy difícil de ver. Es dificil entender estas revoluciones –entre comillas–, que se están dando en los países árabes. Es un fenómeno extraño que nadie hubiera podido pensar que ocurriera. Del problema de Libia no sé si las intervenciones van a llegar a un tipo de solución. Es fácil entrar en casus beli, en guerra, y luego es muy difícil salir de ahí.

“Lo que me inquieta es toda la gente que ha muerto, la que tiene que huir y está a la intemperie; la que huye de esa guerra y no tiene ni techo, ni alimentación, ni medicinas, ni nada.

Me preocupa lo que le pasa a la gente por causas naturales en Japón, en Haití. Hay quienes han dejado sus casas para sobrevivir. Esto de usar la fuerza militar para imponer democracias es algo que me cuesta entender. Hay que esperar, porque es un fenómeno nuevo e inesperado. Nadie sabe qué es lo que puede pasar y se están dando palos de ciego. Me siento incapaz de dar una reflexión más concreta. En el caso de Libia, creo que la fuerza militar no es la mejor manera para democratizarla. Donde hay armas, fuerza, violencia y muerte es difícil que haya una solución democrática.

Entre la realidad que somete a la intemperie al ser humano, en el disco hace un homenaje a Luis Buñuel. “Creo que es uno de los cinco cineastas más importantes de la historia del cine. Su trabajo es eterno y está fuera del tiempo.

“Mientras más pasa el tiempo, más se entiende su cine. Me parecen muy apreciables su sentido del humor, sus análisis sobre la irrealidad y la surrealidad. Es uno de los grandes artistas, no sólo del cine, sino del arte en general. La canción que le compuse surgió en Calanda, el pueblo donde nació.

Me invitaron allá para romper la Semana Santa. Le di a un gran bombo en medio de un silencio sepulcral. Se oye un estruendo y luego miles tocan sus pequeños bombos. En Calanda, tengo grandes amigos y sentí la necesidad de dedicarles esa canción. Al pueblo y a Buñuel.

Las letras están cuidadas y no son fáciles en su factura. “Cada vez, conforme me hago mayor, tengo más necesidad de ver las cosas con más distancia y en clave de humor, entre comillas. El humor es necesario en todo: en la vida, en el trabajo, en todo.

O uno se toma todo con sentido del humor o la experiencia puede ser mucho peor. Aparte, creo que el sentido el humor da una visión más amplia de la realidad, para ver los pros y los contras de las cosas.

Aute se presentará en México en junio de 2012.