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Es un asunto de derecho que involucra al planeta, indica investigador de la UAM

Japón deberá responder si se confirma contaminación radiactiva en otros países

De comprobarse que hay daños, tendrá que responder, indemnizar y atender los problemas de salud que puedan generar en poblaciones más allá de su territorio”, puntualizó Juan José González

 
Periódico La Jornada
Viernes 1º de abril de 2011, p. 3

Frente al riesgo potencial de daño a la salud y efectos irreversibles en ecosistemas del planeta, luego de la crisis nuclear en la central de Fukushima, Japón, éste deberá asumir las consecuencias, no sólo dentro de su frontera, sino también en aquellas regiones donde se confirme que hay contaminación radiactiva, afirmó Juan José González Márquez, investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM)-Azcapotzalco,y presidente del Instituto Mexicano de Investigaciones en Derecho Ambiental.

Señaló que se deberá esperar para conocer el daño real que ocasionó el sismo y posterior tsunami en cuatro de los seis reactores de la central nuclear, así como los efectos que tendrá en el planeta y su biodiversidad, pues sabemos que la contaminación se está moviendo por aire y por agua, éste, uno de los escenarios más riesgosos.

Aseguró que todo Estado que emplea energía nuclear está obligado a reportar a la comunidad internacional cuál es el riesgo real y el nivel de afectación por contaminación radiactiva, luego de un accidente en sus plantas nucleares. Es un asunto de derecho que involucra no sólo a un país, sino al planeta, pues los contaminantes, en particular de agua y aire, no tienen fronteras.

Principio precautorio

En el contexto del derecho internacional y ambiental, explicó, existen acuerdos claros como las declaratorias de Estocolmo y Río de Janeiro, las cuales establecen que los estados no deben llevar a cabo prácticas que pongan en riesgo a otras naciones, a su población y a otros ecosistemas. Recordó que también existe el principio precautorio, que debe ser aplicado, pues si hay riesgo evidente que no sólo pone en peligro a una región de un país determinado no puede ni debe llevarse a cabo.

Luego de que países como Estados Unidos, China, Rusia, Canadá y México han detectado niveles bajos de contaminación por yodo radiactivo, indicó que existe una evidente responsabilidad de Japón frente a posibles daños a seres humanos y ecosistemas, por lo que de comprobarse que hay afectaciones tendrá que responder, y en su caso indemnizar y atender los problemas de salud que éstas puedan generar en poblaciones más allá de su territorio.

Advirtió que con frecuencia olvidamos los riesgos de la energía nuclear. En 1986, el accidente de la planta de Chernobil, Ucrania, nos dejó muy claro que no se trata sólo de energía no contaminante, sino potencialmente letal para la vida en el planeta. El caso de Japón confirma estos riesgos.

En el caso de crisis nuclear, afirmó, siempre existe riesgo de contaminación transfronteriza. Por ello, es obligación del Estado que emplea la energía nuclear dar a conocer lo antes posible a la comunidad internacional los primeros reportes del daño real, para que se tomen precauciones en caso de que la población corra algún riesgo, pero el problema suele ser que no siempre se cuenta con información inmediata o simplemente no se presenta.